Los troncos regresan este fin de semana al cauce del río Tajo para rememorar un oficio, recientemente reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, que durante cinco siglos, hacía posible el transporte de la madera desde estos parajes del Alto Tajo, hasta las factorías madereras situadas en la zona de Aranjuez.
Hoy, este oficio en desuso es una tradición que se ha convertido en la Fiesta Ganchera, reconocida como Fiesta de Interés Regional desde 2008, que cada año celebra la Asociación de Municipios Gancheros del Alto Tajo en uno de los pueblos que la integran: Peralejos de las Truchas, Taravilla, Poveda de la Sierra, Peñalén y Zaorejas.
En esta ocasión tendrá lugar en Taravilla y arranca esta misma tarde, a partir de las 20.30 horas, con la presentación la XXVIII Fiesta Ganchera 2024 y la proyección del documental “La tierra adentro”, del cineasta Mario Benito, para terminar la jornada con un vino español.
No obstante, el día grande será este sábado, 31 de agosto, cuando los vecinos y vecinas de estos pueblos, se meterán en el papel de “pastores del bosque flotante”, tal y como los describía José Luis Sampedro en su novela “El río que nos lleva”, sobre la última maderada hasta Aranjuez antes de que los troncos comenzaran a ser transportados mediante camiones: “Con las cerradas barbas, los pañuelos anudados a la cabeza bajo el sombrero, los ganchos como lanzas y los pantalones atados al tobillo, parecían a primera vista, jinetes a punto de montar a caballo de una aventura siniestra”.
Como curiosidad, esta obra fue llevada al cine en 1988, bajo la dirección de Antonio Real, con Alfredo Landa en el papel del Americano, Toni Peck, hijo de Gregory Peck, como el Irlandés y Eulalia Ramón, en el papel de Paula.
El sábado comenzará a las 9.00 horas con la tradicional concentración de los gancheros en la Plaza del Ayuntamiento, a los que cada año se suman más mujeres, donde se repartirán rosquillas y aguardiente y arrancará el pasacalles amenizado por las tonadas populares de los Dulzaineros de Mirasierra.
La tirada de los troncos al río se producirá sobre las 11.00 horas en el paraje conocido como Barranco ‘el Bañeiro’, donde los gancheros cumplirán con la tradición que antaño era la manera de ganarse la vida de hombres fuertes y valientes, que se jugaban la vida en las fieras aguas del Tajo, ya que muchos siquiera sabían nadar: “Siempre por el estrecho callejón de los riscos grises y rojizos, entre los desplomes cubiertos de sabinas y carrascas. Siempre compañeros del agua, clara por la mañana, opaca por la tarde, color de mar al oscurecer. Verde botella, verde gris, verde amarilla, según los arenales, los guijarros o el lodo del cauce, la sombra de los árboles o de las peñas, la calma o la furia del viento encañonado. Siempre en lo fragoso de la sierra, en los estrechos, en los saltos, en las ruderas; siempre por un recio universo de piedra e invierno”, continúa ‘El río que nos lleva’.
La saca de los troncos se llevará cabo aguas abajo, en la Llanada de las Ánimas, sobre las 13.00 horas, pero la fiesta continuará a lo largo de toda la tarde, con una comida popular en la chopera de Taravilla sobre las 14.00 horas; que dará paso a los juegos populares en el prado, sobre las 17,30 horas. A las 18.30 horas está prevista una exhibición de corta de la Cabaña Real de Carreteros de Quintanar de la Sierra (Burgos), para terminar la jornada con un concierto a cargo del grupo folk “Los Rodetes”, en la Plaza del Ayuntamiento.
De esta manera, tocará a su fin esta fiesta con un marcado carácter que, sin duda, imprime el paisaje y la herencia de unos hombres fuertes y valientes que domaban los troncos a través del curso del río Tajo: “Un río bravo que se ha labrado a la fuerza un desfiladero en la roca viva de alta meseta (…) El río bravo sigue adelante, prefiriendo la soledad entre sus tremendos murallones, aislado de la altiplanice cultivada y de sus gentes, para que nadie venga a dominarle con puentes o presas, con utilidades o aprovechamientos (…) Sólo los gancheros se atreven a convivir con él, y aun así parece encabritarse para sacudirse los palos de sus lomos y enfurecerse más aún contra los pastores del bosque flotante”.