Andrea Madrid. "Las mujeres rurales tratan de desarrollarse en sus trabajos y cumplir sus sueños. Aquí no hay empresas que te contraten y si quieres dedicarte a lo tuyo tienes que emprender”.

Publicado por: Marta Perruca
06/01/2024 08:00 AM
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Andrea Madrid López (31 años) pertenece a una generación de jóvenes emprendedores que han decidido volver o quedarse en su pueblo para poder construir su futuro. En su recorrido empresarial como diseñadora gráfica en el medio rural, ha contribuido a crear la Asociación de Mujeres Emprendedoras Comarca de Molina-Alto Tajo (Asmec), formada por 21 empresarias de la zona

 

Nadie dijo que fuera fácil. Emprender un negocio en el medio rural, en pleno corazón de la despoblación, no es un camino de rosas y, menos ,cuando quieres seguir creciendo como profesional y tienes que convencer a la población local de que el diseño gráfico es importante, también para las empresas de los pueblos pequeños. Pero la sabiduría popular está llena de refranes y frases hechas que resuenan como un eco contante cuando llega ese preciso momento de tomar decisiones: “Quien no arriesga, no gana”, “el mundo es de los valientes”, “la oportunidad la pintan calva”; “si lo puedes soñar, lo puedes lograr"… Y al fin y al cabo, cuando decides volver a tu pueblo, parece que el camino se sembrara de baldosas amarillas y, entonces, se escucha otro mantra, que tal vez no sea un refrán, ni una frase hecha, pero se repite bastante entre las personas soñadoras, emprendedoras y valientes que quieren labrarse un futuro en el medio rural: “Yo me quiero quedar aquí”.

 

Para Andrea Madrid López (31 años) la pandemia del Covid-19 supuso un punto de inflexión en el que tuvo que replantearse toda su vida y decidió volver a su pueblo, Molina de Aragón, para crear su propio estudio de diseño, donde desarrollar proyectos de diseño & web, principalmente para autónomos y empresas, pero también para asociaciones, colectivos, etc.

 

En esta aventura profesional ha descubierto que la unión hace la fuerza y ha contribuido a fraguar un colectivo de 21 empresarias de la zona, que recientemente han configurado Asmec (Asociación de Mujeres Emprendedoras de la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo) de productos, artesanía y servicios, demostrando que, cada vez más, el futuro en el mundo rural tiene nombre de mujer.

 

Andrea Madrid estudió la carrera en Soria. Como muchos jóvenes de su generación se fue de Erasmus a Lisboa e hizo prácticas en Oporto y en Madrid

 

“Estaba trabajando en Madrid y tanteando algunas empresas cuando vino la pandemia. Entonces pensé: Se acaba el mundo ¿y ahora, qué hago? En ese momento decidí volver al pueblo con mi familia y ese mismo año me hice autónoma para poder trabajar de lo mío aquí. Molina me ha atrapado de nuevo, a pesar de que yo siempre me veía fuera, trabajando para otros en una agencia de publicidad o un estudio de diseño”, comenta a El Decano.

 

Desde su empresa en Molina de Aragón realiza páginas web, diseño digital, cartelería, folletos, identidades corporativas para empresas, “no sólo el logotipo, también la voz, es decir, cómo se expresa, la comunicación, el estilo de imágenes que usa cada marca, los productos, el diseño del producto, el packaging, etc.”

 

En este sentido, indica que dentro de su sector es muy importante hacer una labor de educación, para trasladar a las empresas y a los autónomos la importancia de un buen diseño y desarrollo web a la hora de incrementar las ventas y de venderse también fuera de sus fronteras, algo que quizá es menos evidente en el medio rural. Además, ha impartido clases en el espacio Anida para enseñar a las empresas a gestionar sus redes sociales.



Para Andrea es una gran satisfacción trabajar con clientes de la comarca de Molina, “porque estamos fomentando el valor que tenemos en esta zona. Aquí tenemos productos de una gran calidad y creo que se merecen un diseño más premium”, apunta.

 

Ser empresaria autónoma, afirma, es “como una montaña rusa”, pero a pesar de la inestabilidad económica de los comienzos, “el poder estar aquí, en mi casa, en mi pueblo, la tranquilidad y la satisfacción de ser mi propia jefa … Me está atrapando. Si tuviera que volver, no lo dudaría. Me iría a Madrid o donde hiciera falta, pero estoy viendo que me voy manteniendo y me va bien y yo me quiero quedar aquí”, afirma.

 

La vida, señala, camina más despacio en el medio rural, donde agradece poder cruzarse con sus vecinos cada día y poder pararse un instante a conversar. “Sólo eso, mentalmente, viene muy bien”.

 

 

También trabaja para empresas de fuera a través de convenios con agencias. “Siendo diseñadora gráfica puedo trabajar a distancia. He trabajado para gente de Barcelona o Valencia sin tener que desplazarme. Puedo hacer reuniones on line. En Molina funciona bien Internet y eso es un recurso importante que puedo aprovechar”.

 

La Asociación de Mujeres Emprendedoras Comarca Molina de Aragón-Alto Tajo y el espacio coworking Anida

Andrea Madrid es además la secretaria de Asmec, una asociación que crearon varias mujeres emprendedoras de la comarca hace apenas tres meses con el objetivo de organizarse, aunar fuerzas para acudir a administraciones o establecer sinergias con otras asociaciones y colectivos: “Hay mujeres artistas, artesanas, una nutricionista, una librera, una empresaria cervecera, una restauradora, productoras… Creo que las mujere del mundo rural tratan de desarrollarse en sus trabajos y cumplir sus sueños. Aquí no hay empresas que te contraten y si quieres dedicarte a lo tuyo tienes que emprender”.

 

La iniciativa, surgía de cuatro mujeres empresarias, Judith Iturbe, la presidenta de la asociación, que regenta en Milmarcos la cervecera artesana más pequeña de España; Marta Palacios, de Hinojosa, restauradora de muebles, que además realiza objetos y subenirs en madera e imparte clases de restauración de muebles; Merche Cejudo, de La Yunta, que trabaja en la residencia de mayores de El Pobo de Dueñas y confecciona productos con lana natural; y la propia Andrea Madrid.

 

“Cuando emprendes necesitas sentirte arropada y que te animen en esta nueva aventura para no sentirte sola en medio de la nada. Las conocí en un programa Artesa de la Fundación Cepaim para la mejora de la empleabilidad de las mujeres rurales y congeniamos enseguida. Nos ha costado dos años y medio crear la asociación, pero creemos que era algo muy necesario, aunque sólo sea para estar unidos y conocernos, que ya es muy importante en una comarca tan extensa y despoblada como la nuestra”.

 

También ha encontrado apoyo en los distintos recursos del espacio coworking Anida, que abría sus puertas en el mes de marzo, en Molina de Aragón, con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Una iniciativa que le ha permitido generar sinergias y encontrar un espacio de reunión, así como participar en iniciativas como el mercado mensual denominado “Qué bien sabe lo nuestro”, que se celebra el primer domingo de cada mes, donde los productores, artesanos y empresas de la comarca pueden dar a conocer sus productos y servicios.

 

La Asociación Asmec ha preparado un escrito y ha recogido firmas para que la Junta de Comunidades renueve su compromiso con Anida, de tal manera que se garantice su continuidad. “Para las personas emprendedoras de una comarca rural como la nuestra es muy importante contar con recursos como este. Personalmente, creo que podría irme a Madrid a buscar trabajo y estar allí, pero para poder quedarme aquí y que mi negocio funcione, cuantas más ayudas tenga, mejor, y este espacio, sin duda, ofrece facilidades para que la gente se quede”, concluye.

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