La Biblioteca y el oportunismo partidista de Guarinos

Publicado por: Gloria Magro
03/11/2023 08:00 AM
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"Las Bibliotecas son un espacio donde los sueños, los pensamientos y los deseos tienen cabida". La frase, de evocadoras y poéticas reminiscencias, es de alguien a quien difícilmente se identificaría con veleidades románticas como es la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos.

 

Desconocíamos la vena literaria de la edil, que no se detiene aquí en sus reflexiones. En el mismo post de su cuenta de Twitter, con motivo del Día de las Bibliotecas, la alcaldesa también manifestaba que el proyecto de una nueva Biblioteca Municipal en el Fuerte San Francisco "es un compromiso ineludible con la ciudad… un lugar para hacer que nuestros sueños, pensamientos y deseos se hagan realidad".

 

Es de suponer que Guarinos se refería así a esos anhelos culturales de los guadalajareños que la Junta de Comunidades parece haber pospuesto ante la decisión de destinar -según se ha anunciado estos días- ese espacio en su totalidad a la nueva Ciudad del Cine, que previsiblemente tan buenos réditos económicos ha de traer a Guadalajara.

 

Se pone poética y sentimental Guarinos cuando habla de bibliotecas y de compromisos de las administraciones con los ciudadanos, pero hace justamente cinco años, cuando el Ayuntamiento popular ejecutó su simulacro de Biblioteca Municipal sin libros, sin programas y sin personal, no parecían importarle tanto ni los sueños, ni los pensamientos, ni los deseos de los vecinos que ahora dice querer defender. Ni a ella ni a nadie del partido del que entonces era presidenta.

 

Guadalajara fue la última capital de la región en incorporar una Biblioteca Municipal y lo hizo tan tarde como en 2018, a término de la tercera legislatura consecutiva del PP en la Alcaldía, tal era la preocupación entonces de los responsables municipales por dotar a la ciudad de un espacio consagrado a los libros, el estudio y la investigación.

 

Según el particular modo de proceder de los populares, el modelo elegido fue privatizar el servicio subcontratando la biblioteca a una empresa de Vigo al margen de los presupuestos de ese año; un servicio online a demanda, sin libros físicos y sin bibliotecarios. Y sin sede propia digna de tal nombre, habría que añadir, esa que ahora es tan importante.

 

Justo lo que ahora Guarinos reclama pudo muy bien solicitarlo, pactarlo o incluso presupuestarlo su predecesor durante los 12 años que estuvo en la Alcaldía, sin que en la práctica hiciera algo más que ponerle el nombre de un prestigioso poeta alcarreño a unas estancias vacías sustraídas a la sala de estudios existente en el Edificio de Servicios Múltiples.

 

Hasta que el equipo municipal socialista se hizo cargo de la Biblioteca Municipal Suárez de Puga a partir de 2019 y la dotó de actividades y de contenido, el único servicio de biblioteca con el que ha contado Guadalajara en las últimas décadas ha sido el proporcionado por la ahora al parecer denostada Junta de Comunidades, primero en el Palacio del Infantado y desde 2004 en las instalaciones de Dávalos, dentro de la red de bibliotecas de Castilla-La Mancha, aglutinando todos los fondos bibliográficos disponibles para el público y los investigadores, así como los depósitos históricos.

 

La Biblioteca Pública de Guadalajara es un referente de reconocido prestigio, bien dotada de personal y servicios e instalaciones a cargo todo ello de la Junta. Dávalos es un foco imprescindible de actividades culturales que contribuyen a dinamizar el centro histórico. Las cifras de actividades y usuarios que maneja apabullan y se pueden consultar en la web del Ministerio de Cultura.

 

Al margen de esto, es innegable que Guadalajara se merece una nueva Biblioteca Municipal con una ubicación en consonancia a las necesidades de una ciudad en continuo crecimiento. Pero también lo es que la Ciudad del Cine va a recuperar los espacios depauperados y en desuso de El Fuerte, otra de las demandas históricas a la que más se ha tardado en dar respuesta.

 

Apostar por un proyecto que podría ser a corto plazo una fuente fundamental de ingresos para Guadalajara parece razonable. Y más ahora que al Consistorio no le salen las cuentas y ha anunciado una subida apoteósica del IBI.

 

En el Ayuntamiento lo saben, de ahí su oportunismo partidista al no reconocer el trabajo de la Junta en este sentido y al incidir en lo que se pierde temporalmente en vez de apostar por apoyar una realidad tangible como es el interés de la industria audiovisual por Guadalajara.

 

Podemos posponer una biblioteca -habida cuenta de que la actual es la proyectada por parte del actual equipo municipal de Gobierno- pero no podemos permitirnos que otras ciudades de nuestro tamaño con las que competimos se queden con el pastel del cine.

 

Gloria Magro. Periodista.

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