Hasta hace poco, después de comer, yo utilizaba el runrún de la telenovela que ponían en La 1 de TVE como somnífero para echar una cabezadita.
Pero recientemente esa misma cadena pública, empezó a emitir, a esa hora de plácido sopor, un programa con gente muy chillona, en parte trasplantada desde otras cadenas privadas, sin otro afán que ganar audiencia. Parece que el tiro les ha salido por la culata, pues me acabo de enterar de que TVE ha decidido cancelar el programa.
El caso es que yo ya me había pasado a La 2, a sabiendas de que Saber y ganar tampoco me iba a dejar dormir, no por ruidoso, sino por interesante. Y entonces vi entre los concursantes un rostro bien conocido: Beatriz Pérez García, de Molina de Aragón (Guadalajara), profesora licenciada en Humanidades, primer día en nuestro concurso, dice el presentador. ¡Menuda sorpresa!
Tengo que contaros que fue mi alumna en el colegio de Molina el primer año que trabajé allí, como también lo ha sido su hija en Calamocha durante uno de mis últimos cursos como maestra. A Beatriz la recuerdo como una alumna muy resuelta, con muchas inquietudes, muy buena lectora y con un sentido crítico fuera de lo común. Ya lleva varios programas y, aunque tiene dos rivales muy potentes, se está desenvolviendo muy bien. Bea, te deseo que llegues a los cien, y en todo caso, gracias por los buenos momentos que ya me has hecho pasar. Definitivamente me quedo con Saber y ganar y sin siestas, porque después viene el documental sobre animales, que tampoco me deja dormir.
Es que observo el comportamiento animal y no puedo evitar acordarme de ciertas personas. Ya sé que no es muy original por mi parte. El imaginario popular está lleno de metáforas y símiles entre personas y animales. Si eres muy astuto te llaman zorro (zorra se reserva para otra cosa); si eres muy lento te comparan con una tortuga; si no eres muy brillante que digamos te llaman burro; puedes ser un lince, una loba, una hiena, un loro, una rata, un lirón, una mula, un cabrón o un cerdo… Hay multitud de ejemplos.
El caso es que todo animal, ya sea grande o pequeño, desempeña una función vital para el equilibrio del ecosistema. ¿Ocurrirá lo mismo con las personas?
Veo un documental sobre la garrapata. La garrapata se agarra con fuerza al huésped de forma subrepticia, inoculándole un anestésico para que no sienta el dolor de la picadura. Se alojan en lugares calentitos y empiezan a hincharse con la sangre ajena hasta alcanzar tres veces su volumen. Además transmiten infecciones muy peligrosas. Los meses en que se muestran más activas son los de verano.
Me vienen a la cabeza unos cuantos personajes garrapatas que se agarran fuertemente a quien o lo que sea para seguir hinchando su poder, su ego o su patrimonio y que me dan el mismo repelús.
Si tienes la mala suerte de pillar una garrapata animal has de saber que la mejor forma de extraerla es agarrarla firmemente por la cabeza con unas pinzas y tirar hacia afuera de la forma correcta. Pero si das con alguna garrapata persona, la cosa de extraerla es mucho más difícil. No veas cómo se agarran algunas, sobre todo cuando pillan un buen sillón.
¿Será que las garrapatas también son necesarias para el equilibrio del ecosistema? ¿Y cuando son plaga? Cada cual que haga sus reflexiones.
Un documental que me impresionó mucho fue el de los tardígrados, también llamados osos de agua. Si no conoces este animal puedes verlo en la primera foto. Muy bonito no es, pero no te pierdas las cualidades de este ser microscópico que es el más resistente del mundo: puede vivir en cualquier parte, incluso en la luna; soporta temperaturas de hasta 190 grados bajo cero; sobrevive en agua hirviendo y puede resistir durante años sin agua o alimento. Y si las condiciones se vuelven muy extremas entra en un estado de latencia llamado criptobiosis que lo hace prácticamente indestructible. Es una verdadera inspiración para la ciencia y la medicina. Y es posible que llegue a salvar vidas o al menos a mejorarlas en un futuro. ¡Y qué poco se habla de él!
Personas tardígradas no se me ocurren tantas, la verdad. Es difícil tener ese nivel de resistencia. ¿Podría ser Jordi Hurtado uno de ellos? (Veintiocho años presentando Saber y ganar) ¿O alguno de sus supermagníficos concursantes?
Con estas inútiles cavilaciones os deseo un feliz comienzo de verano, que seáis como los tardígrados (aunque sea un poquitín) y os cuidéis de las garrapatas, que están en plena actividad.
Asun Perruca. Maestra y escritora.