El Gran Orador

“Tenemos muchos secretos que esconder. Dentro del corazón de la tierra de Guadalajara lo que hemos hecho ha sido explosionar un volcán como si fuera la lava del diamante que hemos tenido escondida egoístamente para nosotros”. “Con una fuerza magnética hay que besar a Guadalajara como la Bella Durmiente que es y despertarla de un golpe”. ¿Perdón? ¿Algún traductor en la sala?

Estas son algunas de las palabras que utilizó el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Guadalajara, Víctor Morejón, de Vox, para ‘vender’ la ciudad en la Feria Internacional del Turismo y que han reproducido nuestros compañeros de Nueva Alcarria y la Cadena Ser. Unas declaraciones que han sido el hazmerreír en redes sociales y que han sonrojado a los grupos municipales de la oposición en el Consistorio capitalino. Y no sólo a ellos, nos imaginamos que algunos de sus compañeros de bancada del PP, sus socios de Gobierno, habrán buscado un rincón para esconderse ante la vergüenza ajena que les habrá despertado tamaña elocuencia.

En la rueda de prensa de presentación de la presencia de la capital en Fitur, ya apuntó maneras el señor concejal con un discurso en el que se vio a las claras el poco conocimiento que tiene de todo lo relacionado con el patrimonio, la historia, la cultura y la gastronomía que ofrece Guadalajara al visitante. Porque el responsable del área se limitó a soltar una perorata inconexa sobre piedras, muros y senderos, haciendo hincapié el edil en varias ocasiones a que los guadalajareños nos tenemos que quitar la vergüenza a la hora de promocionar nuestra ciudad ¿Y quién le ha dicho a este señor que los ciudadanos nos avergoncemos de la capital?

Lo cierto es que Víctor Morejón, médico y vecino de Torija, tiene vocación de Gran Orador, pero su escaso dominio del lenguaje y de habilidad comunicativa le dejan en evidencia en cada declaración pública. Sus intervenciones son pura verborrea retórica y dejan bien a las claras la falta de preparación y de conocimiento de un área que ya debería controlar tras casi siete meses ejerciendo como concejal y como portavoz de Vox en los plenos municipales. 

Y es precisamente en las sesiones plenarias donde se cubre de gloria. Sus turnos de palabra son para echarse a temblar y eso que suele llevar preparado un guión al que hace más bien poco caso, para desesperación de sus asesores. 

Entre algunas de las ‘perlas’ que hemos podido escuchar, la más grave y vergonzante fue aquella en la que hizo referencia a las mujeres asesinadas por violencia machista como “mujeres fallecidas”. No, señor Morejón, fallecidas no: asesinadas. O cuando afirmó sin ruborizarse que pensaba que iba a los plenos a “aburrirse”. Usted, señor Morejón, va a los plenos a trabajar por y para Guadalajara y por ello cobra, además, sus buenos miles de euros al año, por una liberación parcial. 

También fue llamativa su afirmación sobre que ofrecer a los ciudadanos aclaraciones económicas de los proyectos del Ayuntamiento es un invento de gobiernos progresistas "para mentir y difamar". Se merece usted otro tirón de orejas, señor Morejon. Debatir estos temas es dar cuenta a los vecinos de lo que se hace con su dinero, porque no se olvide que ustedes son los gestores de lo público, es decir, de lo de todos. 

La 'ocurrencia' más reciente fue en el Pleno del mes de enero. "Llevo 35 años de médico y no sé a qué nos vamos a adherir”. Palabras dichas en un punto del Orden del Día sobre  la adhesión de la ciudad a la estrategia de Promoción de la Salud y Prevención, en el Sistema Nacional de Salud que, entre otras cuestiones, abordaba la prevención de las drogodependencias y el alcoholismo entre los jóvenes y adolescentes. Si como médico no sabía de qué se estaba debatiendo, miedo nos da si un día nos toca acudir a su consulta.

Y así una tras otra. Les recomendamos que sigan las sesiones plenarias del Ayuntamiento de la capital los últimos viernes de cada mes. No sólo porque es este órgano donde se aprueban las cuestiones más importantes para los ciudadanos, sino para que comprueben de primera mano la capacidad de algunos de nuestros representantes políticos. 

Les podemos asegurar que en más de un momento sentirán vergüenza ajena ante tanto 'nivelazo'.