La leyenda de la 'Peña Escrita' de Canales de Molina

Canales de Molina es un pequeño pueblo de 14 habitantes situado en la Sexma del Sabinar del Señorío Molinés que, al incorporarse al municipio de Corduente el 24 de diciembre de 1975, junto con Aragoncillo que lo hizo también al mismo tiempo, y Torete agregado a la misma cabecera el 20 de febrero de 1974, el cual tenía incorporados a Lebrancón desde el 25 de agosto de 1970 y éste, a su vez, a Cuevas Labradas y Cuevas Minadas desde 1857 y Teroleja  barrio de Corduente desde el 16 de diciembre de 1968, pasaron a pertenecer todos ellos a la Comarca del Alto Tajo. A Canales de Molina, situado a 124 kilómetros de Guadalajara  y a 12 kilómetros de Molina de Aragón, se accede por un ramal que nace en la carretera CN-211 de Alcolea del Pinar a Teruel.

 

El pueblo esta situado a una altitud de 1.159 metros y en una zona casi escondida, arbolada, con campos rojizos de arcilla, jara y soledad, por una senda de concentración parcelaria, la presencia de una estela romana, que aparece al borde de una de ellas, como vestigio de la presencia del 'imperio de los cesares' en tierras molinesas, en un lugar en que se erigen pequeñas torres vigías y atalayas, puestas en los primeros tiempos de la repoblación de esas tierras, hacia el siglo XII, en un paraje conocido por 'Los Castillos', difícil de llegar. Yo lo hice acompañado de unos vecinos del pueblo que se ofrecieron a acompañarme. Allí se encuentra la misteriosa 'Peña Escrita' que ellos conocen como 'Peña del Moro'.

 

Una lamina rocosa, un roquedal, situado en el arroyo de Valdecanales, elevada en su parte más alta a unos 7 metros del suelo y en la más baja a 1 metro. El arroyo, también conocido como el de la Dehesa vierte sus aguas en el río Gallo.

 

Sobre la piedra hay esculpidas tres figuras humanas: un gigante que representa un moro de unos 3 metros de longitud, con los brazos extendidos y la representación de su sexo masculino; una mujer de poco más de un metro, también con la representación de su sexo, y la tercera figura, un hombre un poco más alto e iguales símbolos de su identidad como los anteriores.

 

Un lugar donde nace la leyenda, que los acompañantes nos cuentan. Hablan de  la presencia de un tesoro escondido allí, con la figura de la mujer, una princesa mora prisionera, el guardián y un dragón provisto de lenguas de fuego que la vigilaba. El hombre, su enamorado que lucha para salvarla, vence a los dos y huye con el tesoro y su amada.

 

La leyenda continua con otros protagonistas y tiempos anteriores al de la grabación de las figuras de humanoides, ya que la piedra inclinada y abierta al cielo es donde se dice pudieron aterrizar  una naves misteriosas, venidas de planetas lejanos y sus tripulantes hacer los dibujos. Símbolos y grabados de la parte inferior de la misma, unos grabados que cuando yo la visité estaba siendo objeto de estudio por arqueólogos venidos de Alemania. En ellos aparecen  figuras como astronautas provistos de cascos, jeroglíficos, cruces, huellas de animales, pies humanos, manos, horquillas, de algo que asemejan naves espaciales...

 

Estas leyendas trasladan a la gente al Antiguo Testamento, que relata las aventuras de Henoc (3139 a.C. al 2774 a. C.) al que pudo aducirle una nave; del profeta Elías (904 . C . al 850a .C.), al parecer secuestrado por un OVNI; del profeta Ezequiel (622 a. de C. al 571 a.C.) que tuvo visión de una nave espacial e hizo dibujos detallados de la misma... Todas estas historias hacen imaginar que la 'Peña' era un lugar idóneo para que las naves procedentes del cielo pudieran posarse allí, que fueran seres extraños, tripulantes de las mismas, quienes grabaran en el interior de la cavidad las figuras y símbolos mencionados y las lenguas de fuego, que decía la leyenda que se veían, no fueran procedentes del dragón vigilante de la princesa, sino de las naves que transportaban extraterrestres a encontrarse con los terrícolas de entonces .

La 'Peña Escrita' forma parte del mundo esotérico de nuestra provincia, del misterio que encierra aún por descubrir y de las leyendas de  unas de las más entrañables incógnitas de nuestras tierras.

 

Josè Maria Bris Gallego. Funcionario del Estado. Diputado del Congreso con UCD (1979-1982) Senador con el PP (1986-2000) Vicepresidente de la Diputación Provincial (1983-1987) Alcalde de Guadalajara (1992-2003) Diputado Regional (2003-2011)