EDITORIAL. Nuevos aires para la Patrona

La Virgen de la Antigua saldrá mañana de su Santuario portada a hombros en un acto organizado por la renovada junta directiva de la Real Cofradía que lleva su nombre. Será un momento especial para los devotos de la Patrona de la capital que, hasta ahora, tenían que conformarse con ver su imagen procesionando tan sólo en las fiestas patronales de septiembre. 

Sin embargo, los nuevos aires que está imprimiendo la Cofradía van a suponer un antes y un después en lo que se refiere a su presencia en las calles de la ciudad, de la que también es Alcaldesa Perpetua. 

El Decano de Guadalajara ya les avanzaba el pasado mes de abril que en Ferias saldrá, por primera vez en su historia a hombros de cargadores en un paso construido específicamente para ella. También se prevén cambios en otros actos como la Ofrenda Floral, hasta ahora restringida a los políticos y representantes de colectivos y asociaciones, en un acto que se había vuelto demasiado elitista, reservado para unos pocos en la iglesia de San Francisco. 

La Cofradía ha decidido que la Virgen debe acercarse a su pueblo y viceversa. Por ello, también planea cambios en esta actividad, que se abrirá a todos los ciudadanos en una fiesta que pretende emular a la de la ofrenda de la Virgen del Pilar de Zaragoza. 

Todas estas iniciativas son de alabar. La Antigua es la patrona de todos los guadalajareños sean o no creyentes. De hecho, la Semana Grande de las Ferias y Fiestas se celebra en su honor, algo que parece que se les ha olvidado a muchos, que sólo ven en estos días festivos jarana, música y alcohol.  

Poner en valor la figura de la Patrona es un acto de justicia. Mientras que a nivel turístico y cultural se da mayor importancia a otros ciclos festivos, la Antigua languidece en un templo que, además, está afectado por un importante problema de humedades desde hace demasiados años al que, por fin, parece que se le va a dar una solución. 

De no ser por el empeño del rector del Santuario de la Virgen y párroco de Santiago y por el esfuerzo de los hermanos y hermanas de la cofradía y de los fieles de la parroquia, ni la Virgen saldría de su Camarín más que una vez al año, ni la iglesia se hubiese podido mantener en condiciones medianamente dignas. 

Este templo, ubicado en pleno corazón de la ciudad, es un edificio histórico de primer nivel y custodia no pocas obras de arte únicas y de gran valor. Es una joya arquitectónica que ha sido testigo de la evolución de la ciudad. Desde su construcción en el siglo XIII como la iglesia de Santo Tomé hasta las reformas que le han dado su aspecto actual. 

Sin embargo, en el exterior y en el interior del templo las humedades hacen estragos. Aunque no afectan a la estructura ni a las obras de arte porque de momento apenas superan el metro de altura, los muros están bastante afectados en algunas zonas, así como la pintura. Por ello, próximamente se ejecutarán en el interior los trabajos de subsanación de estas humedades y se renovará la pintura de sus muros centenarios. El coste: 150.000 euros. Una cantidad que, ni de lejos, pueden sufragar la parroquia, los fieles o la Cofradía. 

El Ayuntamiento de Guadalajara, en la anterior legislatura, costeó unos trabajos de subsanación de las humedades que no acabaron con el problema. El actual equipo de Gobierno también se ha implicado y ha presupuestado 100.000 euros para este fin. 

Sin embargo, el templo de la Virgen de la Antigua necesita de más reparaciones para lucir dignamente: limpieza y restauración de pinturas, construcción de una rampa de acceso, mayores medidas de seguridad y una serie de reformas que darían esplendor a este vetusto edificio.

No estaría de más que otras instituciones y empresas implantadas en la capital se implicaran en colaborar con la puesta en valor del edificio que, totalmente restaurado, podría convertirse en un recurso turístico de primer orden. Y en un elemento más para la dinamización del casco histórico. 

Guadalajara no es sólo Palacio del Infantado, Concatedral y Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo. Atesora un buen número de pequeños pero espectaculares inmuebles religiosos que forman parte de la historia de la ciudad y que podrían contarnos mucho de lo que fuimos. 

Y el más simbólico por aquello del patronazgo es la 'casa' de la Virgen de la Antigua, que necesita un buen lavado de cara. Instituciones, empresas y vecinos: honrar a la patrona no sólo consiste en santiguarse, disfrutar de sus fiestas a tope o salir en procesión con mantilla, peineta y traje de domingo. 

Se trata también de ponerse manos a la obra y colaborar, de un modo u otro, en la dignificación de su templo y de su imagen.   

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