Se suma al medio centenar que sobreviven en Albacete y Cuenca, según se refleja en la recién editada ‘Guía de Peces y Cangrejos de Castilla-La Mancha’
El director general de Medio Natural y Biodiversidad, Félix Romero, presentó el lunes la ‘Guía de peces y cangrejos de Castilla-La Mancha’ actualizada y editada en este año 2022. Se trata de un documento que recoge mediante textos, fichas, fotografías e infografías la información general y sintética sobre la morfología, reproducción, alimentación, hábitat y distribución de todas las especies de peces y cangrejos presentes en las cuencas hidrográficas y sus distintos hábitats: “Nuestras aguas permiten la presencia de una fauna acuática autóctona peculiar, de las que la mayor parte de sus especies piscícolas son endemismos. Unas especies con gran valor científico y con distintos grados de amenaza y otras con un elevado interés para la pesca deportiva. Todas ellas con una indudable importancia ecológica que pueden indicar, por su mera presencia, el buen estado de las masas de agua”, ha incidido el director general de Medio Natural y Biodiversidad.
En dicha guía se pone de manifiesto un dato importante. Y es que Castilla-La Mancha conserva en torno a 80 poblaciones de cangrejo de río autóctono repartidas entre Albacete, Cuenca y Guadalajara, provincia en las que se encuentran alrededor de 30 poblaciones en libertad, distribuidas en arroyos o balsas aisladas de la red fluvial principal, especialmente en zonas de aguas calizas, ya que necesitan calcio para su muda. Cabe destacar que se trata de una especie autóctona, catalogada como vulnerable en la región, incluida como tal en la Directiva de Hábitats, en el Convenio de Berna y en la Lista Roja de la UICN para España, más conocido como el Libro Rojo, el inventario más completo del estado de conservación de especies de animales y plantas a nivel mundial y elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la principal autoridad mundial en la materia.
Su pesca no está permitida en la región y está muy amenazada por la enfermedad denominada afanomicosis -hongo transmitido por las especies invasoras del cangrejo rojo y el cangrejo señal- y también por la destrucción de su habitat, tanto por la modificación de los cauces como por la extracción de agua de los ríos. Según se pone de manifiesto en la Guía, es necesario un mayor esfuerzo por revertir o corregir esta situación, ya que las alteraciones de estos cursos de agua por diferentes motivos como la construcción de presas, la extracción de sus aguas para la agricultura, los trasvases o la contaminación afecta no sólo al cangrejo autóctono sino a otras especies de peces, muchas de ellas endémicas, y algunas exclusivamente castellano-manchegas: “En definitiva, una explotación de los recursos que no permite el mantenimiento de unas condiciones aceptables para la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos”. Se añade además, que las condiciones actuales de gran parte de nuestro medio acuático han favorecido la aparición especies exóticas, introducidas de manera planificada o espontánea, que “lejos de enriquecer la biodiversidad castellano-manchega, produce el empobrecimiento de los ecosistemas acuáticos por la desaparición de las especies autóctonas y la consecuente pérdida de calidad de los hábitats”.
Según se refleja desde Redforesta (Red Social de los Profesionales del Medio Natural), el cangrejo ibérico ha sido históricamente una especie muy codiciada desde el punto de vista gastronómico. Era objeto de aprovechamiento pesquero y tenía un periodo hábil de pesca aproximado de tres meses, de junio a septiembre y estaban permitidos su consumo y su venta. La captura se realizaba mediante trampas y debía estar autorizada por una licencia. Era una especie muy apreciada y muy abundante en los ríos españoles, especialmente en las dos castillas y en Extremadura. Muy usado en gastronomía, se pagaban precios muy elevados por estos crustáceos y muchas personas se dedicaron a su pesca de manera profesional y ello les reportaba importantes beneficios económicos, llegando a crearse centros de recepción de cangrejos donde se almacenaban y mantenían en vivo hasta su venta en distintos mercados . En la provincia de Guadalajara, estos centros de recepción se situaban en localidades de tradición cangrejera, como Molina de Aragón y Cifuentes.
Ilustración: Juan Varela Simó. 'Guía de peces y cangrejos de Castilla-La Mancha'.
Sin embargo, a principios de los años 70 del siglo XX se introdujeron en la península Ibérica dos especies de cangrejos procedentes del continente americano: el cangrejo rojo o de las marismas y el cangrejo señal. Estas especies, introducidas principalmente por pescadores, fueron ocupando nuevos ríos y ampliando su presencia en la red fluvial debido a su facilidad de transporte en vivo y a su alta capacidad colonizadora. Sin embargo, estos cangrejos, portadores y transmisores del hongo Aphanomices astaci, causante de la enfermedad afanomicosis, conocida popularmente como ‘Peste del Cangrejo’, ocasionó una mortalidad masiva en las poblaciones del cangrejo autóctono lo que, unido al furtivismo, llevó a la práctica desaparición de la especie.
El cangrejo señal, originario de norteamérica, se introdujo en el España en 1974 y llegó a Guadalajara en 1975, procedente de Suecia. En la región existen colonias bastante numerosas, especialmente en nuestra provincia y en la de Cuenca.Catalogada como especie invasora a nivel nacional, el Castilla la.-Mancha no está permitida su pesca para evitar acelerar su dispersión a zonas en las que todavía no está presente o lo está de forma muy local. Sin embargo, actualmente y a pesar de ser transmisor de la afanomicosis, se sigue dispersando ilegalmente de forma muy activa y su impacto no sólo se limita a las poblaciones de otros cangrejos sino que alcanza a toda la cadena trófica fluvial (peces, plantas y microorganismos) . Según se afirma en la ‘Guia de peces y cangrejos’, “su empleo como supuesta barrera ecológica frente al cangrejo rojo ha servido en realidad para dispersalo en las cabeceras a las que ésta especie nunca hubiera llegado”.
Ilustración: Juan Varela Simó. 'Guía de peces y cangrejos de Castilla-La Mancha'.
Otro de los peligros para el cangrejo ibérico es el cangrejo rojo.Originario del sureste de Estados Unidos y del norte de Méjico, comenzó a introducirse por todo el mundo a mediados del siglo XX. Su primera introducción en España fue ilegal y se produjo en 1973 en Badajoz. En 1978 apareció en Castilla-La Mancha, donde tuvo una fuerte expansión desde 1980 hasta el año 2000. Hoy ocupa grandes zonas en Guadalajara, Cuenca y Albacete y la mayoría de las masas de agua de Ciudad Real y Toledo. Catalogado de carácter invasor a nivel nacional, su pesca con reteles está permitida como método de control a través de vedas anuales. Al ser portador de la afanomicosis, su transporte una vez pescado solo se permite muerto.
Ilustración: Juan Varela Simó. 'Guía de peces y cangrejos de Castilla-La Mancha'.
Según se informa desde el gobierno regional, en Castilla-La Mancha existe un programa de reintroducción y reforzamiento del cangrejo autóctono, pionero dentro de en Europa, que lleva más de 30 años en funcionamiento. Está basado en el empleo de ejemplares procedentes de centros de cría para restaurar las poblaciones devastadas por la afanomicosis. Para ello la Junta de Comunidades dispone de dos centros: el Centro de Astacicultura de Rillo de Gallo, situado en las inmediaciones de Molina de Aragón (Guadalajara) y el de “El Chaparrillo”, en Ciudad Real. Este último sufrió durante 1995 una serie de mortandades masivas, por lo que el grueso del programa de recuperación se ha llevado a cabo en los últimos años desde el centro de Rillo de Gallo, un referente para investigadores del medio acuático.
Comenzó a funcionar en 1982, creado por el antiguo Icona a principios de la década de los 80, con la intención de garantizar la conservación de la especie y posibilitar el estudio de la misma. Desde el traspaso de las competencias en la materia a la Comunidad Autónoma está gestionado por el Servicio Provincial de Medio Ambiente Natural de Guadalajara, dependiente de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha.
Estas instalaciones, que cuentan con 350 metros cuadrados de estanques y de ellas salen cada año 40.000 unidades de cangrejos, no solo para repoblar arroyos y ríos de la provincia, sino también para otros centros de investigación de la región, como el existente en Cuenca, de otras comunidades autónomas e incluso de Portugal. Cuenta con aproximadamente 5.000 ejemplares en edad reproductora, de los que 3.500 son hembras.
Varios de los estanques de las instalaciones de Rillo de Gallo//Imagen: rillo-de-gallo.com
La ‘Guía de peces y cangrejos de Castilla-La Mancha’, editada y actualizada en este 2022 por el Gobierno regional, a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, es una referencia para todos aquellos interesados en la fauna acuática “ya que permite de forma sencilla y práctica identificar todas y cada una de las especies de peces y cangrejos presentes en la región, su grado de protección y su plano de distribución”, ha afirmado el director general de Medio Natural. En ella se describen un total de 44 especies, 41 de peces y 3 de cangrejos. De ellas, 27 son autóctonas de la Península, mientras que 17 son especies exóticas. Unas especies con gran valor científico y con distintos grados de amenaza y otras con un elevado interés para la pesca deportiva. Según asegurado en la presentación el consejero de Desarrollo Sostenible, Jesús Escudero, “todas las personas con interés en el conocimiento de las distintas especies de peces y cangrejos que se pueden encontrar en las aguas de Castilla-La Mancha, sea por la pesca o por el mero entendimiento y disfrute de su medio natural, tienen en su mano esta guía que les puede ayudar a descubrir y comprender la “gente” que vive bajo sus aguas”.
La actualización de la ‘Guía de peces y cangrejos de Castilla-La Mancha’ está disponible en el siguiente enlace y permite su consulta interactiva:
