Como ya auguramos en el Editorial de El Decano de Guadalajara de la pasada semana, nuestra singular y curiosa galería de retratos -de la que ya forman parte ‘El candidato machista’, ‘El candidato ocupado’ y ‘El candidato a la fuga’-, suma un rostro más. En esta ocasión, se trata de ‘El candidato sorpresa’. Su nombre, Nacho Redondo, cabeza de lista del Partido Popular de Guadalajara a las Cortes de Castilla-La Mancha.
Sorpresa es la palabra para definir la sensación que se nos quedó a los medios de comunicación al desvelarse el candidato, un puesto que tenía no pocas novias y novios entre los dirigentes del PP provincial, donde más de uno y de una anda por algún rincón lamiéndose las heridas. Cierto es que fue una de las personas que sonó para ir en la lista al Ayuntamiento de la capital e incluso, en los mentideros políticos, se rumoreó que se barajaba como número 1. Hasta que llegó Ana Guarinos y puso orden.
Nacho Redondo es amable en el trato, un hombre afable, conocido en Guadalajara por sus actividades solidarias y por su implicación en causas sociales. Sin embargo, tiene un importantísimo ‘pero’: su nula experiencia política. Por supuesto que esta circunstancia no es obstáculo para que cualquier ciudadano o afiliado a un partido sea candidato. Ni muchísimo menos. Pero cuando se trata de ocupar el primer puesto en una lista, sería exigible, al menos, cierta soltura en las lides políticas o experiencia en la gestión de la cosa pública. Y al bueno de Nacho le queda mucho por aprender, teniendo en cuenta el poco tiempo del que dispone para ‘curtirse’. Un mes exacto para las elecciones.
La estrategia del PP de Guadalajara al confeccionar la lista a las Cortes regionales queda meridianamente clara. A falta de un nombre de consenso que no reabra viejas y nuevas rencillas en el partido entre ‘Los Romanes’ y ‘Los Guarinos’, se opta por una marca blanca. Una persona que puede conseguirle muchos votos por su popularidad en determinados círculos de la ciudad y su larga lista de amigos, conocidos y simpatizantes. Pero hasta la fecha, ni siquiera aparecía en el organigrama provincial del PP.
Al menos cabría esperar que, ante su falta de experiencia, en los primeros puestos de la lista estuviera acompañado por nombres con peso político, pero nada más lejos de la realidad.
En el número 2 se coloca a la jovencísima Itziar Asenjo, actual concejala del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Guadalajara, que casi ha pasado desapercibida públicamente a lo largo de esta legislatura. De ser prácticamente una desconocida y con cargo de secretaria del PP en la capital, en los últimos dos meses ha comenzado a despuntar. Es una de las portavoces de la campaña popular y le han encomendado tareas de responsabilidad, como la aparición en ruedas de prensa, una de ellas incluso en Toledo esta misma semana, en las que todavía no se mueve precisamente como pez en el agua si se le saca del guión con alguna pregunta ‘inesperada’.
Vayamos al número 3, el deportista paralímpico, campeón del mundo de triatlón, Daniel Molina. En su cuenta de Facebook aseguraba: “No soy político, soy deportista, no sé de política, sé de deporte y sé de lo que necesitan los deportistas. Aportaré todo lo que sé para que los deportistas de Castilla La Mancha se sientan apoyados y respaldados por su gobierno”. Más claro el agua. Molina es también una buena baza para sumar votos en el mundo del deporte y de la discapacidad, pero carece de la vena política necesaria para ocupar un puesto de salida en unas elecciones tan decisivas para Castilla-La Mancha como las del próximo 28M.
No ponemos en duda la valía personal y profesional de ninguna de las tres personas que aparecen en los primeros puestos de la lista, que han demostrado ser valientes al asumir esta responsabilidad. Si se trataba de arañar votos al PSOE, el PP ha diseñado una buena estrategia. Pero, a nivel político, deja mucho que desear.
El parlamento regional es una institución dura, con debates políticos de mucha altura y, sinceramente, creemos que ni Nacho, ni Itziar, ni Daniel están aún preparados para ello.
Tampoco se lo están poniendo fácil desde el partido. Si al menos tuviesen una base sobre la que trabajar, sería más fácil para ellos manejarse en sus comparecencias públicas, en las que no se salen un ápice del argumentario marcado desde Toledo. Y como el PP de la región está afanado en esta precampaña en hablar en la región de política nacional y apenas ha presentado dos pobres propuestas, en un programa marco lleno de generalidades que se repite por activa y por pasiva en cada acto, los candidatos a las Cortes por Guadalajara todavía no nos han dado un buen titular. Y exactamente lo mismo ocurre con la candidata a la Alcaldía de Guadalajara, ocupada en criticar los problemas de la ciudad y afirmar que tienen proyecto para solucionarlos pero, de momento, no conocemos ni una iniciativa concreta a nivel municipal.
¿Para cuándo el programa con medidas concretas para Guadalajara y para Castilla-La Mancha señores del PP? Se les echa el tiempo encima. Tic Tac.