Los analistas esperan con atención las reuniones de los bancos centrales de Europa y Estados Unidos en estas próximas semanas a la espera de un giro en su política monetaria restrictiva que pueda dar alas a los mercados de renta variable
Este mes de septiembre se presenta clave para los intereses de los ciudadanos y de los mercados financieros internacionales. Tras el simposio anual de Jackson Hole, ese lugar de ensueño a los pies de las montañas rocosas del Estado de Wyoming donde los grandes banqueros centrales se reúnen para discutir sobre política monetaria, todo apunta a un inminente recorte de tipos de interés. El propio Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha apuntado en su discurso que "la hora de ajustar la política monetaria ha llegado".
Aunque la preocupación ante un posible rebote de la inflación no se ha disipado del todo, lo cierto es que su nivel ya se encuentra cada vez más cerca de su objetivo final, el 2%. El IPC de la zona euro en agosto se ha situado en el 2,2% con la subyacente en el 2,8%, mientras que en Estados Unidos también se mueve ya claramente por debajo del 3%.
La contención de los precios, junto al entorno económico mundial más favorable desde la pandemia, apuntalan la idea de una relajación gradual en la política monetaria que ayudará a activar el crecimiento económico y reducirá de forma sustancial el coste de los préstamos. El euríbor ha entrado en septiembre con la mayor caída en 15 años con una clara proyección bajista hasta el 3% a final de año. Eso abaratará sustancialmente el coste de las hipotecas.
El próximo día 12 se reúnen los miembros del Banco Central Europeo para debatir una posible rebaja de los tipos de interés de un cuarto de punto tras los positivos resultados de inflación en agosto. La menor presión inflacionista ha aumentado las expectativas de un ajuste por parte de la entidad presidida por Christine Lagarde de un cuarto de punto adicional al realizado en junio, dejando los tipos de interés en el 4%.
Una semana después le llegará el turno al comité abierto de la Reserva Federal (FOMC) que seguirá el mismo camino tras las palabras de Powell. La principal cuestión ahora es si la entidad estadounidense adoptará una medida más agresiva, con un recorte de medio punto, en función de si el mercado laboral sigue dando muestras de excesiva debilidad, o se conformará con un movimiento a la baja más gradual con un recorte de un cuarto de punto.
En cualquier caso, todo indica que se va a iniciar un nuevo ciclo bajista con la economía creciendo a un ritmo sólido. Para Jorge Borbón Gonzalo, analista de Ibercaja Gestión, el escenario base más lógico es el de dos recortes de tasas este año, una ahora en septiembre y la siguiente en diciembre, aunque reconoce que "la posibilidad de una bajada adicional en noviembre ha aumentado".
Los cuatro recortes anticipados por el consenso de analistas parecen excesivos para Borbón, aunque sería posible pues la Fed ya ha mostrado estar preparada para reaccionar de manera más agresiva si los datos se deterioran, en el especial los referidos al mercado laboral que en los últimos meses ha estado mostrando una preocupante debilidad.
Las expectativas de que este posible ciclo bajista tenga continuidad el próximo año está animando a los mercados de renta variable, pues supondrá un notable impulso a la actividad y a la financiación, mejorando incluso las buenas proyecciones actuales de beneficios.
Así lo está descontando el mercado. El Ibex 35, principal indicador de las bolsas españolas, ha cerrado el mes de agosto con un alza del 3% para quedar en puerta otra vez de zona de máximos anuales. Una subida con mucho mérito pues el mes vacacional no suele ser favorable después de un primer semestre con grandes ganancias.
Además, ha logrado sobreponerse con extremada rapidez a las tensiones provocadas por algunos rumores de recesión en Estados Unidos, rápidamente apaciguados, y al derrumbe de la bolsa nipona después de que el Gobierno de Japón anticipara su intención de acabar con la política monetaria de dinero gratis que ha imperado en las últimas décadas.
El gran reto para el Ibex 35 ahora es superar la resistencia que encuentra sobre los 11.500 puntos en su objetivo de recuperar niveles que no se veían desde la crisis financiera e inmobiliaria de 2008. Todo ello a expensas, claro, de las elecciones en Estados Unidos que pueden marcar un antes y un después para los mercados financieros.
Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación