El equipo alcarreño salvó ‘match-ball’ ante Cuenca con una victoria cargada de emoción, pero necesita puntuar el domingo en la pista del BM Granollers para evitar la promoción por la permanencia
El IMPULSE Balonmano Guadalajara se adentra en una semana decisiva. Tras imponerse al REBI BM Cuenca en un derbi regional que fue pura emoción (32-29), el equipo de Juan Carlos Requena ha eludido el descenso directo… pero no la amenaza del abismo. El próximo domingo, en la última jornada de la Liga ASOBAL (18:00 horas, horario unificado), visita la cancha del BM Granollers con un único objetivo: puntuar y sellar la permanencia sin tener que jugársela en una angustiosa promoción a doble partido frente al Burgos.
El David Santamaría fue una caldera
La victoria ante Cuenca fue mucho más que dos puntos. Fue una declaración de fe, una inyección de energía colectiva y una despedida vibrante ante una afición que llenó el David Santamaría con alma de final. Guadalajara se aferró al partido como quien se juega la vida, y no era para menos. Con una grada entregada y la vuelta de Fabio Chiuffa tras meses lesionado, el equipo salió a arrollar.
El marcador final, 32-29, reflejó el dominio de los morados y su espíritu de supervivencia. Panchito Lombardi, que jugaba su último partido en casa, se despidió dejando el alma en la pista. Junto a él, Sladkowski, Llorens, Forns y un colectivo comprometido marcaron la diferencia frente a un Cuenca que, sin nada en juego, no pudo frenar el vendaval alcarreño.
Todo se decide en 60 minutos
A pesar del triunfo, los resultados de los rivales directos impidieron la salvación matemática. Guadalajara suma ahora 19 puntos, uno más que Huesca y Puente Genil. Este último ocupa la plaza de 'play-out', y cualquier tropiezo podría condenar a los de Requena a jugarse la categoría en una dramática eliminatoria frente al San Pablo Burgos, segundo de la División de Honor Plata.
Por eso, el partido del domingo en Granollers es una auténtica final. El conjunto catalán, inmerson en la zona alta de la tabla y con uno de los pabellones más exigentes del campeonato, pondrá a prueba el carácter de un Guadalajara que quiere culminar la gesta. Un empate podría bastar, pero una victoria sería sinónimo de paz.
Corazón, cabeza y un último aliento
El equipo ha demostrado que no se rinde, que cuando todo aprieta, responde. Ahora necesita 60 minutos más de concentración, valentía y unión. El sueño de seguir en la élite está a una batalla de distancia. La semana es crucial. El momento, histórico.