La torre de avistamiento más antigua de la aeronáutica española corre el riesgo de desmoronarse

Publicado por: Marta Perruca
12/11/2023 08:00 AM
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El Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Ingenieros, donde se encuentra esta torre, reclamaba la ayuda de la UME para apuntalar el edificio, tras las daños acasionados por las tormentas. El Ayuntamiento aprobó en marzo de 2022 una declaración institucional para su declaración BIC, lo que podría suponer, si por fin se dan los pasos oportunos, un espaldarazo para la puesta en valor de Guadalajara como cuna de la aviación española

 

El 1 de marzo de 1913 se publica en la Gaceta de Madrid el Real Decreto de Alfonso XIII por el que se crea el Servicio de Aeronáutica Militar sobre las bases del Servicio de Aerostación que se asienta en 1896 en Guadalajara. Poco después se crea la Escuela Nacional de Aviación, que tendrá un reglamento a finales de ese mismo año. De esta manera, este año 2023 se cumpliría el 110 aniversario del nacimiento de la aeronáutica española que se gestó en Guadalajara, aunque esta ciudad no haya sido capaz de encontrar la oportunidad y la excusa para convertir en una de sus señas de identidad este pasado de altos vuelos.

 


Hitos no le faltan y tampoco patrimonio arquitectónico, aunque este, después de más de un siglo y con algunas excepciones, languidece y se tambalea a la espera de una decisión firme que ha coqueteado ya demasiadas veces con la idea de poner en marcha un centro de interpretación o un museo en alguno de esos espacios que aún permanecen en pie.

 

Una de los documentos antiguos que conserva el PCMMI donde se observa la torre de avistamiento.
Una de los documentos antiguos que conserva el PCMMI donde se observa la torre de avistamiento.




Este es el caso de la torre de avistamiento, también conocida como chalet de pilotos, del aeródromo militar de Guadalajara, hoy dentro de las instalaciones del Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Ingenieros del Ejército de Tierra, en el Cuartel Capitán Félix Arenas, junto a la carretera de Cabanillas. Este edificio es el más antiguo de sus características en España y, probablemente, del mundo y, sin embargo, amenaza con desmoronarse.

 


Quizá debido a ese abandono y desinterés, hace casi dos años, en enero de 2022, la torre de señales de Cuatro Vientos, construida en 1920, estuvo a punto de arrebatarle este privilegio, cuando se publicaba en el BOE el expediente para su declaración BIC, alegando, entre otros motivos, el ser la más antigua de España. Cabe señalar que la torre guadalajareña data de 1917 y desde su construcción también fue utilizada como torre de señales.

 


Entonces, según recoge la web aviaciondigital.com, el 1 de febrero de 2022 se presentaba un escrito de alegaciones por parte del arquitecto Andrés García Bodega, profesor emérito de la Universidad de Alcalá de Henares, al que se adherían numerosos ciudadanos, entre los que se encontraban la familia de Pedro Vives Vich, primer jefe de la Aeronáutica Militar, o la de Benito Loygorri Pimentel, el primer español con licencia de piloto.

 


En dicho escrito se reconocían el “valor excepcional” de la torre de señales de Cuatro Viento, así como su interés histórico y científico, pero se alegaba que “debería suprimirse la referencia a la primacía dentro de las torres de control de la época en España, ya que (…) se construyó una torre de avistamiento en el aeródromo militar de Guadalajara, contiguo al Polígono de Aerostación, tres años antes que la de Cuatro Vientos”. Asimismo, añadía que “si no se suprime la referencia, debería citarse, como precedente, la torre de avistamiento del aeródromo de Guadalajara”.



Puntales en el interior de la torre de avistamiento instalados por la UME.
Puntales en el interior de la torre de avistamiento instalados por la UME.




El Ayuntamiento aprobó una declaración insticional para su declaración BIC


Este episodio inspiraba al grupo municipal de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Guadalajara, que presentaba una moción, respaldada por todos los grupos políticos, para la declaración de la torre guadalajareña como BIC. Esta moción recibía el visto bueno del Pleno del 25 de marzo de 2022 convertida en una declaración institucional.

 


A pesar de ello, nada se ha vuelto a saber de este asunto hasta ahora y lo que no consiguió el expediente para la declaración BIC de la torre de Cuatro Vientos, casi lo consiguen las inclemencias meteorológicas. Tal y como explica el coronel jefe del Parque y Centro de Mantenimiento de Materia de Ingenieros y comandante militar de Guadalajara, Rodolfo Arroyo de la Rosa, las primeras borrascas del otoño causaron estragos en el edificio, por lo que desde el Parque, reclamaban la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para apuntalar esta infraestructura y mantenerla en pie, entre tanto se encuentra una solución más definitiva. “Se generó un una gotera y en el momento en que entra agua en un edificio tan viejo se ha llevado por delante un montón de instalaciones”, comenta.

 


El coronel apunta en declaraciones a El Decano de Guadalajara que ha mantenido una conversación con el responsable de Urbanismo del Ayuntamiento, Alfonso Esteban, en torno a esta cuestión, quien le trasladó que, siendo Antonio Román alcalde de Guadalajara, “se iniciaron los trámites y la documentación para que se declarara BIC, con la idea de que se cediera esta parte del acuartelamiento al Ayuntamiento para explotarla como centro de interpretación o museo” y añadía que “la intención es retomar esta cuestión, porque de lo contrario se va a caer”. Arroyo de la Rosa incluso señala que existe documentación en el Parque de Ingenieros en la que se presupuesta la rehabilitación de este edificio en unos 300.000 euros.

 

No obstante, tal y como ha denunciado esta semana el grupo municipal AIKE, el Ayuntamiento de Guadalajara ha dejado pasar la oportunidad de la convocatoria del 2% Cultural para rehabilitar este u otros elementos del patrimonio de la ciudad.
 

Por parte del Parque de Ingenieros están estudiando la posibilidad de abordar unas jornadas divulgativas sobre el pasado de la aviación española en Guadalajara en colaboración con el Real Aeroclub de España y la Fundación Siglo Futuro “para explicar a la ciudad de Guadalajara lo que tienen aquí”.

 


Según el jefe del parque, mantienen un estrecho contacto con el Aeroclub, que tiene una de sus sedes en Robledillo: “El aeródromo está lleno de fotografías de este acuertalamiento, porque para ellos el nacimiento de la aviación se produjo aquí. Todo nace en este acuartelamiento en 1896 cuando se empiezan a comprar lo primeros globos estáticos y aerodirigibles”.

Imagen: LEONARDO TORRES QUEVEDO Y LA CONQUISTA DEL AIRE Centenario de la botadura del dirigible “Torres Quevedo” 1907*GUADALAJARA*2007Imagen: LEONARDO TORRES QUEVEDO Y LA CONQUISTA DEL AIRE Centenario de la botadura del dirigible “Torres Quevedo” 1907*GUADALAJARA*2007

 

En 1884, bajo el reinado de Alfonso XII, mediante un Real Decreto de 15 de diciembre, se crea el Servicio Militar de Aerostación, dependiente de la cuarta compañía del Batallón de Telégrafos del Cuerpo de Ingenieros, con el fin de emplear globos en tareas de observación militar. No fue hasta doce años más tarde, en 1896, cuando el entonces ministro de Guerra, Marcelo Azcárraga, decidió impulsar una unidad independiente y un Parque de Aerostación en Guadalajara, bajo el mando del comandante de ingenieros, Pedro Vives Vich, al que se le asigna el Cuartel de San Carlos en la ciudad de Guadalajara. Apenas tres meses más tarde, el 17 de diciembre de 1896, se configura el Parque Aerostático en el Polígono de Maniobras del Henares, se adquiere el primer material y se realizan las primeras ascensiones.

 


El Parque de Aerostación se convertiría en la primera industria aeronáutica española en la que se construirían los primeros globos a partir de 1903 y donde Leonardo Torres Quevedo, con la participación de un auxiliar técnico militar del Centro, Alfredo Kindelán, construía el primer dirigible español con unas soluciones que todavía se utilizan en la actualidad. Un dirigible que volaba por primera vez en 1907. Con motivo del centenario de su botadura, en el año 2007, el Ayuntamiento de Guadalajara organizaba la exposición “Torres Quevedo. La Conquista del Aire” entre el 5 y el 12 de noviembre en el Teatro Auditorio Buero Vallejo y se celebraban una serie de conferencias.

 

En el año 1913, continúa el coronel, “el Servicio de Aerostación se divide por un asunto puramente militar en globos aerostáticos y aerodirigibles, por un lado, y la aviación, por otro, con lo que comienza la aviación en España en el seno de la armada de ingenieros en Guadalajara. Con la llegada de la Guerra Civil hubo un paréntesis y al cabo del conflicto todo lo que era la aviación se agrupa en Cuatro Vientos, por lo que los militares del ejército del aire dicen que la aeronáutica ha nacido allí, pero desde el Aeroclub reivindican sus orígenes guadalajareños”, comenta.

 

Imagen: LEONARDO TORRES QUEVEDO Y LA CONQUISTA DEL AIRE Centenario de la botadura del dirigible “Torres Quevedo” 1907*GUADALAJARA*2007
Pabellón dormitorio dentro de las instalaciones del Aeródromo Militar hacia 2022. Imagen: LEONARDO TORRES QUEVEDO Y LA CONQUISTA DEL AIRE Centenario de la botadura del dirigible “Torres Quevedo” 1907*GUADALAJARA*2007




El Aeródromo Militar de Guadalajara y la torre de avistamiento


La web aeronautica.com recoge una breve historia del aeródromo militar de Guadalajara y de su torre de avistamiento. Según esta página especializada, en el año 1912, los cursos de formación de pilotos y las actividades complementarias que se desarrollaban en las instalaciones de Cuatro Vientos, llevaron al coronel Pedro Vives Vich a proponer al ministro de la Guerra la creación de “una estación permanente de aeroplanos en el polígono de Guadalajara” y añade que “podría ser la residencia de una escuadrilla para realizar las prácticas previas y serviría para desahogar el aeródromo de Cuatro Vientos”.

 


Por Real Orden de Alfonso XIII con fecha de 19 de diciembre de 1912 se autoriza la creación de un campo de aterrizaje en el Polígono del Henares y se dispondría de una partida presupuestaria de 100.000 pesetas para adquirir los terrenos y ejecutar las obras del futuro Aeródromo Militar de Guadalajara.

 


Según recoge Enrique Gavilán Pimentel en el capítulo dedicado a Patrimonio arquitectónico aeronáutico de Guadalajara, “ a partir de 1913, las prácticas para la obtención de la licencia de piloto incluían la práctica del vuelo desde el aeródromo militar de Guadalajara hasta Cuatro Vientos en Madrid, y vuelta. Dada la limitada autonomía de los primeros aviones (por ejemplo, el Farman XI con el que se formó la primera escuadrilla militar española, y que estuvo en Guadalajara), en ocasiones, el trayecto de Cuatro Vientos a nuestra ciudad debió realizarse con escalas, utilizando el aeródromo de Alcalá de Henares como punto intermedio de aterrizaje”.

 


El 30 de marzo de 1913, el periódico “Flores y Abejas” informaba del inicio, el 1 de abril, del concurso de prácticas previas de Aviación al que concurrían dos oficiales de Estado Mayor, cuatro oficiales de Infantería, tres oficiales de Caballería, dos oficiales de Artillería, cuatro oficiales de Ingenieros, un oficial de la Guardia Civil y tres oficiales de la Armada.

 


En 1916 se constituye en Guadalajara la primera escuadrilla de Aviación, que según recoge en sus memorias el teniente Gómez Lucía en sus memorias, estaba formada por un jefe, el comandante observador Zamora y cinco pilotos, Riaño, Balseyro, Sandino, Montero y el propio teniente, una plantilla de mecánicos y “un hangar que difícilmente cobijaba a los siete aviones”. Su campo de vuelo estaba constituido por un triángulo de 400 metros de altura y 100 de base, entre la vía férrea y la carretera y entre su material contaban con siete aviones Farman, con equilibrador.

 


El 25 de noviembre el coronel de Ingenieros solicita permiso al Ayuntamiento de Guadalajara para construir la torre de avistamiento y los barracones, el Pabellón dormitorio para dos compañías de Aerostación, licencia que se concede el 16 de enero de 1917.

 


El pabellón dormitorio se construiría sobre el año 1922 según un proyecto del capitán de ingenieros José López Tienda.

 

Fachada principal de la fábrica de “La Hispano” hacia 1920 (Foto: Latorre y Vegas. NP 0195. CEFIHGU). Fuente: LEONARDO TORRES QUEVEDO Y LA CONQUISTA DEL AIRE Centenario de la botadura del dirigible “Torres Quevedo” 1907*GUADALAJARA*2007
Fachada principal de la fábrica de “La Hispano” hacia 1920 (Foto: Latorre y Vegas. NP 0195. CEFIHGU). Fuente: LEONARDO TORRES QUEVEDO Y LA CONQUISTA DEL AIRE Centenario de la botadura del dirigible “Torres Quevedo” 1907*GUADALAJARA*2007



La Hispano-Suiza

La fábrica de la Hispano-Suiza también se levantó en 1917 en Guadalajara para la construcción material móvil y motores, aunque las instalaciones no serían inauguradas hasta el año 1920 en un acto presidido por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.

 

Esta fábrica de automóviles y material de guerra contrató a Eduardo Barrón, quien estaba al mando de los Talleres de Aviación Militar en Cuatro Vientos (Madrid), para dirigir la sección de aviación, donde diseñó dos prototipos. 

 


Hacia el año 1922 sufre una ampliación y se convierte en la Hispano-Aircraft, que disponía de un aeródromo de pruebas.

 


Los aviones construidos en Guadalajara bajo diferentes licencias, señala Gavilán Pimentel en la publicación realizada con motivo de la exposición “Torres Quevedo. La conquista del aire” “surcaban los cielos de prácticamente el mundo entero. Esta fábrica dio esplendor fundamentalmente a los “felices años veinte” de la ciudad de Guadalajara, tras el fin de la Primera Gran Guerra en Europa. Se encontraba situada entre la carretera de Marchamalo y la vía del tren MadridBarcelona, en lo que hoy es el Polígono Industrial del Henares. En 1924 daba trabajo a 645 personas, empleados especializadísimos para una fábrica puntera en tecnología y calidad”.

 


En 1927 la Hispano se mete en el campo de la formación con la Escuela de Transformación de donde salen nuevos pilotos.

 


La llegada de la II República deja a la empresa sin uno de sus mejores clientes, Alfonso XIII y la fábrica de Guadalajara se vende al grupo Fiat, quedándose con la fábrica de aeronaves.

 


Cuando en 1939 finaliza la Guerra Civil, los talleres de la Hispano en Guadalajara, bastante desmantelados por lo avatares de la guerra, continúan cerrados y dejan de funcionar para siempre en beneficio de la fábrica que la marca tiene en Sevilla.

 


De la fábrica guadalajareña salieron, al menos, ocho modelos diferentes de aeronaves desde 1920 hasta 1939.

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