EDITORIAL. La cosa se va calentando

Llegados al ecuador de la legislatura, la cosa se va calentando por momentos en Guadalajara. Y no nos referimos a los sofocantes calores que nos ha traído la enésima ola de calor de este verano, sino a la temperatura política, que se va elevando por días. 

A pesar de que en los meses de julio y agosto las noticias políticas suelen ocupar pocos titulares en la prensa provincial y dan paso a otras informaciones más festivas, este año está resultando un tanto ‘raruno’ en un claro aviso de lo que nos espera a los ciudadanos cuando arranque del curso. 

Porque mucho nos tememos que vamos a tener una ‘precampaña’ que se nos va a hacer muy larga. Y eso que quedan dos años para las próximas municipales y autonómicas, que sin duda van a estar marcadas por la agenda nacional, especialmente para los partidos mayoritarios.

Los políticos locales y provinciales ya han recibido órdenes de sus centrales para lanzarse a degüello a partir de septiembre. Y algunos en Guadalajara, están aprovechando para lanzar las primeras andanadas desde ya. 

No vamos a hablar de Vox porque lo suyo no sabemos ya ni cómo calificarlo ya que su bilis política no entiende de tiempos electorales. En este caso, nos referimos al primer intento de lanzarse al cuello del contrincante por parte del Partido Popular, en concreto del PP local, que está empezando a enseñar esa patita que ha estado escondiendo hasta ahora detrás de sonrisas forzadas y comparecencias públicas llenas de imágenes ‘amables’. 

La pasada semana, el viceportavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Guadalajara, Santiago López Pomeda, convocaba a los medios para hablar de "Ferias", según constaba textualmente en la convocatoria de prensa remitida a las Redacciones. Lógicamente, se aseguraba el 'lleno', ya que el Ayuntamiento está vendiendo las Fiestas con cuentagotas y el interés -y el desconocimiento- de los vecinos es evidente a un mes de su Semana Grande. 

En su intervención, el tema central poco o nada tuvo que ver con las Ferias, tan sólo fue una excusa para que Pomeda 'hablara de su libro'. Así, exigió al responsable del PSOE local y concejal del Grupo Municipal Socialista en el Consistorio y anterior alcalde, Alberto Rojo, "transparencia y explicaciones urgentes" sobre el "suculento" cobro de 10.300 euros por parte de la concejala socialista Gemma Mínguez, por un mes y medio de trabajo en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Dejaba así caer la sospecha sobre la honorabilidad de la edil por aquello del ‘difama que algo queda”. 

A las pocas horas, Mínguez, visiblemente afectada, ofrecía una rueda de prensa ante lo que consideraba "acusaciones e insinuaciones inaceptables". Reconoció que se trató de un error humano al incluir en su declaración de bienes más ingresos de los realmente percibidos. Error que ya había saltado en las redes sociales la semana anterior, en un post donde la propia edil ya explicaba que había procedido a la rectificación de esos datos. 

Por tanto, el señor López Pomeda, antes de su intervención, ya conocía el error, pero aprovechó para ir directo a la yugular de la concejala, quien le ha pedido una rectificación "inmediata y pública" que, una semana después, todavía no se ha producido. Ni se va a producir. 

Este es sólo un ejemplo de lo que nos espera a partir de septiembre. Una especie de globo sonda lanzado por el PP local para calibrar las repercusiones y planificar su estrategia preelectoral. 

Recordemos que las últimas campañas locales y regionales estuvieron bastante calentitas en Guadalajara, especialmente por parte de los populares: uso de espacios públicos no habilitados para colocar mensajes propagandísticos; una polémica furgoneta con las imágenes de Pedro Sánchez y Emiliano García-Page que se paseó por toda la región, el uso de una romería religiosa para colocar estratégicamente un autobús de campaña por parte de Paco Ñúnez, etc. 

Lo dicho, la precampaña -de dos años- para las elecciones de 2027 se nos va a hacer a todos muuuuy larga y, dado lo ajustado de los posibles resultados, nos tememos que esto se va a convertir en una auténtica selva. 

Y si no, al tiempo.