La evolución de la involución

Por Tomura

 

Situaciones como la que se dio este 28 de abril solo demuestran la clara decadencia de nuestra especie. Los seres humanos somos animales. Estamos hechos para vivir en la naturaleza. Hemos sobrevivido de esa manera durante toda la primera parte de nuestra historia. Hace mucho tiempo, por increíble que pueda parecer viéndonos ahora, éramos capaces de sobrevivir por nuestra cuenta.

 

Sin embargo, con el paso del tiempo, hemos caído en un letargo. A lo largo de generaciones, han nacido progresivamente avances y comodidades que nuestros antepasados no habrían podido siquiera vislumbrar. Dichos avances y comodidades tienen sus puntos positivos, por supuesto, y muchos de ellos son necesarios y van directamente relacionados a nuestra capacidad de preservación (como los sanitarios, por ejemplo)

 

Pero, continuando con la lamentable costumbre que nuestra especie ha mantenido durante toda su existencia, en vez de hacer un uso racional de nuestros logros para potenciar nuestras habilidades, nuestra fuerza y nuestras capacidades, los hemos utilizado para quitar responsabilidad de nuestros hombros. Hemos sido otorgados el don de la razón y actuamos constantemente de manera contraria a lo que la lógica nos dicta ¿No es irónico?

 

Los seres humanos buscan estar cómodos, esforzarse lo menos posible, que todo les sea masticado y servido en bandeja de plata. Somos la única especie que ha rechazado su propia naturaleza. Somos los únicos animales que no saben subsistir por sí mismos. Muchos dicen que nuestros avances son nuestro verdugo. Pero discrepo. Nuestro verdugo somos nosotros mismos. Recae sobre nuestra sociedad la responsabilidad de haber aceptado llegar a este punto. Dormidos de forma perpetua, despertando tan solo para enfrentarnos a problemáticas banales (con excepciones, por supuesto), consumiendo y digiriendo información trivial, eligiendo la ignorancia y la pasividad.

 

Nos hemos vuelto inútiles, nos hemos vuelto esclavos de la electricidad y la tecnología. Nuestro mundo entero se para si alguno de estos elementos falla. Y eso es producto de nuestra estupidez, de nuestra pereza, de nuestra avaricia, y sobre todo, del eterno pecado del ser humano: el esfuerzo constante que hace por alejarse de sus raíces animales.

 

Nuestro 'progreso' no es más que una farsa. Lo único que hemos hecho ha sido involucionar. Situaciones como esta nos ponen un espejo delante. Y aun así, la gran mayoría vuelve la cara, cierra los ojos. La población estaba deseando que todo acabase para poder volver a refugiarse en su oasis de pantallas y banalidad. Mirar vuestro reflejo en ese espejo que os ha sido colocado delante del rostro es demasiado incómodo ¿Verdad? Hacer el esfuerzo de rechazar las comodidades que sean innecesarias (las cuales, por cierto, proliferan y encuentran éxito entre nosotros porque como consumidores las demandamos) y trabajar para aprender a sobrevivir por vuestra cuenta es demasiado difícil ¿Cierto? Sentarse con uno mismo sin distracciones ayer fue una tortura para muchos de ustedes ¿Me equivoco?

 

Claro, es mucho más ventajoso seguir reposando sobre manos ajenas, tomando día tras día el veneno que se os suministra y dar las gracias por él.

 

Respecto a la trascendencia de este asunto en términos políticos y de seguridad. ¿Qué significa lo que ha ocurrido? Bueno, considero que no es necesario ser muy inteligente para darse cuenta de la anormalidad de la situación. Se han tejido multitud de teorías y, por ahora, creo que todo individuo debe aferrarse a lo que su pensamiento crítico y analítico le diga (aunque por supuesto, esto solo se aplica a aquellos que desean razonar al respecto de lo sucedido). Valoro el análisis personal por encima de la versión que recibamos por parte de los líderes políticos. Considero que las informaciones oficiales hay que cogerlas con pinzas. Si recibimos de ellos una verdad, una media verdad o una mentira dependerá de sus intereses. Son sin duda una de las fuentes menos confiables.

 

Bajo mi punto de vista, esto ha sido un claro ciberataque. La forma en la que se ha generado, cómo se ha extendido y cómo se ha desarrollado lo demuestra. Según mi análisis propio, ha debido ser un Estado externo (a todos se nos ocurren algunos posibles candidatos) haciendo o bien algún tipo de prueba con tintes bélicos, o quizás una advertencia a nuestra nación y a Europa. También podría tratarse de una cortina de humo. Esas son mis dos teorías principales (generalizadas y resumidas) hasta el momento. Aunque hay algo que tengo claro: esto no acaba aquí. Esta ha sido una situación histórica con una gran relevancia. Sobra mencionar lo sospechoso que ha sido todo lo que ha sucedido. Demasiada coincidencia como para tratarse de un error estructural o técnico ¿No os parece? Viendo el clima internacional que se ha estado generando a lo largo de los últimos años, la lógica me dicta que esto ha sido una ofensiva política.

 

Las semillas de la discordia están germinando una vez más en la historia de la humanidad. Se está creando el caldo de cultivo perfecto para que se den ciertas circunstancias. Ya estamos viviendo una guerra comercial, una guerra de información y, eventualmente, no serán las únicas si los acontecimientos siguen tomando estos derroteros. Una gran parte de la población tilda pensamientos como estos de alarmistas. A muchas de estas personas se les olvida que no todos los tipos de guerra se llevan a cabo con bayonetas y fusiles en las trincheras.

 

Somos una especie violenta y, debido a ello, nuestra historia ha seguido un ciclo que se repite una y otra vez. Y así será hasta que llegue nuestra destrucción, sea por factores externos o por nuestra propia mano. La humanidad no sabe vivir sin guerras, sean del tipo que sean. Los períodos de paz no son más que espejismos, y dicha 'paz' es relativa. ¿Qué sucede? Que debido a todas las comodidades entre las que vivimos, la mayoría no quiere reconocer este hecho. La raza humana usa el autoengaño como un método de supervivencia. Y eso ha provocado que a la hora de enfrentarse a algo que realmente amenaza su preservación, se halla impotente.

 

Y así se nos quiere. Impotentes, vulnerables, frágiles.  A todo el mundo le gusta alardear de que somos las generaciones del 'progreso'. La humanidad encuentra orgullo en creerse avanzada, intocable, poderosa. Todo eso no es más que una pantomima. Somos débiles. Eventos como el del lunes lo demuestran.

 

Los humanos quieren creerse dioses. Pero no son más que animales. Animales que se han vuelto inútiles a sí mismos.

 

Tomura. Escritora.