La ansiedad económica afecta a la salud y complica el bienestar de los españoles

Publicado por: Julio Muñoz
25/02/2024 08:00 AM
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Imagen: Pexels Cottonbro Studio.
Imagen: Pexels Cottonbro Studio.

Casi la mitad de los españoles califica como mala o muy mala su situación financiera, lo que sitúa a España con un pobre nivel de bienestar financiero. Un grave problema que se podría acotar con una mayor educación a la hora de gestionar el dinero 

 

Dicen los sabios que el dinero es una fuente inagotable de problemas, pero la ausencia de él es aún peor. Queramos o no, los recursos económicos se han convertido en una pieza clave de nuestra vida diaria y de nuestro bienestar. Dedicamos gran parte del tiempo a trabajar para alcanzar un nivel de vida los suficientemente confortable y garantizarnos cierta tranquilidad vital. Pero esta no parece llegar nunca del todo. Es como el burro que persigue la zanahoria. Siempre existe la preocupación o el agobio de que suceda algo que interrumpa nuestros planes de futuro. La posibilidad de una enfermedad, un despido o una estafa siempre penden sobre nuestras cabezas como una espada de Damocles. 
 

Es lo que los expertos definen como ansiedad económica, también conocida como estrés financiero. Un mal cada vez más común que tiene un serio impacto en la salud emocional y económica.  
 

En España, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cerca del 40% de la población califica como mala o muy mala su situación financiera. Asimismo, un nuevo estudio de Cigna 360-Vitality, nuestro país obtiene una puntuación de 24 sobre 100 con respecto al bienestar financiero, muy por debajo de los niveles óptimos. Cifras que ponen en evidencia la gravedad del problema. 
 

Causas y síntomas de la ansiedad económica 
 

Este último estudio muestra que la principal causa de la ansiedad económica sigue siendo el coste de vida (47%), seguido por la incertidumbre sobre el futuro (38%) y las finanzas personales (38%).  Las deudas y tensiones económicas pueden generar un impacto significativo en las personas afectando negativamente, no solo a la conciliación entre la vida profesional y personal, sino también a la salud. 
  

De hecho, el 67% de la población mundial afirma que el coste de vida y la inflación están encareciendo demasiado la capacidad para mantenerse saludable. Más concretamente, la generación Z (70%) y los millennials (72%) son las generaciones que muestran una mayor predisposición a experimentar este estrés financiero. 
  

El síndrome de ansiedad financiera puede tener un impacto significativo en la salud física y emocional, manifestándose a través de una serie de síntomas que afectan el bienestar general. Desde alteraciones del sueño, preocupación constante, cambios de humor, aislamiento social y dificultad para concentrarse, así como algunos síntomas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular o problemas gastrointestinales, son las consecuencias más habituales del estrés financiero. 
 

Poner en orden las finanzas personales
 

Para evitar o, al menos reducir el riesgo de sufrir este síndrome, los expertos aconsejan tener en orden las finanzas. Si tenemos conciencia de cómo empleamos el dinero resultará más fácil detectar aquellos gastos de los que se puede prescindir y así dedicarlo a cosas realmente necesarias o al ahorro y la inversión para disponer de mayores recursos en un futuro. Un primer paso hacia la libertad financiera que no tiene por qué depender exclusivamente de la cantidad de ingresos.  
 

En este sentido, conviene seguir unos consejos básicos, empezando por reorganizar la contabilidad doméstica, con un balance exhaustivo de los gastos. Eso permitirá conocer cuáles son imprescindibles y cuáles podrías eliminar sin ningún problema. 
 

Una vez que se conocen las necesidades presupuestarias imprescindibles se podrá alcanzar el principal objetivo en busca del bienestar económico que es gastar menos de lo que se gana. Si los gastos superan los ingresos, está claro que nunca se conseguirá la tranquilidad económica.  
 

Por eso, el nivel de endeudamiento debe mantenerse siempre dentro de un límite asumible que no genere agobios. Como dice el refrán más vale acostarse sin cenar, que levantarse con deudas. 
 

Pero eso no es suficiente. Hay que dar un paso más allá para convertirse en inversor y hacer productivos nuestros esfuerzos de ahorro. Para ello, los expertos aconsejan dividir en dos partes el excedente generado. Un ahorro líquido que permita afrontar situaciones imprevistas, cuya cantidad podría estar entorno a las seis veces los gastos mensuales, y otro ahorro dedicado a la inversión para generar recursos adicionales con vistas al futuro o a posibles proyectos vitales. Un factor fundamental para eliminar el síndrome del estrés financiero y mejorar la calidad de vida. 

 

Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación. 

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