La política monetaria del BCE sigue siendo restrictiva, lo que plantea la cuestión de la trayectoria de los tipos de interés en los próximos meses
En este mes de enero de 2025 los mercados financieros han asistido a un cambio de rumbo en cuanto a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) respecto a la Reserva Federal. La entidad europea presidida por Christine Lagarde ha optado por bajar sus tipos de interés de referencia en un cuarto de punto para dejarlos en el 2,75%.
Se trata del quinto recorte desde la subida aplicada en septiembre de 2023 hasta el 4,5%. Un progresivo descenso marcado por la convicción de que la inflación, pese al repunte de los últimos meses, se mantiene cerca de sus objetivos. Eso deja margen de maniobra para actuar en los próximos meses según vayan evolucionando los indicadores.
Para ello, uno de los planteamientos clave será la progresiva moderación en el crecimiento salarial con el fin de lograr un descenso en la inflación de los servicios. "Los riesgos para la economía se inclinan a la baja, sin embargo, la valoración de la situación económica actual es mucho más preocupante que en la última conferencia de prensa de diciembre", en opinión de Ulrike Kastens, Economista Senior para Europa de DWS, dejando la puerta abierta a nuevos recortes este año.
De hecho, la política monetaria del BCE sigue siendo restrictiva, lo que plantea la cuestión de la trayectoria de los tipos de interés en los próximos meses. De momento, la presidenta del BCE ha insistido en que es prematuro hablar de cuándo parar este ciclo bajista de tipos. El banco central sigue centrándose en las próximas proyecciones de marzo y en dos lecturas más importantes de la inflación en enero y febrero.
Recientemente, las economías de los países centrales se han contraído frente a la mejor evolución de los países del sur, en especial de España, para dejar un crecimiento del PIB prácticamente plano en el último trimestre de 2024. En este contexto, el analista de DWS estima, que se producirán nuevos recortes de tipos en Europa, hasta alcanzar un tipo neutral del 2% en junio de 2025.
Este objetivo intermedio será una buena noticia para los consumidores, que verán cómo el euríbor se reducirá, ya está en su nivel más bajo desde septiembre de 2022, con el consecuente descenso del coste de las hipotecas, y para las empresas que tendrán un acceso al crédito más ventajoso con un menor coste de financiación. Los mercados financieros también se ven beneficiados ante las mayores expectativas de beneficios.
Con el actual nivel de incertidumbre política, el BCE se centrará en la evolución de los datos para ir decidiendo reunión por reunión. No obstante, el organismo ha abierto un poco más la puerta a nuevas bajadas de tipos. Con vistas al futuro inmediato, es probable que el tema de la «atonía económica» de la zona euro desempeñe un papel aún más importante frente a la inflación.
Para ello es importante que los precios no se desboquen. El IPC de la zona euro se ha acelerado en enero por cuarto mes consecutivo, según el dato preliminar al aumentar dos décimas sobre el dato de diciembre, situándose en el 2,7% interanual, debido al repunte experimentado por los costes energéticos. Un incremento que puede comprometer la acción del BCE a la hora de impulsar la economía con una política monetaria más laxa.
Un rumbo muy diferente al tomado por la Reserva Federal. El banco central americano ha optado por dejar sus tasas de referencia en el 4,5% en la última reunión celebrada a finales del pasado mes de enero tal y como se esperaba en el mercado. Jerome Powell, presidente de la entidad, ha destacado la progresiva mejora de la inflación, mientras los mercados laborales parecen haber dejado atrás las fuertes presiones sobre los precios.
Sin embargo, al contrario que en Europa, la economía estadounidense sigue ofreciendo muestras de fortaleza que permiten a la entidad no tener prisa a la hora de ajustar su política monetaria, sin tener que fijar una senda predeterminada, pero preparados para reaccionar en cualquier sentido en función de los indicadores.
Por el momento, Powell ha insistido en que, a pesar de seguir siendo significativamente restrictiva, está bien posicionada a expensas también de conocer el impacto sobre la economía de la nueva administración Trump. En este sentido, los analistas han reducido sus expectativas de dos recortes para este año a solo uno o incluso ninguno, abriendo las puertas a un período de tipos altos durante más tiempo.
Algo que ha irritado al presidente Donald Trump que esperaba un recorte de tasas ya con el fin de impulsar aún más el crecimiento de la economía. En los mercados, de hecho, se empieza a hablar de presiones para que Jerome Powell abandone la presidencia de la Reserva Federal en los próximos meses ante de cumplir su mandato que expira en mayo de 2023.
Julio Muñoz. Periodista de información económica y experto en comunicación