Zaira Magro, con 27 años, es la única mujer agricultora de la Toba
A casi 50 km de la capital de Guadalajara y dentro de la comarca de la Sierra Norte, aunque también confluye con la Campiña y la Alcarria, localizamos La Toba, un municipio de la provincia de Guadalajara que cuenta con 74 habitantes. En este pequeño pueblo de la provincia, vive desde hace 27 años Zaira Magro de Mingo, agricultora de La Toba desde hace seis años.
Zaira comenzó estudiando en Jadraque, el municipio que cuenta con el colegio más cercano a La Toba, tras finalizar sus estudios en Jadraque se fue a estudiar a Guadalajara aunque no por ello dejaba de volver a su casa y sus raíces: "Estuve unos años viviendo en Guadalajara pero cuando llegaba el viernes me volvía a La Toba", explica.
Hizo los cursos de Agricultura, una parte teórica y técnica de fitotecnia en el Centro Agrario de Marchamalo, que se exige a la hora de incorporarte como joven agricultora, mientras realizaba un módulo de Gestión Administrativa.
Durante esos años estuvo alternando los estudios con la agricultura cuando iba a La Toba los fines de semana: “Como mi padre estaba en el oficio él dedicaba la mayor parte, pero yo iba todos los fines de semana a ayudarle". Aunque ahora su jornada completa es para su trabajo como agricultora.
A diferencia de otros trabajos, el suyo depende de la temporada y del clima: "Si es temporada de tractores, voy a las parcelas, como en casa o me llevo un bocadillo y continuó con esa actividad. Hay días que por la mañana tengo que hacer papeleo o no tienes tanta carga de actividad, no es una rutina porque no todos los días hago lo mismo porque depende de la temporada en la que te encuentres puedes tener más trabajo o puedes ir más tranquila", explica.
La mujer y el campo: Un tema tabú
A lo largo de la historia se ha atribuido que el mundo del campo y todo lo relacionado con él, era "cosa de hombres", pero al igual que otras profesiones en que solo han sido visibles los hombres, las mujeres siempre han estado sosteniendo el mundo rural, sin tener visibilidad y en segundo plano.
Zaira puede sentirse orgullosa por haber roto este estereotipo, porque a sus 27 años es la persona más joven y la única mujer agricultora del municipio: “Al principio no me dedicaba a tiempo completo porque tenía que acabar mis estudios y he tenido que escuchar cosas como 'fíjate, su padre lo hace todo o lo ha hecho para cobrar la subvención' O el simple hecho de ir a comprar cualquier cosa y que me dijesen que me cogían los sacos porque pesan mucho, cuando es mi trabajo que yo realizo a diario".
"Las mujeres siempre han trabajado en el campo y ahora se están animando a ser ellas titulares de las explotaciones"
"En mi experiencia hay un poco de todo, gente que desde un primer momento me han apoyado con todo, que aplaude la actitud de coger las riendas y seguir con la explotación y gente que lo sigue viendo raro, a día de hoy no tengo ningún problema porque mis amigos de la zona se dedican a esto y ya soy una más", afirma.
Aunque la situación de la mujer en el campo, continúa evolucionando: "Creo que continúa habiendo una brecha de género de la mujer en el campo, pero espero que en un futuro se vaya matizando, es verdad que la mujer siempre ha estado, pero no se le ha dado la importancia que tenía", apunta. "Antiguamente las explotaciones iban a nombre del hombre, pero al final la mujer siempre ha estado ayudando en esa explotación, y como sucede con las amas de casa al final viene el problema de no tener derecho a jubilación. Creo que vamos avanzando a pasitos pequeños porque las mujeres siempre han trabajado y ahora se están animando a ser ellas titulares de las explotaciones". De hecho, Zaira lo pudo comprobar en su época de estudiante en el Centro Agrario de Marchamalo: "Cuando hice los cursos sí que había mujeres y sé que a día de hoy siguen con la actividad, había más hombres pero participaban mucho las mujeres".
Con toda su experiencia personal, Zaira anima a todas las mujeres a que tomen las riendas: “Se suele decir que es más complicado porque físicamente no tenemos las mismas condiciones que un hombre, al final siguen viendo raro ver a una mujer en un tractor o llevando una explotación ganadera, hay a gente que le genera mucho tabú a la hora de dar el paso, pero yo creo que todos somos capaces de hacer cualquier cosa pero tenemos que proponernoslo hacerlo, por eso yo animo a
todas las mujeres a que se animen a incorporarse".
"Los pueblos se han convertido en una zona veraniega y en los meses de invierno o en el día a día si no fuera por nosotros, no quedaría nadie"
Algunos jóvenes apuestan por el pueblo, aunque la mayoría lo usa de veraneo
Cuando llega el verano son muchos jóvenes los que deciden dejar la ciudad para irse a su pueblo, ya sea de vacaciones por una temporada o aprovechar el puente largo. El problema viene cuando no se lo plantean como una residencia permanente: "La Toba tiene bastante gente joven que nos hemos quedado trabajando en la agricultura, la verdad que es fundamental los jóvenes que hemos decidido quedarnos a vivir aquí. Los pueblos se han convertido en una zona veraniega pero en los meses de invierno o en el día a día si no fuera por nosotros, no quedaría nadie. Desgraciadamente la gente mayor se va muriendo y si no fuese por nosotros estarían vacíos".
Actualmente La Toba cuenta con siete jóvenes de entre 27 y 38 años que han apostado por vivir y trabajar de lo que han aprendido en casa: "Nuestros padres se han quedado aquí toda la vida dedicándose al campo y a la ganadería y nosotros hemos continuado con sus explotaciones, algunos van y vienen desde Guadalajara pero el resto hemos decidido vivir aquí todo el año".
Para Zaira uno de los principales problemas de que los jóvenes no se decidan a vivir en los pueblos durante todo el año, recae en los servicios: "Esto es muy importante porque si por ejemplo tuviésemos un internet decente habría más gente que podría teletrabajar", apunta.
Otro de los problemas y que supone uno de los menos atractivos a la hora de mudarse, en sin duda, el ocio, o la falta de él: "Es cierto que aquí acabas de trabajar y lo único que puedes hacer de ocio está muy limitado, ir al bar y relacionarte con la poca gente que haya. La comunicación de transporte es prácticamente nula porque por ejemplo de Jadraque a Guadalajara salen cuatro trenes contados, si no vives en un sitio grande como Jadraque o Sigüenza, dependes de un transporte que te comunique con otro. Tienes que tener coche para poder vivir en un pueblo, y ya no hablamos de tener cobertura o ayudas a la vivienda para que la gente se anime a vivir en los pueblos", concluye.
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