Las Carnicerías Ortega dan la voz de alarma para que el resto de servicios del Señorío de Molina no corran su misma suerte

Publicado por: Marta Perruca
22/03/2023 08:00 AM
Reprods.: 19.988

La empresa familiar echa el cierre después de alrededor de 60 años establecida en la zona, con carnicerías en Alcoroches, Alustante y Orihuela del Tremedal, que prestaban servicio a medio centenar de pueblos y daban trabajo a once personas durante todo el año

 

La coyuntura económica y la despoblación han ganado la batalla a las Carnicerías Ortega, que servían a medio centenar de pueblos del Señorío de Molina y Teruel, en el corazón de la España vaciada, dando empleo a once trabajadores durante todo el año, una plantilla que se ampliaba en temporada alta, durante el verano.

 


Esta empresa familiar, regentada por tres hermanos, Jesús, Gerardo y Juan Carlos Ortega, llevaba alrededor de 60 años establecida en la comarca, desde que sus padres abrieran una pequeña carnicería en Alcoroches, en los años 60 del siglo XX. Un poco más tarde, ampliaban negocio en Alustante y hace 23 años abrían una tercera carnicería en Orihuela del Tremedal. Además, ponían en marcha una fábrica de embutidos en el mismo pueblo donde se abría la carnicería original. “Cada día hacíamos once o doce pueblos, cubriendo unos días una zona y otros días otra. Salíamos por la mañana hasta que se acababa, dando un servicio una o dos veces por semana y en verano llegábamos a todo lo que podíamos”, relata Jesús Ortega.


Ortega afirma que se trata de una decisión “muy meditada” y que tienen la conciencia tranquila “porque hemos hecho todo lo posible, pero lo lamentamos por nuestros clientes y por la zona”. La decisión está tomada e insiste en que “no hay vuelta atrás”, aunque espera que su caso sirva para dar la voz de alarma y para invitar a los ayuntamientos de la zona y al resto de las administraciones a la reflexión ya que entiende que “detrás de nuestro negocio, irán muchos más, porque la situación es insostenible”.

 

En este sentido, explica que la coyuntura actual ha complicado mucho las cosas a todo tipo de establecimientos del tercer sector “panaderías, bares, talleres...”, teniendo en cuenta que los precios de las materias primas se han duplicado, junto con los gastos fijos, con lo que “el margen de beneficios se reduce cada día más”, algo que asegurá esta asfixiando a los empresarios autónomos de la comarca.

 

A ello suma la presión fiscal y las continuas inspecciones y requerimientos de Sanidad que cada día reclama mayores inversiones en el negocio. “Hay lugares donde me consta que tienen inspecciones una o dos veces al año, pero aquí las teníamos semana sí y semana también”, asegura.

 

Asimismo, argumenta que las circunstancias del medio rural no dan para sostener este tipo de negocios durante todo el año. “Nosotros vendíamos bastante, pero de manera muy estacional. En agosto se vende muchísimo y el resto del año no. Entonces, los gastos son muy altos y los once meses que no son agosto se comen los beneficios y mucho más”, afirma


Sin embargo, Jesús Ortega no quiere señalar culpables. Indica que se trata de una decisión que han valorado despacio con la gestoría y que se resume en una única premisa: “el negocio no es rentable”. “Queríamos haber aguantado hasta el verano, pero se han precipitado las cosas (…) No hemos pensado siquiera en el traspaso, porque un negocio que no es viable no se puede traspasar y tampoco tenemos relevo generacional”, añade.


Y es en este punto donde invita a la reflexión, si realmente una empresa que presta servicio a 50 pueblos, “algunos con cuatro habitantes, otros con 20”, con el gasto en personal y gasoil que ello supone, debe tener la consideración de negocio o más bien, como un servicio a la comunidad.


En esta línea valora que los ayuntamientos y el resto de administraciones deberían buscar fórmulas para apoyar al entramado de servicios que todavía subsiste en el medio rural con mayores beneficios fiscales y rebajas en las tasas municipales que reduzcan la presión de los gastos fijos y garanticen su sostenibilidad: “Estamos cuatro gatos en los pueblos y eso no supone dinero. A los cuatro que hay, deberían ayudarles un poco. Antes había gente que funcionaba y gente que no, pero ahora no gana dinero nadie, porque ha cambiado tanto la cosa que, depende de cómo apoyen las administraciones se podrá seguir más o menos y si no, todos caerán”, augura Jesús Ortega.


Por su parte, el alcalde de Alcoroches, José Antonio Lozano, señala el grave perjuicio que supone para la zona el cierre de la carnicería, “sobre todo para la gente mayor, que no tiene posibilidad de desplazarse en vehículo propio”, al mismo tiempo que afirma que se trata de una decisión empresarial en la que el Ayuntamiento de la localidad no tiene competencias. Lozano explica que su municipio cuenta con otra tienda, donde los vecinos pueden seguir haciendo la compra, aunque reconoce que el cierre dejará a la localidad y al resto de pueblos de la zona sin servicio de carnicería, por lo que tendrán que desplazarse a otros municipios como Brochales, Checa o Molina de Aragón.

Vídeos de la noticia

Imágenes de la noticia

Categorías:
Tags:
Powered by WebTV Solutions