La falta de recursos y la ignorancia pueden ser una amenaza para la conservación del Patrimonio de la Guadalajara rural

Publicado por: Marta Perruca
25/02/2024 08:00 AM
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Foto: Anjélica Monge
Foto: Anjélica Monge

Los vecinos de Riofrío del Llano recaudaron dinero para arreglar la cubierta de su ermita de la Virgen de la Torre (siglos XVI-XVII) y, con toda su buena intención, contrataron a un albañil que ha utilizado materiales modernos de hormigón, que aportan más peso y pueden poner en riesgo la estructura de este templo barroco. Desde el Servicio de Cultura explican que todas las obras que se realicen sobre bienes de valor cultural tienen que estar previamente informadas por la administración compentente para que se hagan de acuerdo a unos criterios "que aseguren su correcta conservación y protección" 

 

El profesor José Luis García de Paz, gran defensor del patrimonio de la provincia de Guadalajara fallecido en 2013, afirmaba que el mayor enemigo del patrimonio no había sido la guerra, sino la ignorancia y que, de hecho, se había destruido más patrimonio en periodos de paz, que de contienda. La conservación del patrimonio no sólo se encuentra amenazada por el abandono o el expolio. En ocasiones, el desconocimiento o la falta de recursos y capacidad de gestión de los ayuntamientos más pequeños pueden convertir una actuación para reparar un bien, en un auténtico despropósito, que más que restaurar, termina poniendo en riesgo al monumento. Al menos, éste ha sido el caso de la ermita de Nuestra Señora de la Torre (siglo XVI-XVII) de Riofrío del Llano, donde se iniciaron obras en la cubierta utilizando materiales modernos que no sólo son poco respetuosos con la fábrica original de este templo barroco, sino que podrían deteriorar su estructura original, ya que aportan más peso a la cubierta.

 

Tal y como explica Angel Fernández Montes, delegado de Educación Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades, la Ley 4/2013 de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, "vela porque las obras que se realicen sobre bienes con valor cultural, lo hagan conforme a unos criterios que aseguren su correcta conservación y protección”. En concreto, el artículo 27 en su apartado primero, dice que cualquier intervención que se proyecte realizar en un inmueble del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha requerirá autorización previa de la Consejería competente en materia de Patrimonio Cultural, que contendrá las condiciones y plazos de ejecución de dicha intervención.

 


Teresa Sagardoy, jefa de Servicio de Cultura de esta Delegación relata que los vecinos del pueblo, “con muy buena intención”, recaudaron dinero y contrataron a unos albañiles para reparar la cubierta, sin tener en cuenta “los pasos técnicos y administrativos necesarios” para actuar en este tipo de bienes protegidos. Sagardoy insiste en que las actuaciones que se realizan sobre el patrimonio requieren que se presente previamente el proyecto en la administración, “donde existen técnicos especialistas en rehabilitación arquitectónica, arqueología y restauración, que velan porque los criterios de actuación sean los adecuados para rehabilitar ese bien, por ejemplo que la intervención sea la mínima indispensable, que se utilicen materiales tradicionales o que se respeten sus distintas fases históricas".

 


Los ayuntamientos también pueden acudir al Servicio de Cultura para recibir asesoría de manera previa a abordar cualquier actuación sobre el patrimonio: “Hacemos numerosas asesorías y muchos ayuntamientos nos llaman para consultarnos cómo abordar obras en el castillo, la ermita o el lavadero de su localidad. Desde el servicio les informamos sobre qué actuaciones están permitidas o convendría hacer, si algo de lo que plantean puede dañarlo, etc. Precisamente, la semana pasada estuvimos en Tendilla con el alcalde y un concejal para valorar varias obras que quieren hacer sobre bienes protegidos y esta semana hemos estado en Majaelrayo y Pastrana. Ese es el día a día de nuestro trabajo. Nos llaman los ayuntamientos o los particulares; nos acercamos a ver los bienes sobre los que se quiere intervenir; nos reunimos con los arquitectos que van a redactar el proyecto que nos tienen que remitir y luego se emite la autorización sobre el mismo, estableciendo a veces condicionantes para que las obras se hagan conforme a los criterios de rehabilitación establecidos en la Ley y en los numerosos documentos internacionales sobre intervención y rehabilitación del patrimonio”.

Detalle del nuevo tejado de hormigón.
Detalle del tejado de hormigón que se ha instalado en la ermita de Riofrío. Foto: Anjélica Monge




Nada de esto ha ocurrido en Riofrío del Llano a la hora de afrontar el arreglo de su ermita por lo que algunos vecinos de la localidad alertaban al Servicio de Cultura, que ha tomado cartas en el asunto: “Se ha realizado una visita de inspección y estamos a la espera de que nos manden la documentación sobre las actuaciones que se habían iniciado para resolver sobre ellas y reconducir la situación”. Tras un análisis preliminar, los técnicos han comprobado que se estaba utilizado una teja moderna de hormigón “que podría añadir un peso excesivo a la cubierta por lo que, queriéndola reparar, se puede estar causando un mayor daño a la ermita”, comenta. En este sentido, Sagardoy indica que se deberían utilizar los mismos materiales tradicionales con los que está construida, “que son los que el edificio puede soportar y son los adecuados para su conservación”.


La responsable de Cultura relata que, aunque no son muy frecuentes, este tipo de actuaciones lesivas se siguen produciendo. “Los problemas son siempre los mismos. Normalmente, por desconocimiento, no se envía el proyecto a Cultura y a veces se aplican soluciones actuales a edificios que tienen varios siglos de antigüedad. Muchas de estas soluciones, por ejemplo el uso de estructuras metálicas, pueden rigidizar un inmueble histórico construido con materiales tradicionales, que son más flexibles y absorben los pequeños movimientos que se producen en él. Si rigidizas su estructura se terminan produciendo grietas y otras patologías que a la larga deterioran más el monumento".

 

El caso de Riofrío es el ejemplo clásico de este tipo de intervenciones que, según estima Sagardoy, ocurren varias veces al año. Otro de los ejemplos habituales tiene que ver con el uso del cemento para reparar grietas o enfoscar paños en edificaciones antiguas: “Por querer conservar su patrimonio, un vecino o un albañil del pueblo repara unas grietas o una mancha de humedad que ha salido en la iglesia y utiliza cemento, que es un material que no deja transpirar al muro. Las construcciones tradicionales están realizadas con mortero de cal, que es un material transpirable. Cuando se usa cemento, lo que se está haciendo es impedir que el muro respire y entonces se producen humedades dentro, que comienzan a deteriorar ese muro y acaba generándose un problema mayor”.

 

Detalle de arreglo con demento en la portada. Foto: Anjélica Monge
Detalle de arreglo con cemento en la portada. Foto: Anjélica Monge


 

Es cierto que este tipo de parches con los que los vecinos o los ayuntamientos pretenden, en ocasiones, salvar una situación de deterioro del patrimonio es más económico para el bolsillo pero tal y como afirma la responsable de Cultura, a largo plazo pueden salir muy caros: “Una obra de rehabilitación bien hecha que respeta las características constructivas del inmueble dura muchos años, pero un arreglo mal hecho en este tipo de edificaciones no sólo no dura en el tiempo sino que, a menudo, estás originando patologías mayores que vas a tener que resolver en un futuro y que van a ser mucho más caras que si se hubieran arreglado bien desde el principio. Aunque a veces los materiales tradicionales como la madera, la teja cerámica o los morteros de cal son más caros, su uso siempre compensa, tanto por respeto a las características históricas y arquitectónicas del inmueble, como por su conservación material".

 

Ejemplo de chozón sabinero.Ejemplo de chozón sabinero. Imagen: JCCM Guadalajara 

 

La Inventarios del Patrimonio Cultural, una herramienta muy necesaria

La Ley de Patrimonio Cultural contempla que cada ayuntamiento tenga un inventario de todos los bienes del municipio con interés cultural. Estos inventarios, que realizan profesionales especializados, recogen los bienes muebles, inmuebles y manifestaciones inmateriales con valor histórico, artístico, arqueológico, paleontológico, etnográfico, industrial, científico, técnico, documental o bibliográfico de interés para Castilla-La Mancha. "Elementos tan dispares como unas huellas de dinosaurio, un yacimiento romano, una iglesia, un chozo de pastor, un lavadero, unas pinturas rupestres, una fábrica de harina, un escudo, una picota, unas trincheras de la Guerra Civil, una botarga o un manuscrito antiguo, pueden formar parte de este inventario".

 

Se trata de una herramienta fundamental para que los municipios velen por la protección de su patrimonio. De esta manera, “cada vez que se solicita una licencia urbanística, el ayuntamiento consulta el inventario para saber si esa casa del pueblo tiene interés histórico o esa parcela contiene un yacimiento arqueológico y, antes de conceder la licencia, envía el proyecto al Servicio de Patrimonio Cultural para que supervisemos que esas obras van a ser adecuadas para proteger los valores de ese bien”.

 

En este sentido, afirma que la mayoría de los municipios de la provincia tienen claro cómo tienen que actuar, pero alrededor del 25% aún no cuentan con este inventario y a veces ocurre que “los que la tienen, la hicieron hace 20 años y cuando cambia la Corporación Municipal o el secretario, ese documento que todavía está en papel puede quedar olvidado en una estantería". Por eso, desde Cultura, periódicamente se realizan labores de información y difusión:“Nos ponemos en contacto con los ayuntamientos para recordarles que disponen de esta herramienta y cómo utilizarla y si es necesario, se la volvemos a enviar. También aprovechamos para informarles de la tramitación y solucionar dudas sobre los bienes que tienen protegidos”.

 

En todo caso, recuerda la jefa del Servicio, ante la duda de si un bien está protegido o no, siempre es mejor consultar al servicio de cultura en el correo patrimonioculturagu@jccm.es para evitar males mayores.

Arquitectura tradicional en los pueblos negros, en la Sierra Norte de Guadalajara.
Arquitectura tradicional en los pueblos negros, en la Sierra Norte de Guadalajara.



La despoblación, una amenaza y una oportunidad

La despoblación que afecta a la mayor parte de la provincia de Guadalajara también es un factor de riesgo para su patrimonio: “Son muchos municipios, muy pequeños que, por lo general, no tienen capacidad económica para hacer estos inventarios, aunque hay subvenciones para hacerlos, por ejemplo, a través de los grupos de acción local de las distintas comarcas. Además, no cuentan con secretario, ni personal técnico que esté al tanto de todos los trámites que se tienen que hacer, por lo que a veces ocurren estas cosas”. No obstante, Sagardoy valora que en el caso de Riofrío “han sido los propios vecinos los que han dado aviso a Patrimonio y se ha encauzado la situación” y añade que se trata de una provincia muy extensa, con muchísimo patrimonio “que, no lo olvidemos, es de toda la ciudadanía, por lo que es fundamental la colaboración de nuestros vecinos y vecinas para su protección”.

 

El profesor García de Paz también decía que “quien tuvo, retuvo” y la provincia de Guadalajara atesora una enorme cantidad de patrimonio. Precisamente, esa despoblación, que en ocasiones puede llegar a ser un enemigo para la conservación de este patrimonio, en otras, según la jefa de Servicio, es un aliado: “Tenemos mucho patrimonio intacto, la ventaja de que no haya habido fenómenos de desarrollo industrial o urbanístico en muchas zonas de la provincia ha hecho que, por ejemplo, no se haya afectado a muchos yacimientos arqueológicos que han llegado intactos hasta nosotros o que muchos recintos amurallados de nuestros pueblos se conserven, cuando en otras zonas han desaparecido”.

 

Fernández-Montes hace hincapié en que "estamos a tiempo de rehabilitar y poner en valor mucha arquitectura tradicional que en otras zonas ya ha desaparecido y en nuestra Guadalajara rural se conserva, formando parte, junto con el patrimonio natural, de uno de los principales activos culturales y turísticos de la provincia".

 

Si bien es cierto que son los ayuntamientos del medio rural los que encuentran mayores dificultades a la hora de destinar fondos para la rehabilitación y conservación del patrimonio, Sagardoy explica que existen diferentes líneas de ayudas, tanto de la Junta de Comunidades, como de la Diputación Provincial, a través del 2% Cultural del Ministerio o de las convocatorias de los grupos de acción local de cada comarca.

 

Panorámica de Molina de Aragón desde el castillo alcázar.
Panorámica de Molina de Aragón desde el castillo alcázar.

Sobre Patrimonio Cultural

Tal y como explica el delegado provincial del ramo, según la legislación vigente, son las comunidades autónomas las que tienen la mayor parte de las competencias en materia de Patrimonio Cultural, con la colaboración del resto de administraciones en la protección y conservación de los bienes del territorio.

 

En este sentido, la función de la Delegación y su Servicio de Cultura en materia de Patrimonio es “la protección y conservación de todos los bienes que figuran en los inventarios además de los siete Conjuntos Históricos declarados Bien de Interés Cultural (Sigüenza, Palazuelos, Molina de Aragón, Pastrana, Hita, Brihuega y Atienza) o las manifestaciones de la Arquitectura Negra.”

 

En esta línea, el Servicio supervisa al año más de 800 proyectos y actuaciones. Una de las más destacadas es la labor preventiva que se realiza al informar todas las actividades que están sometidas a evaluación de impacto ambiental, “es decir, cualquier proyecto para realizar una planta fotovoltaica, línea eléctrica, carretera, explotación minera, concentración parcelaria, etc., es informado previamente por si pudiera afectar a un yacimiento arqueológico o cualquier otro bien, estableciéndose las medidas de protección oportunas. En los conjuntos históricos o en municipios con restos arqueológicos en el subsuelo, como la propia ciudad de Guadalajara, se supervisan también proyectos de renovación de redes o adecuación urbana que pueden dañar esos restos. Por ejemplo, ahora se está llevando a cabo el seguimiento de varias zonas con restos arqueológicos de la ciudad como un edificio de la calle Mayor, donde han aparecido restos de la muralla andalusí que se han conservado y se podrán visitar, las plazas de San Esteban y General Prim, donde han aparecido también restos medievales, o las obras de la Universidad en el antiguo colegio de Las Cristinas, donde se ha localizado una necrópolis mudéjar del siglo XIV."

Muralla Andalusí integrada en un edificio de la Calle Mayor. Imagen: JCCM Guadalajara
Muralla Andalusí integrada en un edificio de la Calle Mayor. Imagen: JCCM Guadalajara



También se colabora estrechamente con el equipo Seprona de la Guardia Civil, vigilando la actividad de expolio y comercio ilícito de bienes de nuestro patrimonio, principalmente la búsqueda de restos arqueológicos con detector de metales sin autorización o en zonas protegidas, cuestión que nuestra Ley no permite.

 

Como afirma Fernandez-Montes, "la protección y el cuidado de nuestro patrimonio no es sólo cosa de una administración, sin la colaboración de otras administraciones, en especial de los ayuntamientos, y de la ciudadanía, esta sería una labor imposible. Todos somos responsables de velar por él y enriquecerlo para transmitirlo a las generaciones futuras”, concluye el titular de la Delegación de Educación, Cultura y Deportes.

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