España y Europa buscan poner coto a ChatGPT

Publicado por: Julio Muñoz
30/04/2023 08:00 AM
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Imagen: Pexels. Andrew Neel.
Imagen: Pexels. Andrew Neel.

El impacto de la plataforma conversacional en el mundo económico y social en apenas unos meses está siendo perturbador y las administraciones buscan limitarlo con la excusa de la protección de datos

 

 

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse y quizás para someternos o destruirnos como apuntan los más alarmistas. Pese a los avisos del riesgo de que los robots acaben algún día con la humanidad, lo cierto es que dar marcha atrás con la tecnología resulta tarea casi imposible. Hay demasiados intereses creados. Muchos insisten, además, en que se trata de una herramienta que vendrá a ayudar nuestras capacidades, no a sustituirlas, e impulsará la actividad económica.  

 

Los expertos prevén que las herramientas de inteligencia artificial hagan crecer un 16 % el PIB hasta 2030, sumando más de 13 billones de dólares a la economía mundial para esa fecha. En cambio, critican algunos, podría poner en riesgo miles de empleos actuales, provocando una profunda transformación del tejido laboral al que habrá que adaptarse para sobrevivir. 

 

Pero más allá de posibles exageraciones y de su impacto económico, las IA están provocando algunos problemas más cotidianos como es de la protección de datos que llevan a España y la Unión Europea a plantearse su posible prohibición. Por este motivo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha tomado cartas en el asunto iniciando de oficio una investigación a la compañía estadounidense OpenAI, propietaria de ChatGPT. 

 

Se trata de la plataforma conversacional de inteligencia artificial que se ha extendido como la pólvora con solo unos meses de vida. Tal es su popularidad que la AEPD ha solicitado al Comité Europeo de Protección de Datos (EDPB, por sus siglas en inglés) que incluyeran la plataforma conversacional como punto a tratar en su sesión plenaria, puesto que la institución considera que puede tener impacto sobre los derechos de las personas a raíz de un “posible incumplimiento de la normativa” por parte del chat. 

 

Para estudiar este problema, el Comité Europeo creará un grupo de trabajo en el que participará la AEPD con el fin de cooperar e intercambiar información acerca de las acciones destinadas a garantizar la protección de datos y de las personas. A parte, la Agencia Española, ha mostrado su intención de actuar en paralelo, “en el marco de sus potestades y competencias como autoridad nacional de supervisión y control, además de en coordinación con sus homólogas europeas a través del Comité”.  

 

Alta preocupación por ChatGPT 

 

España se une con esta declaración a la lista de países que han puesto el foco sobre ChatGPT. China y EEUU anunciaban esta misma semana su disposición a regular esta inteligencia artificial. Por su parte, Italia ha decidido bloquear su uso en el país porque consideran que vulnera su legislación de protección de datos. 

 

Y no es una preocupación baladí. Los expertos en ciberseguridad recuerdan que cuando un usuario hace una consulta, los datos asociados se transmiten a través de una conexión segura, utilizando un protocolo de encriptación HTTPS. Al igual que otros servicios en Internet, este novedoso sistema de Inteligencia Artificial está diseñado con medidas de seguridad para proteger la información que recopila durante una sesión de chat. 

 

Su política de privacidad puede recoger, de este modo, la dirección IP, el tipo de navegador y su configuración, así como datos sobre las funciones que utilizan y las acciones. También puede guardar información sobre el comportamiento de navegación y sitios web visitados por los usuarios que usen la plataforma. 

 

Sin embargo, apuntan, “la política de privacidad y la protección de ChatGPT se refiere únicamente al uso de los datos de los usuarios registrados en dicha plataforma, pero no especifica nada sobre el uso de datos personales que puede hacer la IA de otras fuentes, como las que usa para generar los textos que devuelve”. Un riesgo incalculable.  

 

Para evitar problemas lo más sencillo es evitar compartir cualquier tipo de información personal a través del chat, así como tener máxima precaución con los enlaces sospechosos; usar contraseñas seguras y no compartirlas; verificar las fuentes de información recibidas a través de ChatGPT, especialmente si son datos importantes o confidenciales. 

 

Y, por último, destacan los expertos, asegurarse de cerrar la sesión para evitar que terceros puedan acceder a las conversaciones. Con todo, por mucho que se adopten medidas, con la inteligencia artificial el riesgo cero nunca existe ni se puede garantizar la seguridad completa.  

 

En cualquier caso, la AEPD sigue abogando por “el desarrollo y la puesta en marcha de tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial desde el pleno respeto a la legislación vigente, ya que considera que solo desde ese punto de partida puede llevarse a cabo un desarrollo tecnológico compatible con los derechos y libertades de las personas”. 

 

Julio Muñoz es periodista de información económica y experto en comunicación.

 

 

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