La Virgen del Carmen recorrió las calles de Molina de Aragón como patrona de la ciudad por primera vez
El Pleno del Ayuntamiento de Molina ha ratificado por unanimidad que la Virgen del Carmen sea copatrona de Molina junto con la Virgen de la Inmaculada, a petición de la Cofradía del Carmen
La Virgen del Carmen descansa ya en su ermita de la calle San Juan después de un intenso fin de semana en el que la imagen recibía un multitudinario baño de masas en los distintos actos religiosos, que despiertan un gran fervor entre los molineses. Las Fiestas en honor a la Virgen del Carmen tenían este año un significado muy especial en Molina de Aragón, ya que se trata del primero en el que la imagen ha recorrido las calles de la capital del Señorío como copatrona de la ciudad, junto con la Virgen de la Inmaculada. Una decisión que ha sido ratificada en un Pleno municipal celebrado el pasado viernes, 14 de julio, por unanimidad de todos los concejales de la Corporación Muncipal.
Además, tal y como adelantaba El Decano de Guadalajara, las obras de la Iglesia de Santa María La Mayor de San Gil culminaban a tiempo para volver a abrazar esta festividad, después de unas fiestas de 2022 atípicas, con lo que esta semana tan especial para los molineses, en la que honran con gran devoción a la Virgen del Carmen, daba el pistoletazo de salida con la inauguración de las obras del templo y la dedicación del nuevo altar, el pasado sábado 8 de julio, aunque ya el día 7, como marca la tradición, tenía lugar la bajada de la Virgen desde su ermita, hasta el esplendoroso centro religioso que ha sufrido un lavado de cara integral.
La imagen de la Virgen del Carmen presidía este acto inaugural que se celebraba con una emotiva Misa oficiada por el obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, acompañado por numerosos sacerdotes que han servido en las parroquias molinesas a largo de las últimas décadas y cantada por la Coral de Molina de Aragón. Una Eucaristía cargada de simbolismo a la que tampoco faltaron numerosas autoridades como el presidente de la Diputación Provincial, José Luis Vega, el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, el delegado de la Junta en Guadalajara saliente, Eusebio Robles, o el candidato al Congreso por Guadalajara, Antonio Román, y por supuesto, el alcalde de Molina, Francisco Javier Montes, encabezando a toda la Corporación Municipal.
De esta manera, no era de extrañar que doblaran las campanas de las distintas iglesias en momentos señalados del día y que éstas hayan sido unas de las fiestas del Carmen más multitudinarias que se recuerdan en la ciudad.
Las Fiestas en Honor a la Virgen del Carmen en Molina de Aragón destacan por la gran vistosidad de las procesiones de los soldados y la banda de la Cofradía y Orden Militar del Monte Carmelo o Cofradía de la Virgen del Carmen ataviados con uniformes marfil y grana. La procesión del 16 de julio está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional desde 1994 y se conoce popularmente como la procesión de los cangrejos por el color rojizo de sus trajes. Tras una Misa solemne cantada de nuevo por la Coral, recorrió las calles escoltada por la Guardia de Honor y la Escuadra de Alabarderos y las autoridades municipales, que estuvieron acompañadas por el nuevo delegado de la Junta en Guadalajara, José Luis Escudero.
La Guardia de Honor y la Escuadra de Alabarderos visten levitas blancas con puños encarnados y pantalón rojo, así como un alto morrión negro en la cabeza y salen armados con alabardas y picas de los siglos XVI y XVII y espadas. La banda de trompetas y tambores lleva chaqueta encarnada y pantalón marfil.
Aunque se trata de una hermandad religiosa, la cofradía cuenta con una organización marcial con un un coronel en jefe, teniente coronel, comandante, capitán, teniente abanderado, alférez con estandarte, cabo, escuadra de gastadores y la banda de trompetas y tambores.
Uno de los actos más multitudinarios tienen lugar en la víspera de la fiesta, durante la noche de 15 al 16 de julio, con el canto de la Salve, compuesta por el músico catalán Enrique Camó Alsina a finales del siglo XIX, cuya hija, Julia Camó, ingresaba en el Convento de las Ursulinas de Molina en 1884 y el Himno del Carmen. Hasta la media noche la bandera del Carmen y el Estandarte fueron custodiados por la Guardia de Honor en el Ayuntamiento, momento en el que fueron trasladados en procesión por los soldados de la Orden hasta la Iglesia de San Gil, que se abren paso entre los fieles al ritmo de los tambores. Cerca de un centenar de molineses y molinesas entonaron estos dos himnos ante los cientos de personas que abarrotaron el templo más importante de la ciudad.
Posteriormente, tuvo lugar uno de los actos más solemnes en la Plaza de España, donde la Cofradía ejecuta el Toque de Oración en honor a los hermanos difuntos de la Orden con el clamor del Himno de España. Momentos después se desplegaba en el cielo una cascada de fuegos artificiales.
Los actos llegaban a su fin con la subida de la Virgen a su ermita, en la calle San Juan entre el rumor de los tambores, cornetas y trompetas de la banda y la Misa de Rueda en honor a los difuntos de la cofradía, que ha tenido lugar esta mañana.