Este año se cumple el 80 aniversario de la liberación de Mauthausen el 5 de mayo de 1945. A pesar de ello, todavía queda mucho camino por recorrer para que las víctimas salgan del olvido institucional
Este 2025 se cumplen 80 años de la liberación del campo de concentración de Mauthausen (Austria), el 5 de mayo de 1945. Una fecha que debe quedar en la memoria para recordar uno de los capítulos más negros de la historia mundial: el horror al que se vieron sometidas miles de personas -hombres, mujeres y niños- en los campos de exterminio nazis.
El genocidio cometido por la Alemania de Adolf Hitler contó con la connivencia del Gobierno francés y del Gobierno de Franco, que nunca reconoció como compatriotas a los guadalajareños y al resto de españoles que padedieron lo indecible en los campos. La razón: poseer una ideología diferente a la del Régimen, su origen étnico, su religión, sus creencias políticas o su orientación sexual.
Precisamente, mañana lunes, la Delegación de Castilla-La Mancha de la Asociación Amical de Mauthausen y Otros Campos, presentará el Proyecto 'Castellanomanchegos deportados a los campos nazis 1940-1945' en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, situada en el Alcázar de Toledo. Para dotar de contenido a esta iniciativa, en la que también han colaborado el Foro por la Memoria de Guadalajara y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, se ha llevado a cabo una exhaustiva búsqueda por archivos españoles, franceses, alemanes, austríacos, mexicanos y estadounidenses con el objetivo de obtener todos los datos posibles de los deportados castellanomanchegos a Mauthausen, así como a otros campos de concentración nazis.
Entre otras cuestiones, se han buscado datos que corroborasen cuándo salieron de su domicilio, su militancia política o sindical -si la tuvieron- si pertenecieron a alguna unidad militar, su estancia en campos de refugiados en Francia, su paso por las Compañías de Trabajadores, el ejército francés o la Resistencia, su detención y encarcelamiento, su traslado a los campos de concentración y, finalmente, su asesinato o puesta en libertad y, en este último caso, su vida tras la liberación.
Según se afirma desde Amical de Mauthausen, "en la actualidad se tiene un conocimiento bastante exacto del número de españoles que sufrieron deportación a los campos nazis durante la Segunda Guerra Mundial". Así, de los más de 9.000 nombres registrados, la mayor parte -unos 7.000- corresponden a deportados al campo de Mauthausen a partir del mes de agosto de 1940. Otros 2.000 -hombres y mujeres- lo fueron por haber participado en la Resistencia. De todos ellos, algo más de 5.000 hallaron la muerte durante su deportación".
Hubo castellanomanchegos deportados originarios de todas las provincias de la Comunidad Autónoma. La mayor parte procedían del exilio republicano y unos pocos eran emigrantes económicos afincados en Francia que fueron deportados como resistentes. Como se ha documentado en este estudio, el número supera los 800, de los cuales dos tercios no resistieron su internamiento y fallecieron antes de la liberación de los campos en 1945. Un total de 543 murieron y 315 fueron liberados.
En el caso de Guadalajara, un total de 132 vecinos de la provincia -todos hombres- fueron deportados a estos recintos del horror: 88 de ellos fallecieron y 44 fueron liberados.
Xulio García, portavoz del Foro por la Memoria de Guadalajara, ha puntualizado a El Decano de Guadalajara que, no obstante, estas cifras no son ni mucho menos definitivas: "Estos datos son provisionales por varios motivos. Las investigaciones siguen abiertas y se han ido desvelando identidades. Pero es difícil porque en los listados existen apellidos dudosos, personas que eran originarias de poblaciones que tienen el mismo nombre en distintas provincias o que ya no existen y además hubo algunos que se nacionalizaron franceses. Es una labor muy difícil. Hay que seguir investigando en las listas oficiales para corregir errores que se cometieron entonces".
De hecho, esta misma semana, se ha incorporado un nuevo nombre a la lista, Felipe López del Amo, en cuya documentación aparecían las letras 'Brh', lo que hizo pensar al Foro que se trataba de un vecino de Brihuega. Finalmente pudieron descubrir que estaba domiciliado en la calle Brihuega de Guadalajara capital.
Según los datos que manejan el Foro por la Memoria de Guadalajara, de los más de 800 castellanomanchegos republicanos que fueron deportados a los campos de concentración entre 1940 y 1945, un total de 132 eran guadalajareños. La cifra asciende a 178 si tenemos en cuenta los datos del Portal de Archivos Españoles del Ministerio de Cultura. De ellos, 88 perdieron la vida en condiciones infrahumanas. Los 44 restantes fueron liberados por el ejército aliado.
En esta última base de datos consta que las localidades que más víctimas del terror nazi acumularon fueron la capital, con 12 deportados -13 tras el reciente descubrimiento-, de los que ocho fueron liberados y cinco fallecieron; Sacedón, con siete deportaciones (dos fallecidos y el resto liberados); Sigüenza, con nueve (siete asesinados y dos liberados) y Tartanedo, con 4 víctimas (tres fallecidos y uno liberado). En los listados no aparecen ni mujeres ni niños.
Cabe destacar que, según se refiere en el portal del Ministerio, uno de estos republicanos deportados, un vecino de la capital llamado Jorge Martínez, de 53 años, hecho prisionero por medidas de represión, fue deportado al campo de Aurigny el 17 de abril de 1944 y se evadió el 3 de septiembre de ese mismo año, tras cinco meses de calvario.
Todos los españoles que acabaron en los campos de concentración nazis se habían exiliado a Francia tras la victoria franquista de 1939. La mayoría de los deportados sirvieron en las filas del ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial o fueron destinados a los llamados Grupos de Trabajadores Extranjeros.
Cuando Francia cayó en manos de los alemanes y se hicieron prisioneros, Alemania informó al Gobierno de Franco sobre la existencia de un tren con 927 refugiados españoles capturados preguntando si querían reclamarlos: "La respuesta que envió el entonces ministro de Exteriores, Serrano Suñer, fue que no eran considerados españoles, por lo que fueron señalados como ‘apátridas’. Se convirtieron en los primeros españoles en llegar al campo de Mauthausen en mayo de 1940. La mayoría de ellos murieron”, señala el portavoz del Foro por la Memoria de Guadalajara.
Actualmente hay identificados 7.533 españoles deportados republicanos a Mauthausen. De éstos, unos 5.000 hallaron la muerte durante su deportación, la mayor parte en el campo de Gusen; 457 fueron gaseados en el castillo de Hartheim; otros 339 fallecieron en el campo central; 58 en Steyr, y el resto en diferentes campos externos.
El colectivo de los republicanos españoles fue identificado en Mauthausen con un triángulo azul que les clasificaba como apátridas, ya que ningún Estado les reclamaba como propios. Sobre el triángulo aparecía escrita una "S" que les definía como spanier, es decir, españoles. En los libros de registro del campo la definición era un poco más amplia: todos los recién llegados eran ‘rotspanier’ (rojos españoles).
Precisamente este campo y el subcampo de Gusen, situado a 5 kilómetros de Mauthausen, fueron los destinos de la mayor parte de los guadalajareños deportados. El resto se repartieron entre Dachau, Buchenwald y Aurigny.
Casi todos fueron esclavizados en la cantera de Mauthausen, un trabajo agotador al que se añadía la tortura de los 186 peldaños que los prisioneros tenían que subir y bajar varias veces al día cargados con pesadas piedras de granito de 20 kilos. Incluso a veces con sus compañeros muertos. "El listado de métodos de tortura y asesinato es interminable. Los españoles perdieron la vida de todas las formas imaginables: fusilados, apaleados, gaseados, ahorcados… Sin embargo, la mayoría de ellos perecieron por un triángulo de amenazas: hambre, trabajo esclavo y unas condiciones sanitarias deplorables que provocaban todo tipo de enfermedades", se denuncia en la web deportados.es.
El subcampo de Gusen fue, si cabe, más inhumano. Y también el fatal destino de muchos guadalajareños. En el complejo de Gusen también se utilizaba el trabajo forzado de los presos. Esto, junto a unas condiciones de vida extremadamente duras, la alimentación insuficiente y todo tipo de malos tratos, llevó al exterminio de la mayoría de los presos.
Además se practicaron distintas formas de asesinato directo, tanto en el propio recinto de Gusen como mediante selecciones de presos débiles o enfermos para su muerte por gaseamiento en las instalaciones del Castillo de Hartheim o bien en vehículos adaptados para dicho gaseamiento. "La principal diferencia con el campo del que dependía no era otra que la mayor crueldad que caracterizó tanto al trabajo como a las torturas y experimentos que allí se practicaron, lo cual se tradujo en la existencia de aterradoras tasas de mortalidad", se afirma en la publicación ‘Rotspanier: españoles en el complejo concentracionario Mauthausen-Gusen’, de Gutmaro Gómez Bravo (Universidad Complutense de Madrid) y Diego Martínez López (Universidad Francisco de Vitoria), del Grupo de Investigación de la Guerra Civil y el Franquismo, editada en 2022 por en Ministerio de la Presidencia y Memoria Democrática.
Cabe destacar que a pesar de las terribles condiciones de vida de los españoles, éstos tuvieron una vida muy activa en los campos y fueron los impulsores de un movimiento de resistencia clandestina: "No sólo fueron víctimas, fueron pioneros en la resistencia, pioneros en la organización interna de los campos para resistir contra el nazismo", señala Xulio García. Añade que, "al fomentar la solidaridad y la resistencia, sus verdugos fracasaron en uno de sus objetivos: deshumanizarlos".
Uno de los más destacados fue precisamente un vecino de Sacedón, Manuel Razola, liberado de Mauthausen y uno de los coautores del libro ‘Triángulo Azul’, que constituye una verdadera fotografía del horror de aquellos campos de exterminio. "Los testimonios nos hablan de ejemplos de solidaridad colectiva, y una potente organización clandestina como clave de la supervivencia de los españoles que sobrevivieron a la muerte en Mauthausen y sus subcampos", reza su sinopsis.
Según palabras de Razola, "nuestra dignidad de combatientes de una causa justa nos impedía ceder". Razola perteneció desde su creación al Comité Clandestino de Mauthausen organizado fundamentalmente por miembros del PCE. Tras la guerra, fue además uno de los organizadores y fundadores de la Asociación de Deportados Internados Españoles Antifascistas y, posteriormente, de Amical Mauthausen.
Según explica Xulio García la primera organización interna se produce en una reunión clandestina cuando varios españoles fueron enviados a ser desparasitados a las cocheras. "Se organizan para repartirse la poca comida que tienen, para ayudar a los más necesitados. Los españoles intentaron ayudar a los españoles y colocar a personas de confianza en puestos de responsabilidad como al famoso fotógrafo de Mauthausen, Francesc Boix, quien se hizo ayudante del fotógrafo del campo y consiguió guardar copias clandestinas de terribles imágenes que después se usaron como pruebas en los Juicios de Núremberg".
Es más, cuando se produjo la liberación de Mauthausen el 5 de mayo de 1945, fueron los propios presos encabezados por los españoles, los que lideraron el levantamiento y se hicieron con el control del campo unos días antes de la llegada de las tropas aliadas, a las que recibieron con una enorme pancarta en español, colocada sobre las puertas del campo que rezaba: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras".
"Los españoles fueron pioneros también en la recuperación de la memoria a través de estos testimonios", afirma el portavoz del Foro. De hecho, la Asociación Amical se fundó por deportados españoles en Francia que decidieron volver a España en el año 1962, en plena clandestinidad, y ocuparon puestos en el Comité Internacional de Memoria de los Deportados de Mauthausen. "Los españoles siempre han estado a la cabeza, tanto durante la existencia de los campos como en la posguerra. El monumento español que existe en Mauthausen fue costeado por los deportados y es el único que no pertenece a un estado porque el Estado español les había declarado apátridas".
Y a pesar de tanto sufrimiento, tanto dolor y tanto horror, las instituciones de Guadalajara parecen haber olvidado que todavía tienen una deuda pendiente con estos convecinos y con sus familias, que merecen que se les haga justicia.
A pesar de que el Consejo de Ministros instauró el año 2019 el 5 de mayo como 'Día de Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos, y a todas las víctimas del nazismo de España'. Xulio García lamenta que, desde ese año, "hemos sido las asociaciones en solitario, con el único apoyo de IU, los que hemos hecho homenaje en solitario en Guadalajara".
Recuerda que en la ciudad sólo se ha celebrado este acto institucional en 2021, año en que se inauguró la placa de la Concordia, en un acto organizado por el Ayuntamiento y la Diputación con la colaboración del Foro y Amical, al que acudieron como representantes institucionales el entonces alcalde, Alberto Rojo; el presidente de la Diputación Provincial, José Luis Vega; la subdelegada del Gobierno, Mercedes Gómez, y el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido. "Nunca más se ha vuelto a hacer. Desde entonces lo han hecho IU, el PCE, el Foro, Amical, Sumar, Alianza Verde y Podemos, pero no se ha sumado nadie más".
El portavoz del Foro por la Memoria explica que esta conmemoración se acordó tras una moción presentada por Ahora Guadalajara en enero de 2018, aprobada por unanimidad en los ayuntamientos de Guadalajara, Sigüenza y Sacedón y en la Diputación Provincial. En ella se acordaba textualmente: "Expresar el reconocimiento y homenaje a las víctimas del nazismo que sufrieron el horror de los campos de concentración y, en particular, a los y las guadalajareños; reconocimiento y homenaje que debe ser extensible a sus familiares".
Esta primera parte de la moción se cumplió con la instalación de la placa en su honor en la Concordia. En 2022 se colocó otra en el cementerio de Sacedón en recuerdo de sus siete vecinos asesinados en los campos de concentración. Un parque de Alovera también recuerda a Victoriano Sánchez Moreno, asesinado en Mauthausen en 1942, a los 33 años. La alcaldesa fue invitada a asistir al acto por el Foro de la Memoria, pero declinó participar.
La moción incluía una segunda parte en la que se acordaba que las autoridades viajarían al campo de Mauthausen para colocar una placa en honor de los deportados guadalajareños. Concretamente se aprobó por unanimidad en los tres ayuntamientos citados y en la Diputación: "Impulsar cuantas acciones y actos se consideren oportunos para promover la memoria de estas víctimas. En concreto, la colocación de un monolito o escultura en memoria y reconocimiento a los hombres y mujeres de Guadalajara deportados a los campos de concentración nazis entre 1940-1945. La presencia institucional en los actos internacionales de conmemoración que se celebran en el campo de Mauthausen con ocasión del aniversario de su liberación, colocando una placa que deje constancia del reconocimiento de la provincia de Guadalajara".
Pasados siete años, ni el viaje ni el homenaje en Mauthausen se han llevado a cabo: "No se ha cumplido. Nosotros pedimos que se intervenga en este sentido. Es un acto de justicia", reclama Xulio García.
Precisamente el Foro por la Memoria, que ya ha realizado varios actos de dignificación en la provincia, se trasladó a Austria en 2020, coincidiendo con el 75 aniversario de la liberación de Mauthausen, para colocar en el crematorio del campo un diploma en recuerdo de los guadalajareños allí deportados que reza: "A los 130 guadalajareños deportados a los campos de exterminio. A todos los españoles asesinados por la barbarie nacionalsocialista".
No obstante, en el Pleno celebrado el pasado viernes 25 de abril, en el Ayuntamiento de Guadalajara, se aprobó una moción del Grupo Municipal del PSOE por la que los 13 guadalajareños deportados a campos de concentración nazi recibirán la concesión, a título póstumo, de la Mención Honorífica Especial. Esta inciativa de los socialistas contó con los votos a favor del Partido Popular y de Aike. Este último, pidió la inclusión de una enmienda transaccional en la que se pedía además la colocación de las llamadas 'piedras stolpersteine', unos adoquines dorados que se ponen en el suelo, en las calles en las que nacieron o vivieron las víctimas.
Juan Flores, concejal socialista en el Ayuntamiento, agradeció, en nombre del Grupo Municipal, que esta moción saliera adelante, "porque es de justicia; se cumplen 80 años de la liberación del campo de Mauthausen y trece guadalajareños sufrieron esta dramática experiencia, algunos de ellos perdieron la vida. Es el momento de rendirles homenaje y la aprobación, hoy, de esta iniciativa, refuerza nuestra posición como demócratas, y hace mejor nuestro Ayuntamiento como institución".
La moción del PSOE no sólo tiene "un significado histórico, sino que también representa un ejercicio de justicia, memoria y dignidad". Flores recordó que en la anterior legislatura "se dieron pasos importantes, con la instalación del monumento en el parque de La Concordia, junto a la Diputación Provincial, a partir de una moción que se aprobó por unanimidad del Pleno en el año 2018", ha recordado el concejal socialista.
Otro de los acuerdos aprobados contempla el compromiso del Ayuntamiento de Guadalajara para seguir promoviendo actividades educativas y de divulgación sobre la deportación de españoles a los campos de concentración nazi, "a fin de mantener viva su memoria, y el respeto por los derechos humanos".
Cabe destacar que la ultraderecha de Vox se abstuvo en la votación porque pretendía que se incluyera también en el texto "homenajear por igual a todas las víctimas del nazismo y del comunismo". Su portavoz, Víctor Morejón, llegó incluso -en un total desconocimiento de la historia mundial- ha hablar de "dos bandos" en los campos de concentración. Una postura lamentable que ni siquiera fue refrendada por sus socios de Gobierno, ya que el Partido Popular apoyó la moción del PSOE por su apoyo "a la defensa de los derechos humanos", tal y como manifestó su portavoz, Alfonso Esteban.
Desde el Foro por la Memoria de Guadalajara valoran "positivamente" la moción, "pero lamentamos que no fuera por unanimidad".
Respecto a los stolpersteine, Xulio García afirma que "puede ser un homenaje individual que puede estar bien, pero en ningún caso puede sustituir al verdadero homenaje que debe ser colectivo, porque hay muchas víctimas que no tienen familiares, y como dijo el fiscal de los juicios de Nuremberg, Robert Jackson, 'todavía ni siquiera sabemos todos sus nombres’. "Los homenajes deben ser a todos -añade- y eso sólo se consigue con estelas de homenaje colectivo, como la que hay en La Concordia. Hay familiares que opinan también que las placas deben estar a la altura de los ojos, donde no puedan ser pisadas".
Cabe destacar que este año el Foro por la Memoria de Guadalajara, Izquierda Unida Guadalajara,la Asociación Amical de Mautahusen y el PCE relizarán el 5 de mayo un sencillo homenaje a todos los guadalajareños deportados a los campos de concentración nazis colocando un ramo de flores a los pies de la placa en su recuerdo en la Concordia.