Productividad y empleo, los principales retos para el dinamismo económico

La productividad y el empleo son los principales retos para que la economía española pueda mantener el dinamismo del crecimiento, del orden del 2,5%, con una inflación que poco a poco se va acercando a sus objetivos

Ni la economía española va como un cohete como dicen unos ni se va por el barranco como dicen otros. Como casi siempre, la virtud se encuentra en el punto medio. La coyuntura de la economía española viene avanzando con un moderado optimismo con una tasa de crecimiento prevista para este año del orden del 2,5% según los principales analistas y organismos. Entre los más optimistas se sitúan los analistas de CaixaBank que han puesto en revisión al alza sus previsiones de crecimiento que este año podrían situarse en un rango intermedio entre el 2,4% y el 2,9%. Aunque si es cierto que se prevé un cierto descenso para el siguiente ejercicio.  
 

Sin embargo, en pleno debate sobre la jornada laboral, desde el Banco de España se sigue poniendo el foco en la baja productividad y el empleo como los principales retos de la economía española para mantener su crecimiento.  
 

Dos serios problemas estructurales. La productividad por hora trabajada en España se ha mantenido desde 2008 entre un 10% y un 15% por debajo de la de la eurozona debido a las peculiaridades del tejido empresarial español, la escasez de talento, el bajo nivel de desarrollo del I+D y un marco institucional poco confiable.  En cuanto al empleo, la tasa de paro se mantiene de forma persistente por encima del 11,5%. 
 

La coyuntura económica mejora adecuadamente 
 

Pese a estos retos, en el último número de la Revista Economía Aragonesa editada por Ibercaja, la entidad califica la coyuntura como ligeramente positiva, aunque los próximos meses estará condicionada por la evolución de la productividad, hasta ahora decepcionante, así como por la tendencia del sector inmobiliario, con unos precios desorbitados, y las dinámicas demográficas y salariales del mercado de trabajo. Todo ello sin perder de vista las tensiones comerciales en un contexto de turbulencias geopolíticas. 
 

De momento, la fase más aguda de la inflación parecer haber sido superada, aunque la alta volatilidad de los precios energéticos y alimentarios sigue generando una cierta presión sobre los precios. Con todo, la inflación subyacente, aunque todavía no ha alcanzado el objetivo del 2%, ya parece camino de su normalización.   
 

El indicador adelantado del IPC del mes de julio se ha situado en el 2,8% en tasa interanual seis décimas por debajo de la registrada en junio. La tasa anual del indicador adelantado de la inflación subyacente disminuye dos décimas, hasta el 2,8%. Unas cifras que han superado con creces las mejores expectativas del mercado, lo que da muestras de la progresiva desaceleración ante la política monetaria aplicada por el BCE. 
 

Mantener la alerta ante la presión inflacionista 
 

No obstante, recuerdan en Ibercaja, en el último trimestre del año, el efecto base pasará a ser alcista de forma que será necesario nuevas medidas de contención de las tensiones inflacionistas para evitar una nueva aceleración del IPC. "La volatilidad de los precios de la energía y los alimentos (sujetos a shocks de oferta por la situación geopolítica o incluso meteorológica) y las decisiones sobre el IVA pueden seguir introduciendo distorsiones", según Santiago Martínez, jefe de análisis financiero de Ibercaja. 
 

Por lo demás, la economía empieza a mostrar crecientes señales de dinamismo tanto en el mercado laboral, con un incremento de las afiliaciones a la Seguridad Social, como en el ciclo alcista que sigue mostrando la venta de viviendas en un entorno de escas oferta y alto incremento de los precios. El último trimestre ha tenido una muy positiva evolución rondando los 21,6 millones de personas ocupadas, un máximo histórico, aunque la tasa de paro sigue todavía por encima del 11%. 
 

En el terreno laboral, una de las grandes preocupaciones sigue siendo la dificultad para encontrar talento en un mercado cada vez más digitalizado. Para ello, en Ibercaja apuestan por la formación, la recualificación y el aprendizaje permanente a través de las políticas activas de empleo, ajustadas además a las necesidades empresariales, por lo que es necesarios estrechar aún más la colaboración público-privada. 
 

Con el mercado laboral relativamente encarrilado, la inflación a la baja, que debería reactivar el consumo a corto y medio plazo, la productividad sigue siendo el principal caballo de batalla de la economía española, dejando a un lado la vivienda, y donde hay mucho trecho por mejorar para lo cual se necesita la implicación de todas las fuerzas sociales para alcanzar los estándares europeos.  

Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación.

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