El 3 de abril de 1979 marcó un hito en la historia de España: las primeras elecciones municipales después de la 'larga noche' de la dictadura franquista. Estas elecciones no solo representaron un resurgir democrático, sino que también establecieron las bases de lo que hoy entendemos por política municipal: una gestión cercana, atenta a las necesidades de la ciudadanía y fundamentada en la cooperación más allá de las diferencias ideológicas. Aquel día, el PSOE logró un triunfo significativo, reflejo del anhelo colectivo por la democracia y el progreso social, consiguiendo la mayoría en las grandes ciudades y pueblos de España y estableciendo pactos que, por encima de rivalidades, buscaron la estabilidad y el bienestar de los municipios.
Y esto mismo es lo que hoy estamos echando de menos todos aquellos que nos creemos el municipalismo como el más imprescindible instrumento de transformación del espacio en el que vivimos. Los pactos que hoy vemos y que se hacen para retroceder en derechos, en bienestar o en progreso social y cultural son la antítesis de aquel 3 de abril de 1979, lanzado en la esperanza de autogobierno y dejando atrás la más oscura época antidemocrática de nuestra historia.
Y permítanme que ahora me obligue a hablar de lo que más conozco. En el corazón de aquel legado democrático se encuentra Marchamalo, un pueblo que ha visto esta evolución desde dos primas diferentes: siendo barrio de Guadalajara (1972-1999) y ya como municipio independiente (desde el 1 de enero de 1999). El Marchamalo de hoy no es sino el del compromiso inquebrantable con una política municipal que prioriza el bienestar de nuestros vecinos por encima del ruido y la furia que a menudo caracterizan al debate político nacional.
El paralelismo entre aquel momento fundacional y nuestra realidad actual es innegable. La política de cercanía, defendida con ardor en las primeras elecciones municipales, sigue siendo el norte de la gestión de los municipios gobernados por el PSOE. Nos hemos esforzado por mantener viva la esencia de aquel 3 de abril de 1979: escuchar, dialogar y construir un futuro común. En un momento en que la política se ve a menudo como distante y desconectada de las necesidades reales de la gente, la gestión del PSOE en los municipios emerge como un testimonio de lo que significa volver a las raíces de la verdadera política municipal.
Hoy, después de 6 legislaturas gobernando en Marchamalo, quiero enfatizar en lo que significa la verdadera política municipal, esa que trasciende de la mera administración; la política municipal que construye comunidad, que teje redes de solidaridad y que hace frente común ante los desafíos. En los municipios hemos aprendido que los logros más significativos nacen del compromiso con nuestra gente y del respeto a la historia que nos ha traído hasta aquí.
Así, al reflexionar sobre el impacto de las primeras elecciones municipales en nuestra práctica política actual, reafirmo mi compromiso con una gestión que se centra en la gente. Este es el legado de aquel 3 de abril de 1979, un legado que seguimos construyendo día a día.
Rafael Esteban. Secretario de Organización Provincial del PSOE.
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