Gajanejos conecta con su pasado anterior a la Guerra Civil recuperando las Vaquillas del Carnaval

Publicado por: Marta Perruca
02/03/2023 01:09 PM
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Vaquillas de Gajanejos. Imagen: Virginia Barbancho
Vaquillas de Gajanejos. Imagen: Virginia Barbancho

Estos personajes ancestrales regresan al Carnaval de la localidad alcarreña, tras perderse en la Guerra Civil, cuando el municipio fue totalmente devastado y tuvo que ser reconstruido años más tarde de finalizado el conflicto

 

Gajanejos no tiene patrimonio histórico material alguno anterior a 1941. La Guerra Civil redujo a escombros y cenizas este pueblo, que volvía a emerger algunos metros más allá con fábrica de nuevo cuño, una vez finalizado el conflicto, pero conserva otro tipo de patrimonio quizá más importante, como es el sentimiento de identidad de sus gentes. Gajanejos es uno de esos pueblos pequeños de la Alcarria con apenas unos 40 vecinos censados, pero otros muchos que mantienen una segunda vivienda y se escapan fines de semana y festivos para devolverle el latido al pueblo y volver a ser ellos mismos.

Panorámica de Gajanejos.
Panorámica de Gajanejos.



Este fin de semana tienen ya todo preparado para celebrar un Carnaval muy especial. Una fiesta que recuperaban en 2008 adaptada a los tiempos y que ahora, además, rescata del olvido unos personajes bastante traviesos, que hasta la Guerra Civil formaban parte de su tradicional parafernalia: “Las vaquillas o los vaquillas, no sabemos muy bien, porque hay gente que los llama de una manera o de otra”, comenta Virginia Barbancho, una de las precursoras de esta iniciativa.

 

Tal y como explica esta gajanera, se trata de una fiesta que se celebraba en el municipio “desde tiempos inmemoriales”, dentro de esos personajes carnavalescos tan típicos de esta provincia que se engloban dentro del término de botargas. No obstante, cuando estalló la Guerra Civil, esta localidad cayó en plena línea de frente en la Batalla de Guadalajara, siendo totalmente destruida en marzo de 1937: “La gente estuvo viviendo en cuevas y chabolas y una vez terminada la guerra se prohibió el Carnaval, con lo que se perdía esta tradición”, relata.

 

Los vecinos recuerdan que en los años previos a la Transición, “hubo un par de años en los que las vaquillas salieron de nuevo a la calle. No sabemos si porque se relajaron un poco las restricciones o porque los vecinos de Gajanejos se aventuraron a hacerlo”. Pero a excepción de esos dos años, que estiman en torno a la década de los 50 o 60 del siglo pasado, este personaje, que solía salir el martes y el sábado de Carnaval, quedaba diluido en la memoria de los gajaneros.

 

Este año, gracias al apoyo de esas personas que palpitan al ritmo de las tradiciones de esta provincia, como el alcalde de Riba de Saelices, Ricardo Villar, o de Isabel Nolasco, presidenta de la Asociación Tradición Oral, que fue la impulsora de la Ruta de las Botargas guadalajareña, entre otras, los vecinos del pueblo se embarcaron en la aventura de recuperar estos particulares personajes.

 

“Empezamos a preguntar a la gente mayor. Mis abuelos fallecieron en 2013, pero tenía muchos apuntes de lo que me habían contado. También de otras personas que tampoco viven, pero pudimos recuperar información, junto con los testimonios de las personas mayores que tenían recuerdos de estos personajes. Hemos estado recopilando todas esas fuentes, con lo que hemos podido llegar a una conclusión de cómo eran esas figuras”, aclara Barbancho.

 

Al margen de los testimonios orales, indica, no existen fuentes documentales, salvo un artículo de José Ramón López de los Mozos, en el que hace mención a estos personajes con motivo de la recuperación de la fiesta del Carnaval de Gajanejos, en el año 2008, “pero a parte de eso no existe nada más”.

 

 

La fiesta de las Vaquillas de Gajanejos, a diferencia de otras botargas de la provincia que tienen muy definida su puesta en escena, explica, era una tradición “mucho más espontánea e improvisada”. “Había años que salía uno, otros dos, tres o cuatro, porque la gente decidía de manera espontánea vestirse de vaquilla”, detalla.

 

Este personaje, se caracteriza fundamentalmente, por intentar ocultar su identidad al resto de vecinos y salir ataviado con diferentes complementos a perseguir a los gajaneros para “molestarles, incordiarles e intentar arrebatar la merienda a los niños, que en aquellos días merendaban lo que llamaban el mollete, que era como un bollo de pan relleno de chorizo o embutido”.

 

La indumentaria también era improvisada con las prendas habituales de la época: “Para intentar ocultar su identidad, a veces se ponían la ropa del revés o se ceñían por encima capotes o las mantas típicas que llevaban los pastores, que solían ser de cuadros en tonos marrones; se tapaban la cara con tela de artillera, de la que estaban hechas los sacos antiguos y cubrían su cabeza con boina o sombrero de paja”.

 

Las vaquillas de Gajanejos no portaban cuernos, como otros personajes ancestrales de esta provincia, como pudieran ser los Diablos de Luzón. “Llevaban una horca de madera de las que utilizaban en el campo; amugas, que son como una escalera de madera pequeña, que se ponía encima de los mulos, burros y demás, para llevar la carga; o distintos aperos de labranza, que terminasen en punta, que era con lo que molestaban a la gente y hacían correr a los críos. Si llevaban amugas, colgaban los cencerros de ellas y si llevaban otro tipo de aperos, se los colgaban en la cintura, para hacer ruido y que la gente supiera donde estaban”.

 

Con esta información, los vecinos de Gajanejos han recuperado dos personajes, uno de ellos con horca y el otro con amuga, “que son con las que desfilamos en el Carnaval de Guadalajara, que fue la primera vez que hemos salido a la calle con estas vaquillas recuperadas”.

 

Las mujeres están totalmente integradas en las fiestas de las botargas de la provincia, que en el pasado parecían relegadas a los hombres. De hecho, comenta Virginia, en el Carnaval de Guadalajara fueron ella misma, y otra vecina, Verónica ,las que se vistieron de vaquillas para la ocasión.

El Carnaval llega con dos semanas de retraso a este municipio alcarreño, con el fin de evitar que que coincida con el Carnaval de Guadalajara y con otros festejos de la zona y propiciar que los gajaneros puedan participar de la fiesta. La Comisión de Festejos ha preparado un programa de actividades carnavaleras que arrancan por la mañana con la comparsa de los Gaiteros de Villaflores, que tocarán a diana, para dar paso a la salida de la vaquilla y al baile vermú. Posteriormente, tendrá lugar la comida popular, seguida de un campeonato de mus y gincana. Por la tarde, se celebrará la fiesta de disfraces típica, animada por la charanga “Los Maniseros” y un DJ.

 

La iniciativa para la recuperación de esta tradición ha partido de dos personas, Virginia y Verónica, pero tal y como indica, “en cuanto lo hemos comentado, hemos recibido el apoyo del Ayuntamiento, la Comisión de Fiestas, la Asociación Cultural... Es un pueblo pequeño, por lo que no es necesario que las iniciativas surjan de ningún estamento oficial. En cuanto alguien hace una propuesta, empieza a circular por los grupos del Whatsapp, la página web, etc., y se pone en marcha la maquinaria. Ha colaborado muchísima gente y nos consta que las personas mayores están muy ilusionadas con la recuperación de este personaje”, detalla Virginia.

 

Para los vecinos de la localidad, el hecho de recuperar esta tradición tiene un significado especial: “El pueblo se pulverizó completamente durante la Guerra Civil con lo que no queda nada anterior a 1941, que fue cuando se inauguró el pueblo nuevo. No tenemos, como sí ocurre en otros pueblos, un Ayuntamiento, una iglesia, una ermita, una imagen de una virgen que daten de antes. Entonces, mantener vivas las tradiciones es como conservar el único hilo que nos queda con ese pasado anterior a la Guerra Civil”, concluye.

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