Por Abel Santamaría
Paseando por la plaza Moreno de Guadalajara he descubierto con asombro el peligro que supone el estado en que se encuentra un solar abandonado.
Sin puerta de acceso, queda totalmente abierto para el paso de cualquier persona. En su interior se ven varios agujeros de profundidad considerable, así como los restos de lo que debió ser una bodega o un refugio, con el consiguiente riesgo de caída en caso de que alguien entrase allí, especialmente si se trata de niños. Por no hablar de la deplorable imagen que ofrece la plaza que preside el edificio de la Diputación Provincial.
Si ya es lamentable el estado que presenta el centro de la ciudad, con numerosos solares vacíos, en este caso estamos hablando de un problema de seguridad. Desconozco si se trata de un espacio municipal o es propiedad de algún particular. En todo caso, pediría al Ayuntamiento de Guadalajara que tomara cartas en el asunto, bien cerrando el recinto o bien exigiéndoselo a los dueños, para evitar que algún día se produzca un accidente y luego vengan las lamentaciones.