El agua se ha convertido en uno de los grandes desafíos económicos del siglo XXI

Publicado por: Julio Muñoz
26/02/2023 08:00 AM
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Imagen: Pexels. Aleksandr-Slobodiany.
Imagen: Pexels. Aleksandr-Slobodiany.

España está sometiendo sus recursos hídricos a largo plazo a un fuerte estrés  

 

 

Si alguien conoce el valor del agua, eso son los castellanomanchegos. Año tras año han ido viendo como mermaba el caudal del río Tajo por un trasvase hacia el Segura en un ejercicio de solidaridad a veces difícil de entender. Mientras las tierras de la vega y las industrias de la comarca sufrían de sed, buena parte del agua de cabecera se escapaba hacia el Levante. Un recurso de máxima necesidad destinada a regar la llamada “huerta de Europa”, es cierto, pero también para otros usos turísticos que en nada revertían a la economía de Castilla La Mancha.  

 

Un espolio que el Gobierno ha empezado a regular tras dar luz verde al proyecto de planificación hidrológica hasta el año 2027. En él se contempla un incremento gradual del caudal ecológico del río Tajo y, por ende, un recorte de envíos del trasvase Tajo-Segura de entre 70 y 110 hectómetros cúbicos hasta ese año. Un flujo que deberá ser sustituido en el Levante por agua desalada.  

 

Pero más allá de este alivio para el río más largo de España y vital para el desarrollo de Castilla-La Mancha. El agua, imprescindible para la vida en la Tierra, se está viendo sometida a una intensa presión en todo el mundo. La sobreexplotación con patrones de consumo poco responsables y la sequía fruto del cambio climático están generando problemas y desabastecimiento en innumerables zonas del globo. Una escasez que, según los cálculos oficiales, afectará de forma severa a cerca de 5.000 millones de personas de aquí a 2050. 

 

El agua, por tanto, se ha convertido en uno de los desafíos económicos del siglo XXI que las regiones deben defender a capa y espada. Actualmente, 17 países se enfrentan a una situación de grave escasez de recursos hídricos. La ONU ha identificado 300 zonas en el mundo donde podrían estallar guerras por este elemento vital. Solo las inversiones en infraestructuras hidráulicas, la mejora en las técnicas de gestión del suministro o la eficiencia de los servicios de tratamiento de agua podrán revertir este futuro distópico. 

 

La inversión en agua, una cuestión de sostenibilidad y rentabilidad 

 

Afortunadamente, los mercados ya empiezan a percibir este problema tanto desde el punto de vista de la responsabilidad social-corporativa como desde el punto de vista económico. La transformación cultural está provocando un progresivo cambio en el perfil de inversión, sobre todo entre los más jóvenes, cada vez más dispuestos a apostar por la sostenibilidad. A la larga, este movimiento hará que cambie la percepción en la inversión no ya solo por una cuestión ética sino también por su rentabilidad financiera.  

 

 

Con el tiempo, y no a mucho tardar, las compañías que inviertan en sostenibilidad serán mejor percibidas por el consumidor y sus productos tendrán una mayor acogida, con lo que ganarán cuota de mercado y aumentarán sus resultados y su rentabilidad. Junto a la energía renovable y la movilidad eléctrica, el agua será uno de los campos que más interés generará para los inversores en los próximos años. 

 

 

Aunque es difícil llegar a la dramática situación que se está viviendo en Somalia, con millones de desplazados, Europa también se enfrenta a una situación caótica en los próximos años por la sobreexplotación de los recursos hídricos. Así lo refleja el índice de explotación de agua (WEI). Este indicador muestra la cantidad extraída cada año, en proporción al total de los recursos de agua dulce a largo plazo. Se considera que un WEI superior al 20 % indica que un recurso hídrico está sometido a estrés y si supera el 40 % está sometido a un grave estrés. Países europeos como Chipre, Bélgica, Italia, Malta y la propia España están utilizando más del 20 % de sus recursos hídricos a largo plazo.  

 

En nuestro país, el uso para el riego es uno de los principales responsables de la extracción de este valioso recurso. En la Unión Europea, en torno al 40 % del consumo total al año se destina al sector agrícola, un 90 % de este consumo se utiliza en el sur de Europa. España es, junto a Italia, la región de la Unión Europea que cuenta con la mayor superficie de regadío. Una bendición y un problema de largo plazo al mismo tiempo.  

 

Fondos especializados en la inversión en agua 

 

En caso de no adoptar medidas urgentes para evitarlo, la brecha entre oferta y demanda de agua seguirá abriéndose, pudiendo llegar a alcanzar el 40 % para el año 2030. A la vuelta de la esquina. En este sentido, los expertos recuerdan que acceso al agua potable y al saneamiento también puede ser apoyado a través de las inversiones. En la actualidad ya existen numerosos fondos dedicados a seleccionar activos con esta temática ya no solo obtener una buena rentabilidad para sus partícipes, sino en busca de una dimensión socialmente responsable. 

 

A ello se suma una importante repercusión económica. Además del impacto sobre la vida de los seres vivos, el Banco Mundial prevé que la repercusión en el PIB de algunos países podría llegar al 6% para 2050. 

 

Cada vez se hace más relevante, por tanto, la inversión en infraestructuras, la implementación de soluciones tecnológicas para ahorrar agua, en especial en el campo, así como la medición de la cantidad que gastamos con el objetivo de aumentar la concienciación y mejorar los sistemas de desalinización. Conviene recordar que la superficie de nuestro planeta está compuesta en tres cuartas partes por agua.  

 

Sin embargo, solo una pequeña parte del agua de toda esta cantidad es potable. Apenas el 2,5 % es agua dulce y, además y la mayor parte, además, no es accesible. Del 70 % al 80 % de toda el agua dulce se encuentra congelada en la Antártida. Esto supone que solo el 0,5% del agua es de fácil acceso.  Eso implica, según datos de la ONU, que un tercio de la población mundial no tiene acceso a agua potable salubre y dos de cada cinco personas no cuentan con una instalación básica. 

 

Solucionar estos problemas no es tarea fácil, pero ya hay algunos fondos de inversión internacionales que están poniendo su granito de arena. Entre ellos cabe destacar a RobecoSAM Sustainable Water y Pictet Water. 

 

El primero de ellos, centra sus inversiones en empresas de todo el mundo que ofrecen productos y servicios a lo largo de toda la cadena de valor del agua o que ofrecen productos o tecnologías que favorecen un consumo más eficiente del agua (infraestructuras hídricas, distribución del agua corriente, recogida y el tratamiento de las aguas residuales…). 

 

El segundo, invierte principalmente en renta variable de empresas internacionales que suministran agua o servicios de su tratamiento, tecnología del agua o servicios medioambientales. El gestor de inversiones de Pictet Water utiliza una combinación entre análisis del mercado y análisis fundamental de empresas, para seleccionar valores que a su juicio ofrecen perspectivas de crecimiento favorables a un precio razonable. 

 

Dos buenas opciones tanto para contribuir de forma sostenible al planeta como para obtener buenas rentabilidades de inversión durante la próxima década. 

 

Julio Muñoz es periodista de información económica y experto en comunicación.

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