La inteligencia artificial, para bien o para mal, centrará el interés inversor en la próxima década

Publicado por: Julio Muñoz
13/02/2023 01:09 PM
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Imagen: Pexels. Tara Winstead.
Imagen: Pexels. Tara Winstead.

Los vehículos eléctricos, los inmuebles y la sostenibilidad también generarán grandes oportunidades 

 

 

Los analistas no dejan de darle vuelta a la cabeza para anticipar por donde va ir el mundo de las inversiones en los próximos años. Los gurús no tienen una bola de cristal, pero sí mucho sentido y común y un sexto sentido sobre por dónde va a evolucionar el consumo y, por tanto, en qué inversiones se puede obtener mayor rentabilidad en un futuro no muy lejano. Es lo que en el sector financiero se denomina megatendencia.   

 

Una de las preferidas por su potencial es la inteligencia artificial. La IA está haciendo posible que se empiecen a hacer realidad cosas que antes solo estaban en la imaginación de los más adelantados. Su influencia en nuestras vidas ya es notable y eso que todavía se encuentra en un estado muy incipiente. Por este motivo, los operadores creen que la nueva tecnología va camino de convertirse, si no lo es ya, en la industria más influyente de nuestra era. 

 

Conforme se avanza en su uso y aplicaciones, la IA se vuelve cada vez más poderosa en el proceso de ayudar a la humanidad a seguir avanzando. Algunas grandes mentes, sin embargo, también están alertando sobre grave peligro en caso de una mala aplicación o del riesgo de que acaba superando y sustituyendo a los humanos.  

 

Del lado económico, más allá de esta distopía, los expertos de International Data Corporation (IDC), un proveedor de inteligencia de mercado, prevén que para 2024, los ingresos mundiales del mercado de la IA podrían superar los 500.000 millones de dólares. Y para los próximos cinco años prevén una tasa de crecimiento compuesto anual del 17 %. Cifras mareantes para los inversores que encuentran las mejores oportunidades de inversión en Estados Unidos y China, aunque en España hay también algunas cotizadas que están dando pasos de gigante en este campo.  

 

Los vehículos eléctricos y la renovable generarán grandes oportunidades 

 

Otra de las grandes megatendencias en un futuro próximo gracias al cambio de mentalidad respecto al medio ambiente será la industria de los vehículos eléctricos. El sector se encuentra en un proceso de masiva transformación que aportara, según los expertos, billones a la economía mundial en los próximos años.  

 

La apuesta por la movilidad eléctrica ha obligado a todos los grandes de la industria mundial a anunciar planes para elevar la disponibilidad de esta clase de vehículos e incluso algunos, como Volvo o Jaguar, ya han apuntado su intención de dejar de fabricar motores de combustión de combustibles de origen fósil en la próxima década.  

 

Para 2030, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que podrían circular 145 millones de vehículos eléctricos, frente a los 10 millones actuales. Con el fin de aprovechar este previsible aumento de la demanda, el sector automovilístico ha puesto en marcha fuertes inversiones para alcanzar estos objetivos de electrificación, reconfigurando sus líneas de producción para acelerar el proceso de fabricación. 

 

Este crecimiento, sin embargo, generará problemas colaterales. El aumento de la flota de vehículos eléctricos exigirá un ingente incremento de la producción de energía renovable a gran escala. Por otro lado, será necesario elevar la autonomía para que se conviertan en una alternativa real, lo cual requerirá también una notable la mejora de las baterías de almacenamiento. La industria eléctrica se mantendrá así entre las grandes megatendencias, después del espectacular impulso experimentado en los últimos años con especial incidencia en la energía de fusión nuclear. 

 

Los inmuebles y la inversión sostenible se mantendrán al alza 

 

Entre las grandes opciones de inversión para la próxima década estarán también los bienes inmuebles o la inversión en ESG. 

 

La primera de ellas por una razón histórica, los inversores siempre han optado por el ladrillo como una de las mejores opciones por sus características de diversificación, ya que estos activos tienen una baja correlación con las acciones o los bonos, además de que en el imaginario colectivo se ha generado la falsa idea de que no pierden valor, un mito que la reciente crisis inmobiliaria ha puesto en evidencia. 

 

Por otro lado, la reciente pandemia mundial ha desatado la preocupación por los perniciosos efectos del ser humano en el medio ambiente, favoreciendo la aparición de nuevos virus y enfermedades. Fruto de esta inquietud se está observando un creciente interés por parte los consumidores y los empleados, y finalmente de los inversores, por favorecer a las empresas que dan prioridad a las causas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). 

 

Más allá de los beneficios, estas organizaciones han adoptado una visión a largo plazo sobre la forma de dirigir sus negocios. Una estrategia que empieza a dar buenos réditos. Según cifras oficiales, la financiación sostenible registró un récord histórico en España el año pasado al alcanzar los 60.134 millones de euros un 9 % más.  

 

Además de crear valor a través de prácticas sostenibles, las acciones de estas empresas tienden a ser más resistentes que las de sus pares. No en vano, un informe del Bank of America recoge que las acciones de las empresas con sólidas prácticas sostenibles tienden a ser menos volátiles, tienen una mayor rentabilidad a tres años y son menos propensas a declararse en quiebra. 

 

Julio Muñoz periodista de información económica y experto en comunicación 

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