El Servicio de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil ha desactivado un proyectil de artillería de la Guerra Civil en el término municipal de Jadraque. Tal y como ha informado a través de los distintos perfiles del cuerpo en las redes sociales, el dispositivo fue localizado este domingo, 18 de febrero, por un agricultor. El proyectil tenía la carga intacta, por lo que se requería la intervención de este servicio especializado.
La Guardia Civil hace hincapié en que, ante el hallazgo de artefactos explosivos, se debe dar aviso a través del teléfono 062 y no manipular, ni trasladar en ningún caso el dispositivo.
Cabe recordar que este servicio también neutralizaba una granada originaria de la Guerra Civil en una vivienda en construcción en la localidad alcarreña de Romancos, a finales del pasado mes de enero. Es bastante habitual la aparición de granadas, obuses y otro tipo de dispositivos o munición de la contienda en los parajes de la Alcarria, sobre todo en el entorno de la A-2, donde se libró la Bartalla de Guadalajara entre el 8 y el 23 de marzo de 1937, como un intento del bando franquista de tomar Madrid por el norte.
El sector de Jadraque fue parte del frente estabilizado de Guadalajara tras la Batalla de Guadalajara. Desde ese momento se integró en la España Franquista, convirtiéndose en un eje de comunicaciones y logística fundamental para el sostenimiento del flanco este del asedio de Madrid.
Entre las estructuras de uso bélico que se construyeron en su término municipal se cuentan redes de trincheras, pistas militares, barracones y también espacios concentracionarios para prisioneros republicanos.
Un equipo de investigación del CSIC, bajo la dirección de Luis A. Ruiz Casero y Alfredo González Ruibal, abordó el estudio arqueológico de uno de estos espacios, a principios de 2022, gracias a una subvención del Ministerio de la Presidencia para la recuperación de la Memoria Democrática, en el llamado campo de concentración de Casa del Guarda.
Según arrojan los resultados de este trabajo, el campo funcionó desde mediados de 1938, cuando fue establecido como campamento para fuerzas de los llamados Batallones de Trabajadores, prisioneros de guerra republicanos empleados en labores de fortificación por el ejército franquista. Se mantuvo como tal hasta el final de la guerra cuando, con el desplome de los frentes gubernamentales, recibió la llegada masiva de los restos de diversas unidades del IV Cuerpo de Ejército republicano, reutilizándose el espacio como un campo de concentración al uso.
En esta segunda fase llegó a albergar a unos 5.000 prisioneros. El campo fue clausurado el 13 de abril de 1939 tras dos semanas de uso.
