Conviene tener cuidado y no confundir riesgo y volatilidad a la hora de invertir

Publicado por: Julio Muñoz
05/03/2023 08:00 AM
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El verdadero riesgo de una inversión se encuentra en los imprevistos, por eso conviene investigar y analizar los factores internos y externos que puedan afectar al activo antes de invertir nuestro dinero

 

 

Equiparar el riesgo con la volatilidad es uno de los errores más frecuentes a la hora de invertir en los mercados financieros. Aunque muy relacionados, se trata de dos conceptos diferentes y no conviene confundirlos. El riesgo puede influir en la volatilidad de una inversión, mientras la volatilidad puede ser un indicador del riesgo asociado con una inversión. Por eso, a la hora de comprar activos en los mercados financieros es muy importante conocer bien y tener en cuenta ambos conceptos para tomar decisiones de inversión informadas y estratégicas. 

 

El riesgo hace referencia a la probabilidad de que una inversión pierda valor o no cumpla con las expectativas de rendimiento. El riesgo puede ser condicionado, entre otros factores, por la calidad crediticia de la inversión, la solidez financiera de la empresa o emisor detrás de la inversión, la calidad del equipo directivo, los riesgos regulatorios o legales o la competencia en el mercado. 

 

La volatilidad, en cambio, mide de forma numérica el riesgo de un activo durante un período concreto, a través de la desviación típica. Es decir, se parte de la rentabilidad media y se compara cuánto se ha desviado cada año la rentabilidad respecto a esa media. Si hay una desviación alta es porque el valor ha sido muy volátil y habrá tenido unos años grandes subidas y otros de grandes bajadas. En concreto, cuanto mayor sea la volatilidad de una inversión, mayor será el grado de fluctuación de su precio en un período de tiempo determinado.

 

 

La volatilidad puede verse afectada por factores como la liquidez, el sentimiento del mercado, o los cambios en las expectativas de los inversores, entre otros. En este sentido, uno de los aspectos que suele asumir como incontestable es que una alta volatilidad es sinónimo de riesgo alto. Una afirmación correcta en términos generales, aunque no está exenta de matices.  

 

Pongamos el ejemplo de un fondo de inversión que pierda todos los años un 1 %. En este caso, la pérdida media es del 1 % y la desviación típica sería de cero. Es decir, sin volatilidad alguna. Pero de persistir esta tendencia con el paso del tiempo este fondo pasaría a no valer nada. En este caso, supone un alto riesgo pese a la baja volatilidad.  

 

Por contrario, un fondo que un año baje un 10 %, otro suba un 17 %, en otro año baje un 12 % y en otra suba un 30 %, la desviación respecto a la media rondaría el 20 %. Una altísima volatilidad, pero al final de esos cuatro años su rentabilidad habría superado el 6 %. Hay que recordar, por tanto, que la relación volatilidad-riesgo no siempre es directamente proporcional.  

 

El riesgo cero nunca existe  

 

Esto pasa habitualmente en el mundo de las inversiones con activos que pensamos que son de bajo riesgo y son todo lo contrario. Es el caso de la renta fija de alta rentabilidad (high yield). Si se observa un período de calma en los mercados, con baja volatilidad, nos puede llevar a tener una percepción errónea de su verdadero riesgo intrínseco.  

 

También hay determinados sectores que aparentemente son muy tranquilos y poco volátiles, pero que están bajo la amenaza de riesgos externos, la regulación estatal o una apertura a la competencia, que pueden cambiar las reglas de su actividad de la noche a la mañana. En estos casos, la volatilidad suele ser muy baja, pero con riesgo alto.  

 

De este modo, si tiene intención de tomar posiciones en el mercado ahora que vuelve a subir con alegría deberá tener en cuenta la volatilidad, pero entendiendo al mismo tiempo que el verdadero riesgo de una inversión está en aquello que no se ha previsto o no se ha podido prever, los denominados Cisnes Negros. Por eso es tan importante investigar detenidamente las perspectivas futuras de cada activo y los factores que podrían influir en su evolución en los mercados financieros, aunque el riesgo cero nunca exista. 

 

Julio Muñoz es periodista de información económica y experto en comunicación.

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