EDITORIAL. La mano que mece la cuna

Publicado por: El Decano
29/11/2024 01:13 PM
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Las segundas navidades de Ana Guarinos como alcaldesa de la ciudad prometen. Y no lo decimos precisamente por la programación diseñada por el Ayuntamiento. A estas alturas de la película, todavía no se ha dado a conocer, cuando media España está ya con las luces encendidas y con actividades de promoción y diversión para sus vecinos y visitantes.


Decimos que promete porque, como ‘aperitivo’, esta semana se ha producido un auténtico revuelo, tras la decisión de Nipace de cancelar sus populares vermús navideños, debido a que el Ayuntamiento no ha atendido su solicitud de celebrarlos en dos fechas muy concretas, a pesar de que hace un mes había dado su visto bueno. 


Ramón Rebollo convocaba una rueda de prensa en el Centro de Rehabilitación de la Fundación, rodeado de trabajadores, voluntarios y familias de los niños con parálisis cerebral, usuarios de Nipace. En ella expresaba su profundo malestar por el cambio de rumbo del Ayuntamiento sobre la regulación de los vermús, algo que les deja poco margen de maniobra para reaccionar y que, además, les supondría no poder cubrir costes y, por tanto, no destinar ni un euro de la recaudación a su causa. 

 

Si sus palabras contra el concejal de Festejos, Santiago López Pomeda, fueron duras, en el momento de hablar del que para él es el urdidor de toda esta ‘trama’, no tuvo pelos en la lengua. Y es que el presidente de Nipace acusó directamente a Javier Arriola, secretario general de CEOE-Cepyme en Guadalajara, de ser la persona que está detrás de la negativa del Ayuntamiento a dar el visto bueno a su Vermú de Navidad y a su Festival de los 80. 

 

Para defenderse, el Ayuntamiento reaccionó en forma de rueda de prensa (convocada con el tiempo suficiente para que se les ‘chivara’ el contenido de la de Rebollo). López Pomeda fue claro: Nipace puede celebrar su Vermú en los dos días que autoriza el equipo de Gobierno este año: 24 y 31 de diciembre. Motivo: no dar privilegios a nadie. 


Desde CEOE se envió a los medios una nota que venía a ratificar la postura del Consistorio. Curiosamente, remitida nada más finalizar la rueda de prensa del concejal. Una estrategia cuidadosamente diseñada para tratar de hacer ver que el señor Rebollo quiere que se le trate con distinto rasero que a los hosteleros de Guadalajara, cuya Federación acusa a Nipace de competencia desleal. 


Lo cierto y verdad es que ante este asunto surgen varias preguntas. En primer lugar, por qué el señor Arriola decide en noviembre, a un mes de la Navidad, reunirse con los grupos municipales y con el equipo de Gobierno para pedir la regulación de los vermús, cuando el de Nipace lleva celebrándose desde hace 10 años ¿No ha tenido tiempo hasta ahora de darse cuenta de esa supuesta competencia?


¿Por qué lidera él estas negociaciones en lugar de hacerlo la presidenta, Marisol García, que ni está ni se la espera? (Papelón de ‘marioneta’ el que juega la lideresa de la CEOE en Guadalajara) 


¿Por qué el PP y Vox asumen las directrices de la CEOE, sin haber convocado con tiempo suficiente una reunión a tres bandas para tratar de buscar una solución consensuada entre todas las partes? 


Y sobre todo: ¿Por qué ahora?


Hasta la fecha, no hemos visto al señor Arriola quejarse, por ejemplo, de la discriminación que supuso para los hosteleros de San Roque que el Ayuntamiento se ‘olvidara’ de ellos el año pasado a la hora de colocar la iluminación navideña, lo que les supuso enormes pérdidas al quedar fuera del eje central de los actos de Navidad programados por el equipo de Gobierno. 


Ni tampoco le hemos escuchado levantar la voz por los perjuicios que se está causando a la hostelería del casco histórico el resto del año, con las calles levantadas por las obras. O por la escasa dinamización del centro por parte de un concejal, Víctor Morejón, que sólo sabe organizar sorteos y es incapaz de dar una solución a un casco que se muere a pesar de ser el máximo responsable de evitarlo.


El señor Arriola y la todopoderosa CEOE tampoco han afeado al equipo de Guarinos la supresión de actividades que tuvieron gran éxito en la etapa de Gobierno de Alberto Rojo, como Guadalajara Vive en sus Plazas, que fomentaban el consumo y la presencia de vecinos en el centro y daban vida a esta zona de la ciudad. Ni la eliminación de eventos culturales que también atraían a público de toda España a Guadalajara, que se dejaba aquí sus euros, como el Fescigu o el Festival de Cine Lento, ambos obligados a exiliarse por aquello de las ideologías. 


Y tampoco le hemos oído criticar al equipo de Gobierno por el hecho de que Guadalajara todavía no haya iniciado la campaña de Navidad, ni tenga lista la iluminación navideña cuando el resto de ciudades de nuestro entorno están ya en plena ebullición. Después, se quejarán de que los guadalajareños se marchen a disfrutar, comprar y consumir en locales comerciales y de hostelería de Madrid o del Corredor del Henares. 


Según Arriola, la hostelería de la ciudad se queja. Partamos de la base de la diferencia entre un vermú solidario y un negocio. Cierto es que los hosteleros deben hacerse cargo los 365 días del año de unos costes a los que las asociaciones que suelen organizar este tipo de eventos -léase Accem, Cáritas o Nipace- no tienen que hacer frente. Pero también es cierto que poco daño les pueden hacer uno, dos o tres vermús solidarios, que incluso en muchas ocasiones sirven de polo de atracción para sus locales. 


‘Negocio’ hay para todos porque el que más o el que menos ha participado en este tipo de encuentros en Ferias y en Navidad y todos ellos están abarrotados, sean solidarios o no. A la gente le gusta salir a disfrutar los días señalados y, si además puede contribuir con una causa solidaria, mejor que mejor.   


No se entiende por qué la CEOE arremete contra una Fundación como Nipace, que cuenta con uno de los centros de rehabilitación de niños con parálisis cerebral más punteros y prestigiosos de todo el país y que incluso ha recibido el reconocimiento de la Fundación Amancio Ortega, que financiará su nuevo Centro de Rehabilitación Neurológica y Motora. 

 

Estas y otras cuestiones son las que dan hacen sospechar que, detrás de la supuesta regulación de los vermús para evitar la competencia desleal se esconde algo más feo y quizás hasta turbio. 


El secretario de la CEOE ha quedado a la altura del betún, porque si su intención era defender los intereses de los hosteleros -cosa que ha conseguido- ha ido contra los de una Fundación muy querida en Guadalajara, que realiza un extraordinario trabajo con niños de toda España, merecedora de numerosos premios y galardones, y que, le guste o no al señor Arriola, abarrota todos los vermús que organiza, porque despierta las simpatías de los guadalajareños.


Tampoco ha quedado en buen lugar el Ayuntamiento de Guadalajara, que ha tenido tiempo más que suficiente en su año y medio de legislatura para regular estos eventos y sin embargo, lo hace ahora, a un mes de la Navidad y tras el ‘empujoncito’ de la CEOE. Con su actitud, este equipo de Gobierno continúa ‘haciendo amigos’ entre sus gobernados. No hay más que ver los comentarios que se han generado en redes sociales.


El tanto que se ha apuntado la CEOE, en especial su secretario general, y la carta blanca otorgada por el Ayuntamiento pueden parecer inocentes, pero podría tornarse a futuro en algo más peligroso para otros intereses de la ciudad y de sus vecinos. 

 

Como bien escribió el poeta norteamerinaco William Ross Wallace: “La mano que mece la cuna también es la mano que domina el mundo”. Atentos. 

     

 

 

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