El impacto sobre los mercados y la economía del cierre de Gobierno de Estados Unidos parece limitado, pero dependerá de su duración, que probablemente será el más largo de la historia. La Fed deberá acudir a fuentes alternativas para conocer importantes indicadores económicos como el IPC o el informe de empleo para decidir su política monetaria en un momento clave para los mercados mundiales
El pulso político entre Demócratas, en busca de garantizar los fondos destinados a Sanidad, y Republicanos por la aprobación del Presupuesto para el nuevo ejercicio fiscal ha supuesto el cierre de Gobierno. El cierre comenzó el 1 de octubre y dado el desencuentro entre unos y otros hace prever una prolongada situación de bloqueo con serias implicaciones tanto directa como indirectamente sobre los ciudadanos, los mercados y la economía.
De momento, todas las funciones gubernamentales no esenciales han sido suspendidas hasta que se apruebe un nuevo presupuesto. En la práctica, esto implica que alrededor de 750.000 empleados públicos han sido dados de baja debido a la falta de fondos públicos. Trabajadores que, supuestamente, percibirán el pago su nómina de forma retroactiva.
Esta medida, sin embargo, debe pasar por el Congreso, y el presidente Trump ya ha avanzado la posibilidad de no realizar este reembolso como medida de presión para que los Demócratas den su brazo a torcer. De hecho, ha sugerido que buena parte de los trabajadores en vez de ser suspendidos sean despedidos de forma permanente para recortar lo que denomina como 'madera muerta' del Gobierno.
Más allá de los excesos retóricos del presidente Trump, los analistas prevén un impacto limitado del cierre. Se trata del undécimo cierre del Gobierno estadounidense desde 1980. El más reciente, recuerda Anthony Willis, Senior Economist, Columbia Threadneedle Investments, "fue el ocurrido durante el primer mandato de Trump, entre 2018 y 2019, se prolongó durante 35 días y se estima que costó a la economía estadounidense alrededor de 11.000 millones de dólares".
De esa cantidad, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, unos 3.000 millones de dólares en actividad económica nunca se recuperaron. "Aunque se trata de una cifra significativa, resulta relativamente pequeña en el contexto de una economía de 29 billones de dólares", apunta Willis
En cuanto a los mercados financieros, apenas se está dejando notar de momento. Los índices bursátiles estadounidenses se mantienen sin grandes perturbaciones en zona de máximos históricos y tampoco se han observado sobresaltos significativos en los mercados de bonos. Con todo, el resto de los mercados internacionales observan la situación con inquietud.
A diferencia de cierres anteriores, este no está vinculado al debate sobre el techo de la deuda. Dicho límite se elevó en agosto en unos 5 billones de dólares como parte de la denominada 'Big Beautiful Bill', por lo que esa cuestión, al menos por ahora, queda fuera de discusión.
La principal preocupación, por tanto, reside en la falta de datos económicos. Debido al cierre, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) -encargada de publicar indicadores clave como los informes de empleo y las cifras de inflación- permanece cerrada.
Esto es especialmente relevante porque la Reserva Federal (Fed) se encuentra actualmente en un entorno muy dependiente de los datos. Sin acceso a esta información, el banco central norteamericano estará, en esencia, navegando a ciegas en un momento clave en pleno ciclo de recorte de tipos marcado por los signos de debilidad económica.
No obstante, dispondrá de fuentes de datos alternativas, aunque no tan precisas, estas cobrarán mayor importancia en las próximas semanas si no se encuentra una solución al cierre.
Según los mercados de predicción, como Polymarket, existe en estos momentos un 72% de probabilidades de que el bloqueo se prolongue hasta mediados de mes y un 25% de que acabe convirtiéndose en el más largo de la historia.
En consecuencia, señala el analista de Columbia Threadneedle Investments, "aunque esta situación resulta más frustrante que preocupante para los mercados financieros, la falta de información -especialmente en lo que respecta a los datos de empleo y de inflación- podría convertirse en un problema. Dicho esto, tanto desde la perspectiva económica como desde la de los mercados, no se trata de un drama importante". Sin embargo, cuanto más se prolongue el cierre, más frustrante será, no solo para los norteamericanos, sino también para una Europa muy pendiente del repunte de la inflación.
Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación