La despoblación complica las labores de conservación de los monumentos de la provincia de Guadalajara

Publicado por: Marta Perruca
17/02/2021 08:25 PM
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La provincia tiene 31 bienes en la Lista Roja y siete han pasado a la Lista Verde gracias a actuaciones de conservación

La extensión de la provincia de Guadalajara, así como su situación en el interior, en lo que se denomina “la España vaciada”, dificulta las labores de conservación de su patrimonio histórico-artístico, de una gran riqueza, por otra parte, tal y como reconoce Alfonso Muñoz Cosme, arquitecto miembro del Comité Científico de la Asociación “Hispania Nostra”, organización que gestiona la plataforma en Internet de “La Lista Roja del Patrimonio”.

Esta iniciativa, surgida en el año 2007, monitoriza alrededor de 800 enclaves patrimoniales en riesgo, en toda España, de los cuales 31 se encuentran en la provincia de Guadalajara: “No es una lista necesariamente exhaustiva de todo lo que está mal, sino de la sensibilidad de la gente para llamar la atención sobre el estado de su patrimonio”, comenta el arquitecto.

En este sentido, Guadalajara es la provincia de Castilla-La Mancha con más monumentos incluidos en la misma. De los 96 inscritos en la región, después de Guadalajara, Toledo cuenta 27 monumentos, seguido de Cuenca y Ciudad Real con 16 cada uno y Albacete, que tiene seis.

Entre los bienes de la provincia se encuentran muchos ejemplos de arquitectura religiosa: Conventos como el de Jesús del Monte de Loranca de Tajuña, el convento carmelita de Budia o el de la Concepción, de Almonacid de Zorita;  monasterios como el de Santa Ana, de Tendilla, San Blas en Villaviciosa de Tajuña o Santa María de Óvila, en Trillo;  iglesias como Nuestra Señora de la Asunción de Villaescusa de Palositos o la de Querencia, en Sigüenza; y ermitas como la de la Soledad, de Sigüenza.

Castillo de los Funes, en Villel de Mesa.// Foto: Página de la Lista Roja del Patrimonio.

Pero también hay un buen puñado de ejemplos de arquitectura civil con castillos como el de Pelegrina o los Funes, en Villel de Mesa; palacios como el del Virrey Valdés, de Molina de Aragón; casas fuertes, como la de la Bujeda, en Traíd; e incluso de arquitectura industrial, como las Salinas de Imón.

“Hay varios monumentos que llevan muchos años subidos a la ‘Lista Roja’. El más antiguo, por ejemplo, es el Monasterio de Santa María de Bonaval (Retiendas), que ha pasado a la ‘Lista Verde’, porque se hicieron obras”. El Monasterio de Monsalud (Córcoles), que también se subió en 2007, ha corrido la misma suerte. “Pero existen otros como el Monasterio de Sopetrán (Hita), el Real Convento de San Francisco (Atienza) o el Convento de Nuestra Señora de la Salceda (Peñalver y Tendilla) que aún hoy permanecen en la Lista Roja”, comenta Muñoz Cosme.

Monasterio de Bonaval en Retiendas.// Foto: Página de la Lista Roja del Patrimonio.

En lo que se refiere a los últimos casos en sumarse a esta “Lista Roja” en la provincia de Guadalajara, cabe destacar que en 2020 se incluyeron, la iglesia de la Soledad (S.XVI) en Campillo de Dueñas y el castillo de Anguix (S.XIV), en Sayatón.

Una muestra de la utilidad de esta plataforma es la rápida reacción de las administraciones “en muchos casos”, en los que según Muñoz Cosme, “emprenden acciones para que pasen a la Lista Verde”, lo que sucede cuando el monumento deja de estar en riesgo, porque se han acometido obras de rehabilitación o consolidación.

Pero también hay casos en lo que “en lugar de salvarse, el edificio termina por derrumbarse, y en ese caso pasa a la ‘Lista Negra’, que son aquellos que son irrecuperables”, explica el experto. Por fortuna, del número total “sólo nueve están en la “Lista Negra” -ninguno de ellos, en la provincia de Guadalajara-, mientras en la “Lista Roja” hay unos 800 y en la verde hay más de 200”.

Concretamente, en Guadalajara existen siete monumentos que se subieron a la Lista Roja y que han conseguido pasar a la “Lista Verde”, porque se han llevado a cabo las acciones necesarias.

Imagen del Real Alcázar de Guadalajara.// Foto: Página de la Lista Roja del Patrimonio.

Uno de ellos, sería la Atalaya de los Casares del siglo X (Riba de Saelices), en la que se llevaron a cabo trabajos de restauración.

En la Iglesia de San Simón(S.XIII-XIV) de Brihuega, se ha hecho una actuación con financiación del Ayuntamiento y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para “la consolidación del edificio mediante la recuperación de las cubiertas, la restauración de los ventanales del ábside y el cosido de las grietas de las bóvedas. Actualmente se está realizando la recuperación de los contrafuertes del templo, para evitar su derrumbe”.

El convento de San Antonio del siglo XV (Mondéjar) se ha beneficiado de una inversión de 159.250 euros en la restauración de la fachada y acondicionamiento y consolidación del entorno y el de San Bartolomé (S.XIV-XVI) en Lupiana, que se ha rehabilitado en su totalidad y hoy es utilizado como salón de eventos.

Por su parte, el castillo de Galve del S.XIII (Galve de Sorbe), fue objeto en agosto de 2018 de labores de desescombro, limpieza y demolición de elementos no protegidos “Se han retirado los materiales de fibrocemento y uralita utilizados en la restauración de los años 70, y la cubierta de esta época, dejando al descubierto la construcción original y las marcas de cantero encontradas en los sillares”. En estos momentos, continúan los trabajos.

Finalmente, en el monasterio de Santa María de Monsalud (S.XII) en Córcoles, se han llevado a cabo obras de restauración y se ha abierto al público y en el monasterio de Bonaval de los siglos XII-XVII (Retiendas), gracias a una intervención, se han consolidado estructuras y retirado la vegetación. También se han controlado las humedades y se ha permeabilizado el edificio, con lo que hoy se permite su visita para ver el resultado de las obras.

Además, Hispania Nostra también cuenta con un servicio de crowd founding o micro-mecenazgo para sufragar las obras que permitan la restauración y consolidación de los monumentos en riesgo: “ Se hacen una campañas en las que hay muchos donantes que dan una pequeña cantidad, que sumada, a veces permite la restauración y que ese monumento se salve”, explica Muñoz Cosme.

Como curiosidad, la capital guadalajareña, tiene dos monumentos de arquitectura civil incluidos en la Lista Roja de Patrimonio: El Real Alcázar y el poblado de Villaflores, y uno de arquitectura industrial, la fábrica de la Hispano-Suiza.

Cómo se suman monumentos a la lista

En esta línea, son particulares o asociaciones locales, los que suelen llamar la atención sobre el estado de un bien, rellenando un formulario disponible en la plataforma https://listarojapatrimonio.org/ y aportando una serie de documentación.

Posteriormente, el Comité Científico de “Hispania Nostra”, formado por seis personas, entre arquitectos, arqueólogos y conservadores de museos, analizarán esa documentación, para comprobar que confluyen dos circunstancias: que ese bien tenga valor patrimonial y que esté en riesgo, para que pueda ser subido a la plataforma. En ocasiones, tienen que solicitar información complementaria a ayuntamientos o administraciones regionales, o incluso hacer visitas particulares al monumento.

Es por ello por lo que Alfonso Muñoz Cosme hace un llamamiento a todas las personas “que vean que algo de patrimonio está en peligro o se encuentre en mala situación, rellene ese formulario porque es una forma de dar a conocer esa situación y a veces se soluciona rápidamente”, finaliza.

 

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