¿Qué es la Masonería?

Publicado por: El Decano
19/01/2025 08:00 AM
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Contubernio. Misterio. Conspiración. Éstos son algunos de los conceptos que, habitualmente, se asocian a la Masonería. Sin embargo, no siempre son ciertos

 

En España, por ejemplo, las logias, para ser legales, deben inscribirse en el registro de asociaciones. Por tanto, su existencia es pública. Así lo marca la Constitución de 1978. En su artículo 22.5, se prohíbe la existencia de organizaciones secretas. En consecuencia, la Fraternidad no está oculta. Todo lo contrario.

 

Sin embargo, ¿en qué consiste la Masonería? "La definición puede variar dependiendo de la época y del lugar", asegura el historiador Yván Pozuelo. En la actualidad, se podría acercar a la descripción realizada por el especialista José Antonio Ferrer Benimeli, introductor de los estudios masonológicos en España. "Se trata de una escuela de formación humana que, abandonadas las enseñanzas técnicas de la construcción, se transforma en una asociación cosmopolita que acoge en su seno a hombres de diferente lengua, cultura, religión, raza y convicciones políticas, pero que coinciden en el deseo común de perfeccionarse por medio de una simbología de naturaleza mística o racional, y de prestar ayuda a los demás a través de la filantropía y la educación", explica.

 

La mencionada organización tendría su origen en los gremios de constructores de las catedrales medievales. Era el momento de la 'Masonería Operativa'. No obstante, bajo su forma actual -también conocida como 'Hermandad Especulativa'- apareció el 24 de junio de 1717. Fue la fecha en la que se fundó la Gran Logia de Londres. Esta evolución se debió a la transformación de la entidad en una suerte de 'sociedad de ideas', tras abrir sus reuniones a personas tradicionalmente alejadas de la actividad gremial, según asegura el periodista e investigador José Luis Trueba Lara.

 

Los nuevos miembros "buscaron en las logias el lugar de encuentro de hombres de cierta cultura, con inquietudes intelectuales, interesados por el humanismo como fraternidad, por encima de las oposiciones sectarias que habían acarreado tanto la Reforma como la Contrarreforma", confirma Ferrer Benimeli. Un proceso que tuvo su culmen en 1723, con la publicación de las 'Constituciones de Ánderson'. En este texto -escrito por los religiosos protestantes Anderson y Désaguliers- se plasmaron algunos de los postulados de la corriente masónica especulativa. Posteriormente, las logias encuadradas en esta tendencia recién nacida se fueron extendiendo por diversos países y territorios del mundo, incluido España y América Latina.

 

Precisamente, en estas nuevas entidades se reunían aquellos individuos que -en la actualidad- se podrían considerar élites. Hay que tener en cuenta que cuando se produce el paso de la operatividad a la especulación en las sedes fraternas se abandonaron las antiguas prácticas constructivas, para convertirse en "escuelas de formación humana", insiste José Antonio Ferrer Benimeli.

 

Rito masónico.
Rito masónico.

 

Esto se produjo gracias a que los sectores que, hasta ese momento, habían financiado a los gremios medievales de catedrales -origen hipotético de la Masonería-, comenzaron a exigir su entrada en la Orden. Por eso, los iniciados dieron entrada en sus reuniones a burgueses o aristócratas, que en nada tenían que ver con las técnicas constructivas. De esta forma, "la Cofradía comenzó a perder su cualidad gremial y lentamente se transformó en un espacio abierto a la discusión de nuevas ideas y donde confluían individuos de los más distintos orígenes y oficios", especifica Trueba Lara.

 

Sin embargo, aún se conservaron algunos elementos propios de la tradición. Entre ellos, uno de los más importantes, el del supuesto secreto. El mismo hay que enmarcarlo en la estructura corporativa de la sociedad medieval, hipotético inicio histórico de la Fraternidad, ya que los gremios –como era el de constructores de catedrales– eran organizaciones cerradas, que –a través de una cierta secrecía– se aseguraban la pervivencia que las técnicas del oficio se mantuvieran en sus manos.

 

Empero, "la Masonería no funcionaba -ni funciona en la actualidad- como una sociedad secreta, sino más bien, como una sociedad con secretos. En cualquier caso, dependiendo del espacio donde se estableció y de las condiciones políticas de su arribo, sobre todo climas de prohibición o persecución, ésta podía trabajar perfectamente en la clandestinidad", explica el experto Felipe Santiago del Solar. "Aun así, y es importante recalcarlo, la Organización se caracterizó más bien por un constante anhelo de reconocimiento oficial como una institución de utilidad pública", continúa.

 

Y comienza la represión

 

A pesar de ello, la hipotética secrecía de las logias fue una de las principales razones para perseguir al mencionado movimiento. Una de las instituciones que, desde un principio, apostó más contundentemente por dicha censura fue la Iglesia Católica. Y lo hizo desde muy temprano, poco después del paso de la operatividad a la especulación, acaecido en 1717. De hecho, el Vaticano publicó el 24 de abril de 1738 la primera condena a las logias, que se condensó en la Carta Apostólica In Eminenti, impulsada por el papa Clemente XII. Desde esta fecha se ha producido una auténtica caza y captura del masón. Sólo durante el siglo XVIII, a la anterior disposición ya mencionada, se unieron la del también pontífice Benedicto XIV y la del secretario de Estado Pontificio, el cardenal Firrao.

 

Ferrer Benimeli asegura que "las condenas justificaban la prohibición e ilegalidad de las reuniones de masones en el secreto con el que se rodeaban los miembros de la Hermandad, en el juramento que hacían y en el Derecho Romano en vigor como sospechosos de ir en contra de la tranquilidad pública. Es cierto que el Papa, en cuanto jefe de la Iglesia Católica, añadió -además- la idea de ser sospechosos de herejía al reunirse juntos católicos y no católicos, hecho condenado entonces con la pena de excomunión, precisamente cuando la presencia de católicos, e incluso eclesiásticos, entre los masones era mayoritaria", añade Ferrer.

 

Con el paso de las décadas, la criminalización de la Masonería por parte del estamento eclesial continuó, aunque los argumentos fueron cambiando progresivamente. Durante el siglo XIX ya no se condenaban las reuniones de masones, sino la Fraternidad como entidad vinculada con el liberalismo político y el naturalismo filosófico. Las medidas coercitivas por el secreto, el juramento y la posible sospecha pasaban -así- a un segundo plano. "En las más de 2.000 condenas que tuvieron lugar durante los pontificados de Pío IX y León XIII, el leitmotiv de todas ellas es que la Masonería y demás sociedades secretas maquinaban contra la Iglesia y los poderes civiles legítimamente establecidos", afirma el profesor Ferrer Benimeli.  En definitiva, las logias eran enemigas del trono y del altar.

 

Sin embargo, la censura hacia la Masonería no sólo procedió de las instancias eclesiales. A lo largo de la historia, el poder político también ha atacado a dicha organización. En este sentido, España se ha constituido como un 'alumno aventajado'. Gobernantes como Carlos III, Fernando VII o el dictador Francisco Franco -con su ya conocido contubernio- han oprimido a la Orden, intentando que las logias desaparecieran del territorio hispano.

 

Ante estos ataques, surge una duda: ¿en qué consiste exactamente esta Cofradía, para que la hayan hostigado de esta manera? Responde a la pregunta el profesor emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, Eduardo Enríquez del Árbol. Este investigador señala que la Orden "persigue la emancipación pacífica y progresiva de todos los seres humanos, es decir, la perfección de los hombres. Por lo tanto, tiene una proyección social". Al mismo tiempo, señala que la Cofradía "trabaja sin descanso por el bien de la Humanidad, fundamentalmente por medio de la instrucción, del trabajo y de la beneficencia". Y esto era -y es- muy peligroso para regímenes no democráticos.

 

En cualquier caso, y como se ha podido observar, la Fraternidad no ha sido una institución que -de forma organizada- haya estado detrás de las grandes conspiraciones mundiales. No existe ningún dato histórico que respalde esta aseveración. Es más, en algunos países -entre los que se encuentra España- esta organización ha sufrido la represión a lo largo de diferentes momentos históricos. En consecuencia, se debe seguir investigando y divulgando este tema, con el fin de transmitir una imagen real del fenómeno masónico. Porque, como dijo Antonio Machado:

 

"La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad, aunque se piense al revés". 

 

Logia masónica.
Logia masónica.

 

Si quiere más información sobre este tema, puede consultar los libros 'La Masonería en Guadalajara' y 'La Masonería en la prensa mexicana a finales del siglo XIX'. Ambas obras se encuentran escritas por el investigador, historiador y periodista Julio Martínez García.

 

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