De buenos y malos

“Gente extraordinaria de Guadalajara”, así reza el post que la Policía Local de la ciudad colgó en redes sociales ayer jueves, en el que informaba sobre un hecho, cuanto menos, sorprendente. Un joven de 22 años les entregó 2.000 euros que había encontrado en la vía pública y que fueron devueltos posteriormente a su propietario. 

Gonzalo Rodríguez. Así se llama este ciudadano ejemplar que nos devuelve la confianza en el ser humano en estos tiempos convulsos que nos toca vivir en los que el incivismo, la desvergüenza, la falta de educación, los malos modales y la escasa o nula tolerancia al diferente son el pan de cada día en una sociedad que parece ir hacia atrás en lo que a valores se refiere. 

Gonzalo se merece un reconocimiento público. Es un vivo ejemplo de honestidad, una cualidad de la que carecen, desafortunadamente, algunos personajillos públicos que deberían tomar nota de esta acción. Porque podría haberse callado, haberse quedado el dinero, que los tiempos andan achuchados y algún agujerito hubiese podido tapar. Pero no. Cumplió con su deber de buen vecino y por ello hay que darle la enhorabuena. Por eso y porque se convierte en un ejemplo de moral para todos. 

El contrapunto a esta buena gente, lo pone la mala, la que delinque y se dedica a -perdonen la expresión- joder la vida a los demás. Que la hay, y mucha, por estos lares.

Sin ir más lejos, la Policía Nacional de Guadalajara ha detenido a una mujer que sustrajo cinco teléfonos móviles aprovechando la enorme concentración de peñistas en la plaza Mayor de la capital el día del Chupinazo de las Ferias. Una indeseable que se camufló entre los participantes ataviada con ropa festiva para birlarles los terminales aprovechando el jolgorio. Una delincuente que, al parecer,  pertenece a una organización procedente de la Comunidad de Madrid dedicada a este tipo de delitos. Esperemos que reciba un justo castigo y no vuelva en cuatro días a la calle, donde sin duda volverá a delinquir. 

Otros que pertenecen al bando de los ‘malos’ son varios peñistas que, en la noche del jueves de Ferias, en pleno diluvio y para guarecerse de la lluvia, se dedicaron a ‘robar’ sombrillas de los establecimientos de hostelería ubicados en Adoratrices y la carpa que cobijaba el equipo de sonido de una conocida sala de la ciudad. Hazaña, ésta última, que se viralizó en redes sociales, con un vídeo en el que los protagonistas, un grupo de más de diez jóvenes de diversas peñas, jaleaban su ‘heroicidad’ al canto de ‘Que te vote Xapote’ y ‘Soy español, español, español’.

No se puede justificar esta acción alegando, como hemos escuchado a algunos, que es una gamberrada, que son Ferias, que son jóvenes, que si el alcohol, que si la noche… Son hechos que, además de haber supuesto un perjuicio económico a las víctimas de sus fechorías, ponen de manifiesto una enorme falta de respeto y una actitud completamente inaceptable. Divertirse no está reñido con tener un mínimo de civismo. Afortunadamente, estos personajes no representan a los peñistas de Guadalajara, que en estas Ferias han demostrado que son todo lo contrario.       

Para cerrar este editorial queremos volver al inicio. A hablar de ‘los buenos’. A dar la enhorabuena a la Policía Local de Guadalajara por ponernos sobre la pista de un hombre bondadoso. A la Policía Nacional por librarnos de los malos. Y, en especial, a destacar la figura de Gonzalo Rodríguez, el verdadero protagonista de esta historia, que no cayó en la tentación de adueñarse de lo que no era suyo a pesar de que, en su situación de desempleado, el dinero le hubiese venido de perlas. ¡Enhorabuena Gonzalo!

Atención, empresarios, ya saben dónde encontrar un trabajador honrado. Ahí lo dejamos.