EDITORIAL: Lanzamiento de cuchillos

“¡Buenas noches querido público, bienvenidos al maravilloso mundo del Circo!” Este es el speech con el que el maestro de ceremonias debería haber abierto el acto de la Asociación de la Prensa de Guadalajara, celebrado el miércoles, a tenor del espectáculo circense de lanzamiento de cuchillos al que asistimos los allí presentes. 

La APG presentaba su Anuario y entregaba sus premios anuales y los de ‘Libertad de Expresión’ y ‘Turismo y Medio Rural’, un evento que habitualmente se desarrolla en un ambiente de cordialidad y camaradería. Pero este año, algunos se han empeñado en enfangar la cita a cuenta de enfrentamientos políticos. Y se han equivocado. Ni era el lugar. Ni era el momento. 

Ya se preveía una velada un tanto tensa por las duras acusaciones contra la Administración regional y algunos de sus dirigentes realizadas en su artículo por el ganador del premio Libertad de Expresión a raíz de los abusos sexuales cometidos por un celador contra una joven paciente en el Hospital en 2020. De hecho, por este motivo fueron sonoras algunas ausencias, especialmente de algunos representantes del PSOE habituales en estas lides. También fue evidente que el PP cerró filas, con una notable presencia de sus representantes y se dejó ver y querer.

Los concejales y líderes provinciales de Vox ni estuvieron ni se les esperaba. Conocida es su particular y retorcida visión de la libertad de expresión y de los periodistas, a los que veta, insulta y menosprecia, algo de lo que El Decano de Guadalajara puede dar fé. Suponemos que su ausencia sería por vergüenza -torera, por supuesto- o por su convencimiento de que los profesionales del periodismo libre somos “progres” y “activistas”, como les gusta llamarnos. Tampoco se les echó de menos, la verdad. 

Nada más arrancar el acto, las dos administraciones que patrocinaban los galardones -Ayuntamiento y Diputación- comenzaron a afilar los cuchillos y el resultado fueron dos discursos fuera de lugar, que bien se podían haber guardado para un mitin.

En el momento de las intervenciones de los políticos -políticas en este caso- no estuvo acertada la diputada provincial de Cultura, María Rosa García- también periodista- arrancando su discurso con una cita de Juan José Millás: “Si las palabras que escupimos por la boca…”, que ya auguraba lo que vendría después. Hubiese sido más elegante centrar su relato en el contenido del premio que patrocinaba la Diputación, relacionado con el mundo rural, mejor que dedicarse a lanzar cuchillo tras cuchillo a la yugular del Ayuntamiento. Hubiese sido más inteligente desmarcarse del uso partidista de este acto, dejando así aún más en evidencia a su ‘partenaire’, la alcaldesa de Guadalajara. 

Precisamente porque Ana Guarinos tuvo una intervención ‘estelar’. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, acusó públicamente a los entonces responsables del Hospital de “silencio y complicidad” con un violador. Olvidó la señora Guarinos que no se encontraba en un debate electoral ni en un ‘canutazo’ al uso. En este evento estaba representando al Ayuntamiento, es decir, a todos los guadalajareños, y no al Partido Popular, que en su día denunció este caso en plena campaña electoral. 

Si desafortunado fue su comentario, no menos llamativas fueron sus alusiones a la libertad de expresión, a la necesidad de la “prensa libre como garantía de la democracia” o su oda a la “independencia” de los medios. Rizando el rizo, realizó un llamamiento a los periodistas locales a informar con “valentía” y a no ceder a las presiones, cerrando con una frase mítica viniendo de ella: “Que nadie os calle”. Dos orejas y rabo para la alcaldesa, que usa los medios de comunicación institucionales para más gloria del partido al que representa y cuyos asesores excluyen a medios como El Decano de la publicidad del Ayuntamiento -la que se paga con el dinero de TODOS los vecinos- al tiempo que se ‘premia’ en el reparto a pseudomedios que no cumplen las más mínimas exigencias legales para funcionar en Guadalajara. Eso sí, éstos últimos son muy de su cuerda y nosotros, permítannos la expresión, somos un grano en el culo para PP y Vox. Resultó hiriente y casi hilarante escuchar la perorata de Guarinos, que tiene su propia versión de lo que es la prensa “libre”, “valiente” “veraz” y “honesta”: la que le baila la bola y le hace la ola. 

Tras la entrega de premios, muchos de los periodistas allí presentes comentamos en corrillos la inoportunidad de ambas intervenciones y la utilización política del evento. Que una Asociación tenga firmados convenios con las administraciones para sobrevivir no significa que éstas tengan carta blanca para hacer y deshacer a su antojo. Y no es de recibo utilizar la libertad de expresión como arma arrojadiza precisamente delante de quienes más luchamos por ella. 

La Redacción de El Decano de Guadalajara al completo, con su gerente al frente, estuvo presente en tan ‘cálida’ velada a sabiendas de que muchos de los asistentes no nos quieren ver ni en pintura porque muchas de nuestras informaciones y, especialmente, nuestros editoriales, escuecen y mucho, en determinados círculos.

Escuchamos a la primera edil completamente ojipláticos. Desconocemos -aunque sospechamos- quién le escribió el discurso y nuestra indignación iba subiendo a cada frase con la que doña Ana pretendía erigirse en defensora de nuestra profesión. Un poquito de contención, señora alcaldesa, que Guadalajara es pequeña y en este mundillo nos conocemos todos. 

Mal que les pese a muchos, El Decano continuará tratando de hacer periodismo ‘de verdad’, si es necesario desde las trincheras. Porque ejercerlo en Guadalajara en los tiempos que corren se está convirtiendo en una profesión de alto riesgo a no ser que uno se limite a reproducir como un loro y sin analizar las notas de prensa que lanzan a diestro y siniestro los gabinetes. 

Como reza el lema de nuestra publicidad en el Anuario de la Asociación de la Prensa: “El Decano de Guadalajara. Información y Opinión. ¡Siempre!”.