Ha caído en mis manos una lectura esta semana acerca del existencialismo, esa filosofía del S. XX que se centra en la manera en que los humanos existen en el mundo. La idea de que primero existimos y luego, cada uno de forma individual, vamos cambiando nuestra esencia y pensamos. Esta corriente entiende el “libre albedrío” innato del idealismo, concediendo a la persona a actuar según su voluntad, olvidándose, en muchas ocasiones, de la ciencia o de la moralidad. Es curioso, pero rápidamente me han venido a la mente situaciones que estamos viviendo en la actualidad que bien podían enmarcarse en esta filosofía. Quiero llamar la atención sobre eso, sobre el libre albedrío, sobre todo en la parte del juzgar.
Muchas personas consideran el existencialismo desde el sinsentido de la vida, de venir de la nada y encaminarnos a la nada. Siendo así por qué no vivir con la autenticidad que te otorga tu propio pensamiento, tu propia moral y la apreciación de cada momento de la vida. En definitiva, se trata de eso, de aprovechar la incalculable oportunidad que nos da el hecho de estar vivos y poder disfrutar de cada momento.
De ahí el título del artículo de hoy, el propósito, que no es sino el fin que ha de alcanzarse para comprender el paso por la vida. Aquí es donde debemos comprender el significado de la experiencia que llevamos a cabo para poder continuar, pese a que haya elementos que se empeñen en menospreciar la comprensión de esa experiencia y su propósito sea el boicotear la vida de los demás, de la forma que sea.
Es como llegar a una bifurcación de caminos en la que encontramos señales en varias direcciones. ¿Cuál es el propósito de las señales? Ayudarnos a elegir uno de los caminos, por kilómetros o por dirección. ¿Y el significado? Ofrecernos información acerca de las opciones que podemos tomar. Sin embargo, si estamos en otro país del que desconocemos el idioma las señales no significarán mucho porque no las entendemos. Es el claro ejemplo de que podemos encontrar un propósito sin significado. Puede ser que entendamos los carteles, pero no tengamos la suficiente gasolina para dirigirnos a cualquiera de los destinos. En este caso los carteles tienen significado, pero el propósito no nos sirve. Por lo tanto, también podemos encontrar significado sin propósito.
Cuando consultamos un mapa, el significado de este es la representación del territorio y el propósito es ayudarnos a llegar a nuestro destino, lo que no será bastante por el mero hecho de marcar una ruta porque se podría confundir significado y propósito. Por lo tanto, el significado no es el propósito, de igual forma que el mapa no es el territorio.
Aquí radica la importancia de tener un propósito, de tener un objetivo que alcanzar. Tener el mejor mapa no sirve de nada si no tenemos la intención de ir a ningún sitio. Aunque, a veces, también pueda resultar divertido empezar algún viaje sin ningún mapa, sin propósito, aunque el mismo puede estar precisamente en disfrutar de la sorpresa. Sea como sea, el significado y el propósito dependen de uno mismo, incluso las cosas más raras de explicar pueden tener un gran propósito.
Estamos más a gusto con nuestras vidas cuando creemos tener un propósito, aunque no lo sepamos. Pero tenerlo claro nos supone una carga de felicidad añadida porque sabiendo el propósito comprendemos de mejor manera su significado. Hay muchas cosas con significado que no forman parte de nuestro propósito y encontramos significado en muchas cosas de las que desconocemos su propósito.
Puedes tener tantos propósitos como quieras en tu vida. Puedes tener como propósito encontrar el propósito. Lo importante del propósito es que sea tuyo, que no intentes apropiarte del propósito de nadie. El propósito debes encontrarlo por ti mismo, aunque te cueste mucho esfuerzo y mucho tiempo. Ahí está la esencia del propósito, aunque no tenga significado. Pero puedes mirar hacia dentro para entender y comprender el significado del tuyo propio.
Entender nuestras vidas es una tarea bastante difícil y sabiendo que lo es nos empeñamos en intentar entender las de los demás o, mejor dicho, nos esforzamos en criticarlas, en cotillear esas de las que no conocemos ni los propósitos ni los significados. Por eso busca en ti tu propósito y dale el significado que quieras para ti. Lo más importante lo tienes tú.
Categorías: