Cerca de 80 parejas de cigüeña blanca anidan en Guadalajara. Su mayor depredador: el hombre

Publicado por: Ana María Ruiz
18/03/2023 08:00 AM
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Imagen: Dalma
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Según el censo elaborado por Dalma, el año pasado anidaron en la provincia un total de 77 parejas. La población más numerosa se instaló en la capital, con 17 parejas

 

Desde hace unas semanas, si alzamos la vista, es común observar sobre los cielos de Guadalajara la figura de una de las aves más peculiares de la península Ibérica: la cigüeña blanca.

 

Con un peso que puede oscilar entre los 2,5 y los 4,5 kilogramos, una altura que llega a alcanzar los 1,5 metros y una envergadura en vuelo de 2 a 2,10 metros, este imponente animal de plumaje blanco y negro está incluido en el Catálogo de Especies Protegidas de Castilla-La Mancha. Es en estas fechas cuando comienza a instalar sus gigantescos nidos, hechos con ramas, limo, plásticos y otros materiales, que llegan a pesar de 500 a 600 kilos, habiéndose registrado en Guadalajara alguno gigantesco de hasta una tonelada.  Jesús Serrano, coordinador del Censo de Cigüeñas de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza de Guadalajara, Dalma, ha destacado que a pesar de que todavía no se conoce el número de aves que llegarán este año, se espera que aniden en la provincia cerca de 80 parejas de cigüeñas que, actualmente están seleccionando y construyendo sus nidos y comenzarán a poner su huevos “seguramente a partir de finales de esta semana o a lo largo de la que viene”.

 


Según el censo elaborado por Dalma, el año pasado anidaron en la provincia un total de 77 parejas. La población más numerosa se instaló en la capital, con 17 parejas, seguidas de 14 de Uceda, 9 en Yunquera, 6 en Fontanar, 6 en Cantalojas, otras seis en Galve de Sorbe y 3 en Azuqueca. El resto hasta las 77 ubicaron entre uno o dos nidos en otras localidades de Guadalajara. “Se trata de un buen número” afirma Serrano, quien destaca que desde los años 2008 y 2009 se ha estabilizado el censo de parejas en Guadalajara: “Antes teníamos un máximo de entre 21 y 33 parejas, en 2009 subieron a 37 y desde ahí estamos en la horquilla de entre 70 y 80”. El coordinador recuerda que, hace aproximadamente 15 años, se produjo una importante disminución en el número de parejas debido a la desecación de las zonas húmedas en toda la provincia, así como al cierre del vertedero de Alcalá de Henares, “luego se ha ido recuperando la población, especialmente desde la apertura del vertedero de Torija, que es un foco de alimento bastante importante”. 

 

Así, en 2022 y desde hace una década, el número se ha estabilizado y se espera que en 2023 las cifras sean iguales o incluso mejores “porque se están viendo parejas nuevas y esperamos que se asienten todas”. 

 

El hombre: gran depredador

 

Y precisamente que se asienten depende básicamente de la acción de su mayor depredador: el hombre. Porque, según denuncia Jesús Serrano, los principales problemas a los que se enfrentan las cigüeñas a la hora de criar son la falta de lugares donde instalar sus nidos y las molestias causadas por desaprensivos. “Sus nidos son muy voluminosos y cuando se ubican, por ejemplo, en los tejados de las iglesias, acaban perjudicando estas estructuras y algunas personas se dedican a romperlo con escobas o palos o a colocar trapos en los lugares habituales de sus nidos para evitar que los vuelvan a hacer ”.

 

No obstante, recuerda que la Administración regional, a través de la Consejería de Medio Ambiente, dispone de una línea de ayudas para la construcción de estructuras destinadas a albergar los nidos de cigüeña: “Existen ayudas para solucionar estos temas, lo único es que hay que buscarlas. Un nido puede llegar a pesar muchísimos kilos y si no se dispone de una estructura en un tejado o se mantiene todos los años rebajando el nido, pueden provocar daños. La gente no sabe que existen esas ayudas y no las piden”. “El hombre es el que más problemas causa a esta especie a través de agresiones directas y de molestias indirectas”, señala. 

 


De hecho, tal y como ha denunciado Dalma, la semana pasada, en Fontanar, se produjo un incendio en la zona donde estaba construyendo su nido una pareja: “No sabemos si fue provocado o no, pero es raro porque sólo se ha quemado el nido y no sabemos qué pensar porque tampoco tenemos pruebas. Ahora, la pobre pareja está intentando rehacerlo en un palo que no se sujeta y, aunque el Ayuntamiento de Fontanar va a poner una plataforma en una parcela cercana para que puedan nidificar, no sabemos si dará tiempo a que esta pareja críe este año”, se lamenta Jesús Serrano. 

 

Otro ejemplo, en este caso de las molestias indirectas, lo tenemos en Guadalajara capital, en la columna que alberga cinco nidos de cigüeña en la zona del Minizoo. En 2021, el Ayuntamiento mandó realizar tareas de silvicultura justo debajo de la estructura en plena época de reproducción: “Les advertimos -comenta Serrano-, llamamos a la Concejalía y conseguimos parar las actuaciones, pero en 2022 hicieron lo mismo y ya directamente llamamos a la Guardia Civil, que paró las labores. Esperemos que este año no ocurra lo mismo”. 

 

Desde Dalma se llama la atención a los ciudadanos particulares y a instituciones y administraciones para que se respeten las zonas de nidificación lo máximo posible en la época de cría: “Cuando están incubando los huevos, es la época más crítica para las cigüeñas porque si se las molesta, se levantan y están mucho tiempo fuera del nido, los huevos pueden enfriarse y echarse a perder”. 

 


Las cigüeñas ponen habitualmente entre uno y cinco huevos. E incluso hay puestas mayores pero son muy raras. No todos llegan a término porque se trata de una especie que tiene mucha mortalidad en el nido. De hecho la productividad es de una media de 1,77 pollos por pareja. “Tienen problemas con las cuerdas que se dejan en el campo, que los adultos consideran que son ramas o incluso otras cosas que encuentran que les gustan para los nidos. Las llevan allí y los pollos se enredan con ellas. En Marchamalo el año pasado y el anterior tuvieron que intervenir los Bomberos para desenredar a los pollos y eso pasa en bastantes nidos”. 

 


Además de la mano del hombre y a pesar de que los censos se van recuperando, la cigüeña blanca se enfrenta a otros retos, como la desaparición de los hábitats de los animales básicos en su alimentación: anfibios, reptiles, grandes insectos (saltamontes, langostas y escarabajos) y, especialmente, roedores. Los cambios en los cultivos en los últimos tiempos han hecho que escaseen ratones y topos: “Comen mucho roedor, sobre todo en alfalfas y la alfalfa está desapareciendo como cultivo, además de que se está introduciendo el riego por aspersión. Las alfalfas se regaban por inundación y, según se inundaban madrigueras y toperas, las cigüeñas iban al borde del agua y cazaban ratones y topos. Ahora no tienen esa oportunidad”, se afirma desde Dalma. 

 

No obstante, no les falta alimento, ya que es una especie muy oportunista y encuentra en los vertederos un lugar donde encontrar alimento fácil. 

 


Al contrario que otras especies, el cambio climático no supone un peligro para la cigüeña. Tan sólo ha provocado cambios en sus hábitos migratorios. Si bien antes pasaban el invierno fundamentalmente en África, ahora las buenas temperaturas les hacen quedarse en zonas cálidas de España. Incluso algunas parejas invernan en la provincia: “Estamos viendo que el cambio climático no les afecta mucho. Las temperaturas son más suaves en invierno y hay muchas especies que ya no invernan y se quedan en las zonas de alimentación. En Guadalajara se quedan bastantes, sobre todo desde Fontanar hacia Madrid”.

 


En cuanto a la media de edad de las cigüeñas llama la atención la longevidad de algunos ejemplares habituales de Guadalajara, conocida gracias a las labores de anillamiento que realiza el Colectivo Ciconia de Alcalá de Henares. Hay dos que llaman la atención: una que anida en Humanes que tiene 17 años y otra que está criando en Galápagos, que este año cumple 20 años.Jesús Serrano recuerda incluso una que hasta hace dos años anidaba en Alcalá, “que anillamos nosotros en Villaseca de Uceda y que llegó a los 32 años. A esa edad dejamos de verla”. 

 


El trabajo del Censo de Cigüeñas de Dalma se centra en la observación, la vigilancia y la divulgación de datos para trabajos de investigación o difusión relacionados con la cigüeña blanca. Cualquier persona que necesite información o que sea testigo de algún daño provocado en los nidos o a los animales puede ponerse en contacto con la Asociación a través del mail dalmaguadalajara@gmail.com y del teléfono 633 332812. 

 

Inagem: Dalma
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S.O.S NIDOS

 

Según la información publicada en un reciente estudio de la organización SEO/BirdLife, la cigüeña blanca es una especie abundante, ampliamente distribuida en España y su población presenta un estado de conservación favorable en la actualidad. Actualmente está considerada como de “Preocupación menor” ya que sus poblaciones se han recuperado notablemente en las últimas décadas. 

 


La organización lleva a cabo un programa denominado S.O.S. Nidos, cuyo objetivo es concienciar sobre la importancia de las denominadas aves urbanas en la biodiversidad. Así, recuerdan que las cigüeñas, junto a Las golondrinas, los aviones y los vencejos, son aves protegidas por las leyes europeas, nacionales y por convenios internacionales y  todas ellas están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lesrpe).

 

SOE Brid/Life recuerda que la legislación prohíbe dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a todos los animales silvestres (art. 54.5 Ley 42/2007)y, para las incluidas en el Lesrpe, está prohibida la destrucción o deterioro de sus nidos, vivares y lugares de reproducción, invernada o reposo. Además, desde su última modificación del año 2015, el Código Penal amplía la protección a estas especies y prevé pena de prisión de hasta dos años para quien las cace, las destruya o realice actividades que impidan o dificulten su reproducción o migración.

 

Por tanto, se afirma desde la organización, “la eliminación o destrucción de nidos de estas especies es una práctica ilegal y solo puede hacerse recurriendo a una  autorización administrativa previa del órgano ambiental competente”. Dichas autorizaciones sólo se pueden conceder de manera excepcional y de forma justificada y deben respetar el periodo de cría. En caso de que haya que retirar un nido por motivos de seguridad, deben ofrecerse alternativas viables para la nidificación. 

 

“Sin embargo, en muchos casos ni siquiera se solicitan estas autorizaciones y de hecho, cada año, SEO/BirdLife recibe decenas de denuncias ciudadanas por casos de destrucción de nidos, lo que da una idea de la dimensión del problema y de la necesidad de mayor información y sensibilización al respecto”, se afirma desde su página web. 

 

Si alguien observa alguna de estas conductas lesivas hacia las aves protegidas, se recomienda comunicarlo a los agentes forestales llamando al 112 o contactar con el Seprona de la Guardia Civil a través del 062. “Estas especies están especialmente protegidas. No dudes en denunciar”, se insiste desde SEO/BirdLife. 

 

Imagen: Dalma
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