Susana Martínez, portavoz del grupo Aike en el Ayuntamiento, junto al número dos del partido y anterior concejal del grupo, Jorge Riendas, han explicado su postura frente a la Ordenanza de la nueva Zona de Bajas Emisiones, que se aprobaba el pasado viernes en el Pleno Municipal con su voto en contra. “Creemos que como se ha hecho es absolutamente inútil, teníamos una oportunidad con la ZBE de repensar la movilidad en la ciudad y se ha quedado en un mero trámite para intentar cumplir con las obligaciones legales. Es una oportunidad perdida, donde simplemente se regulan los accesos de los coches que acceden al casco, con tantas excepciones que prácticamente no tendrá ningún efecto .” Explica la portavoz de Aike.
Señalan en primer lugar que la delimitación de la ZBE ya es muy reducida, se va implementar en un perímetro de tan solo 5 km y afecta a una de las zonas de la ciudad menos pobladas, por lo que si se logra algunos de los objetivos de mejora de la calidad del aire y reducción del ruido, los beneficios no llegaran ni al 9% de la población de Guadalajara, menos de 8.000 habitantes. Además, analizan desde la formación muncipalista, es una zona con un tráfico nada desmesurado pero con unos condicionantes que delimitan mucho las acciones que se pueden llevar a cabo. Si la ZBE hubiese sido otra, las medidas y opciones podrían haber sido otras mucho más efectivas, en el casco la ciudad la circulación es compleja y con muchas limitaciones.
El grupo explica que el proyecto de la ordenanza se basa en un modelo tipo de la FEMP al que le han hecho pocas modificaciones, “como si Guadalajara fuese lo mismo que Lugo o Almeria” añade Martínez. Les sorprende la escasa participación en el proceso y no haber encontrado informes de las áreas a las que pueda afectar como puede ser urbanismo, medio ambiente, infraestructuras o policía. Esperaban un trabajo transversal, aseguran, algo obligatorio en el procedimiento de cualquier ordenanza. “Esta falta de informes previos provoca contradicciones con ordenanzas ya existentes, por ejemplo se va a permitir el libre acceso de vehículos pesados de hasta 12.000 o 18.000 kilos cuando la Ordenanza General de Circulación prohíbe entrar al casco a vehículos cuyo peso máximo sea más de 10.000 kilos”, apunta Jorge Riendas.
Otro de las cuestiones que hecha en falta Aike es que no se ha cuantificado las cargas administrativas que pueda suponer la implantación de ZBE en cuanto a organización de accesos y permisos, gestión de multas o notificación de incidencias. Imprescindibles dicen para que tenga algún efecto.
El anterior portavoz del grupo, Jorge Riendas, ha querido aclarar que esta ordenanza “no se ajusta a la ley 7/2021 Cambio Climático Transición Energética ya que no contempla, nombra, ni articula medidas para facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta u otros medios de transporte activo, así como corredores verdes intraurbanos, como el que planteábamos hacer en el pasado Pleno en colaboración con la UAH. No refleja planteamientos para la mejora y uso de la red de transporte público, incluyendo medidas de integración multimodal. No recoge medidas para mejora de la calidad del aire; y no se incluye en el articulado referencias concretas en materia de ruido, ni se definen Zonas de Protección Acústica Especial”.
El grupo esgrime que las ZBE se instauran para mejorar la vida y la salud de las personas, apostando por una mayor presencia del peatón, por cambios en la movilidad y por la transformación urbana, lo que se traduce en recuperar el espacio público que se ha ido cediendo a los coches. “Esta ordenanza debería servir para el establecimiento de unos objetivos y medidas concretas para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, calidad acústica, el impulso hacia modelos de transporte más sostenibles y la promoción del uso del transporte público pero es simplemente una ordenanza de circulación de vehículos por el casco”, concluye Riendas.