"No quiero tener ningún privilegio en investigación por ser mujer. Lo que quiero que se me evalúe igual que a un hombre"

Publicado por: Marta Perruca
23/05/2024 10:00 AM
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La doctora Olga Mediano San Andrés es especialista de la Unidad de Sueño y Ventilación del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara e investigadora especializada en apnea obstructiva del sueño y riesgo cardiovascular

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Olga Mediano se considera una médica atípica, porque no eligió esta carrera profesional por vocación. Ella quería estudiar Magisterio para ser maestra, como su padre, pero precisamente fue éste el que le quitó la idea, porque con las calificaciones que tenía podía aspirar a mucho más: Tenía que estudiar Medicina.

 

Todavía recuerda el número: el 020 que puso como primera opción en la preinscripción universitaria. Un número que le quedó de aquella manera, porque lo escribió temblando, siguiendo los dictados de su padre y con la esperanza de no entrar en Medicina, porque quizá así estudiaría Biológicas o Químicas para terminar dando clase en algún instituto.

 

Pero parece que el destino juega sus propias cartas y, si bien la neumóloga considera que no es una médica al uso,  porque su mayor aspiración no es pasar consulta, ha encontrado su camino en la investigación, ya que le entusiasma plantearse cuestiones y buscar la respuesta... En definitiva, responder a esos enigmas que plantea la ciencia y que, en su caso, pueden marcar una diferencia a nivel clínico.

 

Además, no ha tenido que renunciar a la docencia, puesto que también es profesora asociada en la Universidad de Alcalá (UAH) y, desde la pandemia, instruye a la población colaborando como experta en diversos programas de televisión.

 

La doctora atiende a El Decano de Guadalajara justo un día antes de volar a Estados Unidos, para participar en el Congreso de la American Thoracic Society (ATS), que se ha celebrado en la ciudad de San Diego entre el 19 y el 23 de mayo, donde ha presentado los primeros resultados del estudio Kids Trial sobre la apnea obstructiva del sueño y el riesgo cardiovascular en pacientes pediátricos.


También acaba de ser galardonada por Gobierno regional en los III Premios de Investigación e Innovación de Castilla-La Mancha por su participación en el documento de consenso para elaborar una estrategia integral contra el Covid-19.

 

Cuando se le pregunta cómo puede compaginar tantas cosas, medio broma, medio en serio, responde: “No, es que no puedo”, pero desvela cuáles son sus principales secretos: Un equipo de trabajo fantástico y una lista de prioridades que marca su agenda de trabajo, aunque cuando llega la hora precisa, se convierte en madre y aparca todo lo demás.

 

- ¿En qué consiste esa estrategia integral contra el Covid-19 por la que acaba de recibir el reconocimiento del Gobierno de Castilla-La Mancha?

Ahora mismo estamos en un momento muy diferente a lo que fue el periodo duro de la pandemia. Esa estrategia se gestó en 2020. De hecho fue muy pronto, hacia el mes de abril. En aquel momento era coordinadora nacional de Cuidados Respiratorios Críticos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SPAR), que es nuestra sociedad científica, y estábamos dentro del pico de la pandemia, en el que había que ajustar mucho los recursos de cuidados intensivos. Había muchos pacientes con neumonía bilateral por Covid e insuficiencia respiratoria muy grave y la necesidad de medios para ventilar a esos pacientes e intubarlos se vio desbordada.



En esos momentos, ya habíamos empezado a hacer la Ventilación Mecánica No Invasiva (VMNI), pero habitualmente no la hacíamos en pacientes con neumonía. Ante la falta de recursos, comenzamos a utilizar este tipo de ventilación en determinados pacientes y empezamos a ver que funcionaba. Lo más necesario con el Covid era suministrar muy altos flujos de oxígeno y ayudar al paciente a ventilar para mantenerlo hasta que superara la enfermedad, porque no había fármacos que estuvieran funcionando. Esa estrategia se publicó en una revista, “Archivos de Bronconeumología”.

 

En coordinación con la Sociedad de Intensivos Española y la Sociedad de Anestesia, elaboramos un documento de consenso sobre cómo había que manejar a los pacientes con Covid con VMNI, es decir, sin intubación.

 

"Acabamos de publicar la actualización de esa estrategia integral contra el Covid-19, porque entonces la escribimos sabiendo muy poco y ahora tenemos toda la experiencia de haber pasado la pandemia"


 

A raíz de ahí, tuvimos que desarrollar las Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) en todo España. De hecho, aquí en Guadalajara fuimos una de las primeras provincias.

 

La necesidad imperiosa de ese momento no es la misma que ahora, pero es verdad que este tipo de terapia aplicada a este tipo pacientes, y ese tipo de cuidados han permanecido, así como las UCRI's. De hecho, acabamos de publicar la actualización de esa estrategia, porque entonces la escribimos sabiendo muy poco del Covid y ahora tenemos toda la experiencia de haber pasado la pandemia.

 

- Las necesidades ahora son distintas…

Sí, son muy diferentes, pero esto nos ha ayudado a aprender mucho sobre el uso de la VMNI, porque la utilización de los métodos menos agresivos, si son eficaces, siempre es la mejor opción para los pacientes, en la medida en que supone una menor complicación y, además, un menor gasto.

 

Además, hay otras patologías que se benefician de esto. Es verdad que ahora, gracias a Dios, estamos más inmunizados y, por tanto, ni hay tantos casos, ni son tan graves, pero esto es aplicable a otros muchos casos. De la VMNI también se benefician los pacientes con EPOC, con obesidad, los que tienen enfermedades neuro-musculares como el ELA... Y luego hay un gran grupo de pacientes, que son esos que no son candidatos a medidas agresivas, por lo que sea...Por sus comorbilidades (presencia de uno o más trastornos o enfermedades además de la enfermedad o trastorno primario), su situación basal, etc., pero sí puede recibir una terapia no invasiva, en la que le damos ese soporte respiratorio, hasta que conseguimos resolver la patología que le está poniendo en ese momento en una situación de insuficiencia respiratoria.

 


- Entonces, la pandemia de alguna manera ha impulsado un avance en la Medicina…

Yo creo que los avances científicos en pandemia han sido impresionantes. No sé si somos muy conscientes. Nunca antes se había producido el desarrollo de una vacuna en un periodo de tiempo tan corto. Si no recuerdo mal las fechas, en febrero y marzo empezamos a tener los primeros casos, antes había sido China e Italia, y en julio de 2020 empiezan los ensayos clínicos con las primeras vacunas de ARN, que es cierto que era una tecnología que se había utilizado para otro tipo de patologías como el cáncer, pero no habían dado un buen resultado. Sin embargo, normalmente las vacunas tardan años o décadas en desarrollarse y aquí se desarrolló un arsenal de vacunas con una eficacia bastante buena, en el caso del ARN muy alta, con unos efectos secundarios asumibles. Creo que ese es el gran hito de la Ciencia durante el Covid.

 

"Normalmente las vacunas tardan años o décadas en desarrollarse y aquí se desarrolló un arsenal de vacunas con una eficacia bastante buena, en el caso del ARN, muy alta, y con unos efectos secundarios asumibles. Creo que ese es el gran hito de la Ciencia durante el Covid".


 

- Sin duda, es importante que se reconozca la labor de los y las investigadoras en Castilla-La Macha, pero ¿cree que hay suficiente apoyo a la investigación?

No me gusta ser pesimista, pero es verdad que la cosa está medio regular o mal a nivel general. Eso es cierto, pero ha habido un cambio en los últimos años. Se ha notado una mayor inversión en investigación, aunque seguimos estando a años luz de otros países. Yo he vivido en Estados Unidos y he hecho investigación allí durante un tiempo y las diferencias son notables y creo que vamos a seguir así durante mucho tiempo.

 

En Castilla-La Mancha yo creo que hay una intención real de potenciar la investigación y dar un salto cualitativo. En los últimos años se ha trabajado y se ha hecho realidad el IDISCAM , el Instituto de Investigaciones de Castilla-La Mancha, que para las investigaciones, en especial de mi rama, es una luz en medio de la oscuridad, porque va a hacer que podamos colaborar y lograr más apoyos para conseguir medios económicos, porque para investigar hay que tener dinero y conseguir financiación cuesta muchísimo.

 

Yo lo tengo relativamente más fácil, porque me dedico a la Medicina, pero la carrera del investigador puro es durísima. Estamos hablando de gente muy buena que está trabajando en España y que si se fuera a Estados Unidos o a otro sitio tendría una carrera brutal.

 

"En los últimos años se ha trabajado y se ha hecho realidad el IDISCAM , el Instituto de Investigaciones de Castilla-La Mancha, que para las investigaciones, en especial de mi rama, es una luz en medio de la oscuridad"



-Como investigadora, sus proyectos se han centrado principalmente en la relación de la apnea obstructiva del sueño y el riesgo cardiovascular ¿En qué se encuentra trabajando en estos momentos?

Sí, me he dedicado siempre en ello, es decir, a cómo la apnea obstructiva del sueño incrementa el riesgo de que podamos sufrir en el futuro un infarto o tengamos una angina.

 

Empecé estudiando al paciente adulto. Está comprobado que la apnea del sueño incrementa el riesgo cardiovascular, pero intentamos demostrar que el tratamiento de la apnea era capaz de reducir ese riesgo cardiovascular y para eso escogimos pacientes que ya habían tenido un infarto. Ese estudio internacional, que fue uno de los más importantes en apnea del sueño hasta la fecha, se publicó en la mejor revista científica que existe desde hace muchos años, que es The New England Journal of Medicine, pero fue negativo. A pesar de que eso parece que está muy bien, en realidad fue un chasco, porque nuestra hipótesis no se confirmó. Con la CPAP, que es el tratamiento de la apnea del sueño, no fuimos capaces de reducir ese riesgo cardiovascular, en ese grupo poblacional.

 

Lo que siguió a ese estudio fue una reflexión, es decir, ¿por qué no somos capaces de reducir esto?, y nos planteamos muchas cosas. Una de ellas fue que probablemente en un paciente que ya ha sufrido un infarto, sus coronarias están tan afectadas que nada de lo que hagas va a reducir su riesgo y el que yo le ponga una CPAP no va a conseguir que no vuelva a tener un infarto.

 

En ese sentido, empezamos una nueva línea de investigación que ya está bastante avanzada. Estamos trabajando con el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), con Valentín Fuster, que es de los mejores cardiólogos del mundo, si no es el mejor. En este proyecto estamos estudiando un grupo poblacional de gente joven. Para mí es jóven porque tiene mi edad (en torno a los 45 años), trabajadora, que no tienen una enfermedad previa, es decir, gente sana.


Lo que estamos haciendo aquí, en el Hospital de Guadalajara, a ese grupo poblacional de unas 4.000 personas, que no tiene apnea del sueño, es hacerles un estudio del sueño y lo que vamos a ver es el inicio de la placa de ateroma (concentración de una gran cantidad de colesterol en las paredes de las arterias), pero a nivel subclínico, mucho antes de que el paciente siquiera sepa que se está empezando a formar esta placa. Es decir, hemos intentado irnos a lo antes posible, porque a lo mejor ahí sí que puedo, si trato a esos pacientes, intentar que esa placa no se termine de formar. Es el estudio PESA Sueño, que es impresionante.

 

"Estamos trabajando con el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), con Valentín Fuster, que es de los mejores cardiólogos del mundo, si no es el mejor"


 

La segunda parte de este estudio tiene que ver con que a lo mejor esos pacientes no han respondido porque tienen muchos factores de riesgo y no hemos sido capaces de ver qué riesgo añade la apnea, porque son hipertensos, obesos, diabéticos y, por tanto, he tenido factores de confusión que no me han dejado ver… Y luego el tratamiento con CPAP es engorroso porque el paciente tiene que dormir con una máquina que le mete presión por la nariz durante ocho horas. Estos pacientes de estos dos grandes estudios que hicimos, cumplían 3,5 horas de sueño y para que haga efecto la CPAP tienen que dormir un mínimo de 6 horas.

 


Por eso pensamos que igual la población pediátrica es la ideal, porque los niños no tienen hipertensión, ni obesidad y tienen un tratamiento distinto al del adulto que es eficaz. En el niño, la apnea del sueño se produce por las amígdalas grandes, que cuando se operan, se curan, entre comillas. No dependo de que cumplan el tratamiento. Entonces iniciamos el estudio Kids Trial que es precisamente a lo que me voy mañana (el viernes pasado) a EEUU, a San Diego, para presentar los primeros resultados de este estudio.

 



Cogimos una cohorte de casi 300 niños por grupos de apnea del sueño para medirles la presión arterial por medio de una monitorización de 24 horas al inicio y a los seis meses del tratamiento. Lo primero que teníamos que ver es si los niños con apnea del sueño tenían más hipertensión que los niños que no la tienen y, lo segundo, si esta circunstancia se revierte cuando yo opero a esos niños, a los seis meses de la cirugía.

 

Estas son nuestras principales líneas de investigación, las dos niñas bonitas, en las que estamos trabajando ahora.

 

-¿Existen dificultades añadidas para las mujeres a la hora de dedicarse a la investigación?

Probablemente sí. Yo he tenido mucha suerte, pero las mujeres tenemos algo que va con nosotras y no depende de nadie, que siempre va a hacer que nuestra carrera sea más difícil y es la maternidad. En investigación no puedes tener un gap. Tienes que ir cada vez a más, porque tu carrera es publicar tus resultados y, por lo tanto, no puedes parar. Si tú paras unos meses, todo lo que hayas trabajado, de repente, experimenta un bajón y todo el mundo te va a preguntar por ese vacío. Esto es un hándicap importantísimo y  eso sin que nadie te desprestigie por ser mujer.

 

En mi caso, como no quería parar de hacer investigación, a las reuniones me iba con mi primera hija y he tenido tres. Me llevaba a mi hermana, que se quedaba fuera con mi hija bebé. Recuerdo una mesa en la que eran todos hombres. Ella me mandaba un mensaje cuando me necesitaba y luego volvía a entrar. Eso hay que estar dispuesta a hacerlo y es muy injusto porque no todo el mundo puede.

 

Luego es cierto que, en ocasiones, las ideas o las afirmaciones de las mujeres se tienen menos en cuenta. Puede que eso ahora no ocurra o quizá es que ahora me encuentro en una posición distinta, pero es una percepción que he tenido a veces.

 

Siempre he dicho que yo en investigación no quiero tener ningún privilegio por ser mujer. Lo que quiero que se me evalúe igual que a un hombre. De hecho, hay estudios que les explicaba el otro día a las alumnas y alumnos de Chiloeches, en los que se presentaba un mismo proyecto ficticio de investigación como John (un hombre) y Jane (una mujer) y obtenía menos puntos el de la mujer. Sin embargo, cuando se planteaba de manera anónima obtenían la misma puntuación. Yo no quiero que me den puntos por ser mujer, porque no eso no es una discapacidad, yo lo que quiero es que se me evalúe igual que a un hombre. Digo esto porque me he presentado a convocatorias en las que tenías que hacer click si eras mujer y te daban un punto.

 

Además, hay un factor muy importante. Si revisas todos los datos de entidades de investigación, me da igual que sea el CSIC, CIBER, etc., el número de investigadoras es muy superior al de los hombres, pero si miras el de directivos, casi todos son varones. Es verdad que esto está cambiando, pero si quienes toman las decisiones son varones, esta tendencia se va a perpetuar.

 

Pasa lo mismo en sanidad. Somos muchas más mujeres las que somos médicos o especialistas. Lo hice con los de Neumología. Me saqué la lista de todos los jefes de servicio de Neumología de toda España y menos Madrid y otra provincia que estaban más equilibradas, en el resto ganaban por goleada los hombres.

 

Entonces, si quienes están en los puestos de decisión son varones, estamos perdiendo los puntos de vista de la mujer, que pueden ser diferentes y no tienen por qué ser mejores, ni peores, pero sin duda supone una pérdida de riqueza a la hora de tomar esas decisiones.

 

"Si quienes están en los puestos de decisión son varones, estamos perdiendo los puntos de vista de la mujer, que pueden ser diferentes y no tienen por qué ser mejores, ni peores, pero sin duda eso supone una pérdida de riqueza a la hora de tomar esas decisiones"



También miré los presidentes de SEPAR y a lo largo de toda su historia sólo había dos mujeres presidentas. Cuando yo estaba en las juntas directivas, porque fui coordinadora de un área, a la hora de presentar las ternas ocurría mucho que se proponían tres varones. No era algo que se hiciera con mala intención, sino porque costaba un poquito hacer esa reflexión para buscar una mujer, que cumpla esas mismas características y que pueda hacerlo. Simplemente es ponerlo sobre la mesa, porque puede que cueste un poco más, pero la encuentras.

 

- Por otra parte, basta con hacer un ejercicio práctico para darnos cuenta de que apenas tenemos referentes femeninos en las distintas disciplinas del conocimiento...

Eso es muy importante y son sesgos de género que tenemos desde la infancia. De hecho, cuando revisaba la documentación para la charla de Chiloeches, encontré otro estudio en el que a niños de hasta cinco o seis años se les preguntaba quiénes eran más inteligentes, si los niños o las niñas. En este caso cada uno respondían por su genero, es decir, las niñas respondían que las niñas y los niños, que los niños. Pero a partir de los seis años se produce un cambio y los niños siguen diciendo que los niños, pero las niñas empiezan a decir que los más inteligente son también los niños y eso es un sesgo de género, que se debe a la manera en que se presentan los roles del varón y la mujer.

 

Ese sesgo a ellas les hace pensar que no van a poder ser ingenieras pero, además, también se les mete el sesgo del cuidado, por lo que, por ejemplo, pueden plantearse como una profesión más adecuada la Enfermería.

 


Además, a estos mismos niños se les planteaban dos juegos en los que, o bien tenían que ser muy listos, o bien, muy trabajadores para ganar. Los niños elegían el que requería ser muy listo y las niñas, el que tenían que ser muy trabajadoras. Las niñas, desde muy pequeñas empiezan a pensar que son capaces de esforzarse mucho, pero no se equiparan en inteligencia con sus compañeros. Este tipo de sesgos marca inconscientemente y hay que luchar contra ellos.

 


Es cierto que las cosas están cambiando, pero si nos fijamos en los libros de texto todavía hay muy pocos referentes femeninos. Si pensamos en científicos, se nos vienen un montón a la cabeza, pero científicas, en Chiloeches sólo me sabían decir Marie Curie, porque su marido se empeñó en que estuviera con ella en el Premio Nobel. Eso no ha pasado con otras mujeres. Por ejemplo, en el caso de Einstein, fue ella misma la que quiso apartarse, porque el que apareciera el nombre de una mujer le quitaba prestigio.

 


Es cierto que ocurrió hace mucho tiempo, pero si nos vamos a la actualidad y revisamos quién va de primer autor y de último en los artículos científicos, la mayoría son varones, con lo que nos queda algo de eso todavía. Claro, si los que mandan son varones, si el jefe de servicio es un hombre, el puesto de referencia en la publicación va a ser un hombre y eso hay que romperlo.

 

"Si revisamos quién va de primer autor y de último en los artículos científicos, la mayoría son varones. Si los que mandan son varones, si el jefe de servicio es un hombre, el puesto de referencia en la publicación va a ser un hombre y eso hay que romperlo"



- ¿Y Olga Mediano tiene alguna referente femenino?

Ufff. Pues es verdad que cuesta encontrarlas, porque mi mundo es muy de hombres. En el campo de la apnea del sueño que es donde yo me muevo no hay mujeres. De hecho, aquí en España, donde el grupo de investigación del sueño es el Spanish Sleep Network, yo creo que fui la primera mujer. Lo bueno es que detrás vienen muchas, por lo que esto va a cambiar, y están ocupando puestos importantes. La directora de investigación es una mujer; la coordinadora es una mujer; yo estoy de directora de una línea en el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER).

 


Si hablamos de Neumología, por ejemplo, no hay ninguna catedrática en esta especialidad y sólo encuentro dos mujeres que son profesoras titulares, en este momento, que yo me acuerde, aunque puede haber alguna más.

 


Varones tengo muchos, lo que es importante también. En mi carrera quién más me ha impulsado han sido hombres. Por ejemplo, el doctor Francisco García Río, el doctor Ferrán Barbé, que me han aupado y ayudado y son como mis padres científicos.

 


- ¿Qué persona fue la que le influyó para que decidiera estudiar la carrera de Medicina?

No es la historia que se espera. Todo el mundo suele decir que estudió medicina por vocación, porque quería ayudar a los demás, pero no es mi caso. Yo quería ser maestra. Mi padre es maestro y le dije que quería estudiar Magisterio y él me dijo: “Ni se te ocurra, con las notas que tienes, tienes que hacer Medicina”. Entonces pensé, no voy a hacer Magisterio, pero voy a hacer Biológicas o Químicas y así puedo dar clase. Pero bueno, la verdad es que ahí mi padre tuvo una gran influencia y de primera opción puse Medicina, pensando en que seguro que sube la nota y no entro. Recuerdo todavía el número, que era el 020 y lo puse temblando, porque pensé: yo no quiero entrar en Medicina, y entré. Pero claro, soy una médico atípica, en el sentido de que no quiero pasar todo el tiempo con los pacientes. Me gusta, pero prefiero otros campos como la investigación, que para mí es hacerte una pregunta e intentar darle respuesta. Además, también estoy en la Universidad de Alcalá (UAH), con lo que tengo esa parte de docencia.

 


- Además, a raíz de la pandemia se ha convertido en nuestra médica más mediática…

Esa es otra área que también me gustó explorar (risas).

 


-¿Por qué decide colaborar con programas de televisión?

No, eso no lo decido yo. Eso surge porque cuando estábamos en plena pandemia, al principio intentamos ser prudentes para no alarmar a la población y no contábamos todo lo que estaba sucediendo dentro del hospital, que por otro lado es algo que pasa siempre. Cuando ya empezó la cosa a ponerse seria, recuerdo que me encontraba en el Hospital, como casi siempre en aquella época, cuando informaron del cierre de los colegios. Estábamos hasta arriba y pensé: “Qué bien, porque vamos a empezar a controlar esto. La gente se va a dar cuenta y no va a haber contactos entre unas familias y otras”. Pero cuando bajé del Hospital sobre las ocho o las nueve de la tarde, en la ruta del Colesterol, vi a los abuelos con los nietos y me dije a mí misma: "No se han enterado de nada". Me di cuenta de que había que explicar lo que estaba pasando y, cuando llegué a casa, hice un vídeo pidiendo a la gente que se quedara en casa. Eso llevo de una cosa a otra, hasta que terminé yendo a la Sexta Noche, que creo que fue el primer programa importante al que me invitaron tres veces seguidas y luego empecé a ser colaboradora.

 


- También ha hablado de otros temas distintos a la pandemia…

Ahora ya da igual, ya sea el polvo sahariano, el volcán, el otro día por el tema de la vacuna Astra o los vaper. Está bien y yo creo que es bueno, porque eso te da una visibilidad para que la gente entienda cosas que son importantes, como por ejemplo este tema de los vaper y que eso lo diga alguien que sepa de lo que habla.

 


El otro día en ‘Más vale tarde’ fue la vacuna de Astra, porque estaba todo el mundo diciendo que la habían quitado porque tenía muchos efectos secundarios. Creo que es útil tener esos 40 segundos para explicarlo, porque al final eso lo ve mucha gente. Es otra faceta que me ha gustado mucho. Me lo he pasado bien, me he entretenido y, además, en plena pandemia, me ha servido de evasión, porque salía, me iba al plató, me maquillaban y me olvidaba un poco de todo. También conocí a gente muy interesante. Evidentemente, salgo cuando hay algo interesante que decir, porque tengo claro que soy médica e investigadora. No voy a hablar sobre cosas que no tienen relevancia, pero si se trata de algo importante que, sobre todo, pueda ayudar a la población, sí me gusta.

 


-¿Y cómo hace para compaginar todo?

Hay gente que me dice: No sé como puedes con tantas cosas. Y mi respuesta es: No, es que no puedo. A ver, yo tengo la suerte de que la Dirección del Hospital me permite dedicar tiempo de mi jornada laboral a investigación, cosa que otros investigadores clínicos no pueden. Eso a mí me favorece muchísimo. Luego, en lo demás yo trabajo por prioridades y me hago mis listas. Además, tengo un equipo fantástico. Tenemos una bióloga, técnicos de sueño, enfermeras y claro, sacan mucho trabajo adelante y eso lo que hace es que pueda desentenderme de muchas cosas. La gente con la que trabajo es estupenda por lo que me encuentro muy a gusto y eso es muy importante, porque al final pasas aquí ocho horas al día.


También doy mucha prioridad a mi familia, por lo que a partir de una hora me convierto en madre, estoy con mis hijas y no hago nada más.

 

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