9 de febrero de 2024, Centenario del incendio que destruyó la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara

El pasado 9 de febrero se cumplieron los cien años de un episodio catastrófico para la ciudad que ha marcado el futuro de Guadalajara por mucho tiempo.

 

La noche del sábado 9 al 10 de febrero, hacia las once, el sereno municipal, Teodoro Lopez, vio cómo salían humo y llamas de la Academia Militar. Subió corriendo hacia la Casa Consistorial y empezó a tocar la campana de alarma. Alertó al municipio y oficiales, cadetes de la Academia, soldados y vecinos, al no existir bomberos. Albañiles de la ciudad con una pequeña bomba y formando cadena, comenzaròon a luchar contra las llamas, que se propagaban rápidas con la estructura de la cubierta y los suelos de madera. A la media hora de haber sido detectado el fuego, todo el edificio era una llama. A las cuatro horas llegaron los bomberos de Madrid, pero al día siguiente, a las tres de la tarde, concluido el mismo, el edificio estaba completamente en ruinas.

 

Las pérdidas habían sido cuantiosas. Quedaron derribados los gabinetes de Construcción, Topografía, Física, Mineralogía y Fotografía, las hojas manuscritas de las 115 promociones que habían pasado por la Academia, la Sala de Retratos con 104 fotografías y óleos. Se quemaron el Archivo Histórico, las colecciones de minerales y la Biblioteca con más de 28.000 volumenes. El estado del edificio era tan deplorable que los ingenieros tuvieron que derribar la torre, situada en el centro de la fachada, para impedir que su caída causara algún daño personal.

 

Hubo actos de valentía como el de los alumnos que entre las llamas llegaron a la Sala de Banderas para salvar la española. Sólo se libraron del incendio el Picadero de Caballos, el gabinete de Fortificación y algunos despachos de oficiales. Por desgracia, hubo dos heridos graves que murieron al ser evacuados.

 

La Academia Militar llevaba en Guadalajara desde 1833. La mañana del día 10 se personó el presidente del Directorio Militar, Miguel Primo de Rivera, y el día 11 el rey Alfonso XIII. Fueron recibidos por el alcalde, Juan Gallo Ortiz, y el director de la Academia, coronel Barranco, prometiéndoles que se harían las obras de restauración del edificio. Pero por desgracia esa promesa nunca se cumplió.

 

Los alumnos fueron alojados en pisos, en casas de familias que se ofrecieron para ello, dando las clases en las aulas del antiguo Instituto Brianda de Mendoza, en La Normal y en locales cedidos por la Diputación.

 

En 1928, una Orden reorganizaba las Academias Militares siendo los ingenieros repartidos entre Zaragoza y Guadalajara. En 1931, el presidente de la República, Manuel Azaña, al tiempo que declaraba que la Academia se abriría, firmaba la Orden de supresión de sus enseñanzas, integrándolas en la Academia de Artilleria de Segovia.

 

La Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara se había creado por Orden del 13 de septiembre de 1833. De nuestra Academia de Ingenieros salieron 115 promociones, con un total de 2.213 oficiales, alumnos y profesores que forman parte de la historia de los Ingenieros Militares de España: Mariano Barberán (1895-1933); Eduardo Barrón (1888-1942); José Cubillo Fluiters (1895-1984); Emilio Herrera Linares (1879-1967, presidente de la República en el exilio); Alfredo Kindelán (1879-1962); José Ortiz Echagüe (1886-1980); Pedro Vives Vich ( 1858-1938)...

 

Hace cien años ardía de manera fortuita la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara y en nuestra ciudad, junto a sus cenizas, nos dejó el recuerdo de lo que significó en la enseñanza y desarrollo de la ingeniería militar de España.

 

José María Bris Gallego. Funcionario del Estado. Diputado del Congreso con UCD(1979-1982) Senador con el PP (1986-2000) Vicepresidente de la Diputación Provincial (1983-1987) Alcalde de Guadalajara (1992-2003) Diputado Regional (2003-2011)