De coches 'secuestrados' , trabajadores en peligro y contratos 'a dedo'

Si usted aparcó mal su vehículo antes del 27 de noviembre y se lo llevó la grúa municipal, sepa que su coche ha sido 'secuestrado' por el Ayuntamiento. Y si usted infringe las normas y deja el utilitario, la moto o la furgoneta estacionados en un lugar prohibido, sepa también que, hasta que vaya a buscarlos, dormirán al raso, ‘perdidos’ en cualquier vía de la ciudad. 

Y esto es así porque el Consistorio ha hecho oídos sordos al requerimiento de la Inspección de Trabajo ante el mal estado de las instalaciones del depósito municipal de vehículos. Según ha denunciado el sindicato UGT, la Inspección ha clausurado a cal y canto la puerta de acceso al mismo ya que “no cumple las más mínimas medidas de seguridad”, ni para los trabajadores, ni para los usuarios. Porque, una vez abierta, ésta  puede caerle encima a cualquier incauto que acuda a estas instalaciones. 

La 'ingeniosa' solución que se ha buscado ante la imposibilidad de utilizar el garaje, ya de por sí saturado, ha sido repartir los vehículos que retira la grúa por distintos puntos de la ciudad y echarles el cepo, cuando lo más lógico sería arreglar la puerta y subsanar el resto de defectos detectados. La situación es poco menos que surrealista. 

No sabemos qué le ocurre a este equipo de Gobierno con los empleados de la grúa. Después de que amagaran con una huelga en plenas Ferias y Fiestas por el incumplimiento del acuerdo del Pleno del 28 de abril de 2023, en el que se aprobó la gestión directa de la grúa por parte del Consistorio y la contratación como personal laboral fijo de los seis trabajadores del servicio, y después de que éstos presentaran una denuncia ante el tribunal de lo Contencioso Administrativo, el equipo de Gobierno de PP y Vox parece haber emprendido contra ellos una guerra de desgaste. 

Y qué mejor forma de minar su moral que dejar abandonadas las instalaciones en las que desarrollan su trabajo. Porque, ante la petición de soluciones por parte de UGT, desde el Consistorio alegan no tener constancia de ningún requerimiento, cuando realmente la comunicación a todas las partes implicadas -administración municipal, empresa concesionaria, trabajadores y UGT- está fechada el 27 de noviembre. 

Es curioso ver cómo se volatilizan los informes en la Casa Consistorial. Porque tampoco se sabe nada del famoso 'informe fantasma' sobre la remunicipalización del servicio de la grúa, que no aparece desde hace siete meses. La alcaldesa siempre se jacta de su defensa de los técnicos municipales, pero no duda en ponerles a los pies de los caballos en cuanto tiene ocasión. Lo hemos comprobado recientemente con el polémico sistema de votación utilizado en el Pleno en el que se aprobó el ‘castrazo’. O, esta misma semana, cuando ha sido incapaz de atender a los comerciantes de los puestos navideños, quienes no se pueden instalar por falta de un espacio adecuado y montaron un buen escándalo en la plaza Mayor, debajo de su famoso ‘balcón de Ferias’.  La que tuvo que dar la cara ante los airados empresarios fue una funcionaria, quien no recibió el respaldo de ningún representante municipal. 

A este equipo de Gobierno, la Inspección de Trabajo le ha sacado los colores y le exige que actúe. Pero los concejales y concejalas, liderados por la alcaldesa, están a lo suyo, disfrutando de esta Navidad tan maravillosa, tan luminosa, tan cristiana, tan apasionante y tan multitudinaria que nos han programado. 

Lo grave de este asunto es que no estamos hablando de un tema con trasfondo político o ideológico, sino de un problema grave de inseguridad laboral. El Ayuntamiento debería haber actuado con mayor presteza porque conoce la situación desde hace meses de boca de los empleados. Si esa puerta hubiese fallado y algún trabajador o usuario hubiera resultado herido u otra cosa peor ¿De quién sería la culpa? ¿De los operarios? ¿De los usuarios? ¿De la empresa concesionaria? ¿Del anterior equipo de Gobierno, ese demonio al que culpan de todo? No. La culpa es de quien hace dejación de funciones, en este caso, la Administración municipal encargada de la gestión del edificio.  

En resumen, una pésima gestión que, de no adoptarse medidas correctoras, tendrán que pagar los ciudadanos de sus bolsillos si al final los tribunales dan la razón a los empleados o la Inspección tiene que actuar de oficio. Después vendrán los lamentos, las quejas y las denuncias de supuestos agujeros económicos -ya casi butrones según los datos del PP- que suman millones de euros y que dicen haber heredado de otros.

Por cierto, millones de euros, en concreto uno y medio, que parecen brotar como flor de primavera cuando se trata de incorporar a nuevo personal a la plantilla municipal. Según denuncia el PSOE, medio millón para seis puestos de confianza, es decir ‘contrataciones a dedo’, para apoyar a los concejales en sus múltiples tareas diarias, y un millón de euros para incluir en nómina a los diez trabajadores de la Oficina Técnica de Proyectos que se encargan de la gestión de fondos europeos. Estas 16 personas pueden considerarse privilegiadas porque, al parecer, se merecen más cobrar de las arcas municipales que los operarios de la grúa quienes, para más inri, lo tienen reconocido por un acuerdo de Pleno. Un verdadero sinsentido y una injusticia brutal.    

Este es el Gobierno austero que nos prometieron PP y Vox en Guadalajara. Austero para lo que les conviene. Austero para no ejecutar las más que necesarias obras de mejora en las instalaciones de la grúa, austero para no contratar como personal laboral a seis trabajadores, austero para iluminar la ciudad en Navidad, austero para actividades, actuaciones y programas municipales en cantidad y calidad, y un largo etcétera de ‘austeridades’ ya conocidas y, lo peor, las que nos quedan por conocer.

Austeridad, sí. Pero para los demás. No para ellos. 

Coches 'secuestrados', trabajadores y usuarios en peligro, expedientes 'desaparecidos' y contrataciones 'a dedo' ¿Alguien da más? Se admiten apuestas.