El impacto de la ralentización de la actividad industrial española, especialmente, en la automoción, será limitado en una economía española que marcha a buen ritmo gracias al impulso del turismo, a la fortaleza del consumo y los fondos europeos Next Generation. Las bolsas españolas mantienen así un elevado atractivo, pese a las subidas acumuladas.
De este modo, España ha confirmado una calificación de riesgo país de A2. Eso posiciona al país como el único entre los grandes de la Unión Europea con estos niveles de riesgo positivo, frente a Alemania Francia que se sitúan en un escalón inferior (A3) o Italia que apenas alcanza una valoración de B. Una buena noticia para reducir costes a la hora de buscar financiación.
En términos mundiales, estaría al nivel de Estados Unidos, Canadá, Japón o Australia, y en Europa, como Bélgica y Holanda. Esta es una de las principales conclusiones del [‘CofaceRiskReview’](Noticias sobre Economía) de julio, elaborado por la firma de gestión de riesgos de crédito Coface a partir del análisis de datos macroeconómicos, financieros, políticos, de insolvencia de las empresas, y de la evaluación del riesgo país de 160 países de todo el mundo.
La economía española aguanta a pesar de los niveles de incertidumbre
Este estudio estima un [crecimiento de la economía española](El Observatorio CaixaBank reduce las previsiones para España por las incertidumbres arancelarias) para este año del orden de un 2,6% por encima de la estimación media del 2,2% para la economía mundial, en medio de unos niveles de incertidumbres “sin precedentes” derivada de las tensiones geopolíticas y de las decisiones comerciales del presidente de Estados Unidos, Donal Trump.
Unas previsiones para la economía española algo más optimistas que las de Deutsche Bank. La entidad alemana prevé un crecimiento del PIB en torno al 2,2% para este ejercicio. Aunque sí coincide en que será el doble de la eurozona, con unas previsiones del 1,1% y bastante superior al crecimiento previsto para Francia (0,6%), Italia (0,4%) o Alemania que apenas avanzará un 0,3%.
“La sólida demanda interna, respaldada por una menor inflación y menores costes de endeudamiento deberían seguir sentando las bases para un mayor crecimiento. Aun así, las tensiones en el inicio de las conversaciones comerciales entre Bruselas y Washington están afectando el sentimiento empresarial y marcarán también el futuro europeo en el corto plazo”, ha explicado Rosa Duce Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España.
Perspectiva favorable para la renta variable española y europea
Con el repunte de la inflación como mar agitado de fondo pendiente de la política comercial, pero con la economía evolucionando de forma satisfactoria, Deutsche Bank ha reiterado sus perspectivas favorables a medio plazo para la renta variable, superando incluso el escollo de las elevadas valoraciones, con cifras récord, y la intensa volatilidad.
“El menor riesgo de una desaceleración económica impulsada por los aranceles, la mejora de las condiciones financieras y una temporada de ganancias sólida impulsarán un incremento adicional en los mercados bursátiles, aunque con volatilidad ante la incertidumbre comercial, por lo que recomiendan una importante diversificación entre regiones y sectores” ha recalcado Rosa Duce.
En cuanto a la renta variable americana, la entidad eleva el objetivo del S&P 500 a 6.100 puntos, con un potencial de crecimiento de las ganancias de un dígito alto en los próximos 12 meses. Unas previsiones optimistas, aunque sobre el horizonte está apareciendo un nuevo Cisne Negro con las alertas de los analistas sobre el creciente riesgo de una crisis de deuda en Estados Unidos.
En los mercados europeos, en la firma de inversión señalan que las grandes subidas de Los inversores levantan el pie del acelerador ante un escenario imprevisible), especialmente porque las acciones europeas se siguen negociando con grandes descuentos frente a sus pares estadounidenses. Para el Stoxx Europe 600, uno de los indicadores más extensivo y diversificado de Europa, prevén un objetivo de 570 puntos frente a los 550 puntos en los que cotiza en la actualidad.
Un avance similar se espera para los mercados emergentes, respaldados por un dólar débil y mayores acuerdos con Estados Unidos. Precisamente la debilidad del dólar es uno de los grandes temas para este año. Apuestan por un cambio de 1,18 de dólares por euro a junio de 2026 y por este motivo, (Deutsche Bank) apostando por los activos europeos.