En 2023 se retiraron de la circulación 467.000 billetes en euros falsos, uno de los niveles históricamente más bajos en comparación con el total en circulación, certificando que el pago en metálico sigue siendo un medio seguro y fiable. La mayoría de los billetes, un 70%, eran de 20 y 50 euros
El problema de la falsificación de monedas y billetes se remontan casi hasta el mismo momento en que se inventaron como medio de pago. Sin embargo, en las últimas décadas había alcanzado un nivel de sofisticación jamás conocido gracias a las herramientas tecnológicas, poniendo en peligro la estabilidad del sistema financiero. De no estar bajo control, la circulación de moneda falsa puede llegar a socavar la economía, debilitar instituciones financieras y poner en peligro los medios de subsistencia de las personas. Además, esta actividad fraudulenta, impulsa la economía sumergida y da alas a los negocios delictivos.
De ahí la importancia de erradicar la falsificación. Una lucha compleja que se basa en tres grandes pilares. El primero de ellos el técnico destinado a recoger, analizar y catalogar la información sobre billetes y monedas falsos. Esta labor, en nuestro país, recae sobre el Banco de España, en concreto sobre el Centro Nacional de Análisis (CNA) y Centro Nacional de Análisis de Moneda (CNAM).
Esta información técnica y estadística se comunica además al Eurosistema y a las fuerzas y cuerpos de seguridad, en concreto, a la Brigada de Investigación del Banco de España perteneciente a la Policía Nacional (BIBE). Sobre ella recae la labor de investigar y perseguir los delitos relacionados con la falsificación del euro, labor crucial para mantener la integridad de nuestra moneda.
El tercer y último pilar es el judicial, apoyado en el Código Penal según el cual se fijan penas de 8 a 12 años para todo aquel que falsifique o altere billetes o monedas en euros, así como multas de hasta 10 veces del valor falsificado. También se establece como delito, con penas de prisión o multas, el hecho de expender o distribuir moneda falsa después de conocer su falsedad, aun habiéndola recibido de buena fe.
Estas tres estructuras se coordinan entre sí en la lucha contra la falsificación no solo a nivel nacional sino también supranacional. Fruto de ello, durante el pasado año se retiraron de la circulación unos 467.000 billetes en euros falsos.
La probabilidad de recibir un billete falso es, por tanto, muy remota, pues su número sigue siendo bajo en comparación con el número de billetes en euros auténticos en circulación. En 2023 se detectaron dieciséis billetes falsos por cada millón de billetes auténticos en circulación, una de las proporciones más bajas desde la introducción de los billetes en euros a principios de siglo. De este modo, se garantiza que la utilización de efectivo siga siendo un medio de pago seguro y fiable.
Aunque la proporción es muy pequeña, el número de billetes falsos aumentó respecto a 2022, año en el que el nivel de billetes falsos fue excepcionalmente reducido tras la pandemia de coronavirus. No obstante, el número de falsificaciones continuó siendo más bajo que en los años anteriores a la pandemia.
Los billetes de 20 y 50 euros volvieron a situarse entre los más falsificados, representando ambas denominaciones más del 70% del total. Son los más fáciles de colocar y a los que conviene prestar una especial atención.
El 97,2% de los billetes falsos se detectaron en países de la zona del euro, mientras que el 1,9% se hallaron en Estados miembros de la UE no pertenecientes a la zona del euro y el 0,9 %, en otros lugares del mundo.
La mayoría de estos billetes son fáciles de detectar debido a sus malas imitaciones de los elementos de seguridad o a que carecen de ellas. Las falsificaciones no deben ser motivo de preocupación para los ciudadanos. Aun así, conviene mantenerse siempre en alerta.
Los billetes pueden reconocerse fácilmente utilizando el método 'toque, mire y gire' según los distintos elementos de seguridad de los propios billetes. El Eurosistema también ayuda a los profesionales que manejan efectivo asegurando que las máquinas de tratamiento y procesamiento de billetes evaluadas positivamente identifican con fiabilidad los billetes falsos y los retiran de la circulación.
Las autoridades recuerdan que pagar con billetes falsos es un delito con consecuencias penales, incluso si no se es el responsable de su fabricación. Por este motivo, en caso de recibir un billete sospechoso lo primero es intentar verificar que es auténtico ya sea comparándolo o utilizando máquinas para detectar falsificaciones.
Si su sospecha se confirma, tanto si ha logrado detectarlo y rechazarlo al momento como si ha tenido la mala suerte de ser engañado, lo más recomendable es dirigirse a la policía o, cuando la práctica nacional lo permita, a su banco central nacional u oficina bancaria. Se quedará usted sin el dinero, pero con la conciencia más tranquila.
Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación.