EDITORIAL: Censura sin complejos

Publicado por: El Decano
01/03/2024 08:00 AM
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El concejal, en las presentaciones de los festivales afectados por el 'tijeretazo cultural'.
El concejal, en las presentaciones de los festivales afectados por el 'tijeretazo cultural'.

Al concejal de Cultura, Javier Toquero, de Vox, y al Partido Popular del Ayuntamiento de Guadalajara no les gusta el cine. El comprometido, el solidario, el valiente. Tampoco les gusta la música. La alternativa, claro, que donde estén una buena dulzaina y una buena zambomba -con todos nuestros respetos- que se quiten los músicos desaliñados y perroflautas.


Por ello, han decidido aplicar un 'tijeretazo cultural' en toda regla en los presupuestos municipales para 2024, que se aprueban hoy en Pleno, dejando ‘a cero’ las subvenciones que recibían las asociaciones que promueven y organizan -no sin poco esfuerzo- el Fescigu, el Festival de Cine Lento, el Festival Panorámico Musical, el Festival Ke Kaña y la programación del Cine Club Alcarreño. Unas ayudas nominativas que en la anterior legislatura vieron doblado su montante económico. 


El Decano de Guadalajara ha hablado esta semana con todas las asociaciones afectadas y la sensación es la misma: indignación y un gran malestar. 


No piensen los lectores que estas asociaciones ‘viven’ de la ayuda pública. Han recibido el apoyo de gobiernos municipales de todos los colores. Algunas de ellas, como Cinefilia, organizadora del Fescigu, acumula una historia de dos décadas trayendo a Guadalajara un festival de cortos que se ha convertido en referencia nacional e internacional. Incluso es festival colaborador en la selección de cortometrajes de los Premios Goya del cine español. Lo mismo ocurre, en menor formato, con el Festival de Cine Lento, con 13 años de andadura. Dos eventos que ponen el nombre de nuestra ciudad en lo más alto del panorama cultural del país y, dada su envergadura, no se podrían organizar sin el apoyo de las instituciones. Cuentan, además, con el total favor del público y se han convertido en citas imprescindibles en el calendario cultural de Guadalajara.


Hablando con algunos de sus representantes sobre cuáles han podido ser los motivos de este feroz recorte que pone en peligro su celebración, las respuestas evidencian, tristemente, que la decisión ha sido pura y duramente ideológica. 


En el caso del Festival de Cine Lento, el concejal de Cultura les avisó, desde el minuto cero, que les retiraba el apoyo de forma unilateral por una decisión personal. Sin más explicaciones. En el caso del Fescigu alegó motivos presupuestarios. Una explicación pueril, que debería producirle sonrojo, ya que las cuentas municipales para 2024 se han incrementado casi un 6% y, además, se mantienen las subvenciones a otras asociaciones que, desde su punto de vista, deben de merecerlas más porque su programación es 'como Dios manda'.


"Acabaremos con toda injerencia ideológica en la cultura y apoyaremos a las asociaciones y entidades que promuevan, cuiden y fomenten la cultura". Así reza el punto número 2 del capítulo de Cultura del pacto de Gobierno que suscribieron hace ya ocho meses la derecha y la ultraderecha de esta ciudad. ¿Acaso cualquiera de las asociaciones a las que han retirado las ayudas no promueve, ni cuida, ni fomenta la cultura? ¿O es que ustedes identifican la libertad, la diversidad y el pluralismo como ‘injerencias’ en la cultura? 


PP y Vox han cometido un verdadero disparate que deberán explicar a los guadalajareños. Han abierto un capítulo de censura cultural en toda regla que augura un futuro muy negro para la ciudad. Se cargan de un plumazo eventos consolidados que, no sólo enriquecen el panorama cultural, sino que ponen a la capital en el escenario nacional y ademas generan recursos económicos en la hostelería y la restauración, sectores que no están precisamente para tirar cohetes.

 

Llama la atención tirar de hemeroteca y ver, escuchar y leer las declaraciones de Javier Toquero en las presentaciones de las ediciones de 2023 del Fescigu, el Festival de Cine Lento, el  Ke Kaña o el Panorámico Musical, todas ellas heredadas y subvencionadas por el anterior equipo de Gobierno. Se deshacía en elogios con estos eventos: "Un festival muy asentado en la agenda cultural de la ciudad", decía del Cine Lento;  "El espíritu de este festival es brindar oportunidades a artistas, muchos de ellos locales", respecto al Ke Kaña; "Este gran evento cultural de la ciudad", sobre el Panorámico, o "Son muchos los escolares que van a disfrutar del cine, así como muchos vecinos. Es un evento que acerca el séptimo arte a todos los vecinos de Guadalajara", en cuanto al Fescigu. Y allá que se ponía en la foto, cartel en mano, con la mejor de sus sonrisas.


Resulta inaudito que, apenas unos meses después, el concejal les pegue una puñalada trapera en una maquiavélica pirueta de censura sin complejos. Y todo ello, ante la mirada cómplice de sus socios del Partido Popular, que seguro que se querrán guardar algunos eurillos que deberían haber ido a estas asociaciones para patrocinar la vuelta del Festival Gigante. Otro muy ‘hippie’ y poco del gusto de la derechona de esta ciudad, pero que, sin embargo, es el único tanto que se puede apuntar Guarinos como golpe de efecto a nivel cultural en lo que va de legislatura, aunque le haya llegado ‘de rebote’.


Durante las elecciones municipales y autonómicas, el jefe de Vox  -y de Toquero-, Santiago Abascal, emprendió una particular batalla contra el mundo de la cultura y contra los que él denomina “profesionales de la subvención”. Una vez cerrados los gobiernos locales y regionales, la extrema derecha comenzó una serie de cancelaciones de eventos culturales. Y el Partido Popular se sumó al carro sin sonrojo. En Guadalajara, también.

 

Esta actitud censora, más propia de la Inquisición que del siglo XXI, levantó las iras del sector y de numerosos profesionales y amantes de la cultura, quienes crearon la Organización por la Libertad Artística, un movimiento que surgió de forma espontánea en grupos de whatsapp y redes sociales y que se ha convertido en una plataforma estable y en una herramienta de protección de una cultura plural. Su objetivo: denunciar los "vetos, censuras y cancelaciones producidos en los ayuntamientos donde Vox y el PP gobiernan". Su lucha: la defensa de la cultura libre. 


Su Manifiesto fundacional reza: "Dicen que las Artes no pueden cambiar el mundo, pero es la mentira más grande jamás contada. La realidad es que sí que pueden. De hecho, no existe una herramienta de cambio más poderosa que la Cultura. Por eso, cuando el fascismo entra por la puerta, lo primero que sale por la ventana es la libertad de expresión, y con la libertad de expresión, la capacidad crítica".   


No podemos estar más de acuerdo. 

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