La Caballada de Atienza cumple 856 años

La Fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, Regional y Provincial, se celebra mañana domingo, a partir de las 10 horas. Los atencinos abrirán boca hoy con el 'Sábado de las Siete Tortillas', en la Plaza del Trigo

Atienza se  pone de largo este fin de semana para acoger en sus calles la tradicional Caballada, una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, Regional y Provincial, que este año cumple su 856 aniversario. 

Los actos comenzarán hoy con el tradicional 'Sábado de las Siete Tortillas' con la actuación de los Dulzaineros de la Pinocha” (Sigüenza), a las 9 de la noche en la Plaza del Trigo. Se invitará a los asistentes a la degustación gratuita de tortilla, chorizo y vino.

La Caballada propiamente dicha arraancará a las 10:00 horas de la mañana del domingo de Pentecostés cuando los hermanos de la “Cofradía de la Santísima Trinidad” se reunirán en la casa del Prioste para cumplir con el legado heredado de sus antepasados: el gremio de recueros y mercaderes. Será entonces cuando se inicie una de las romerías más peculiares y más antiguas de España. 

Este año, además, los asistentes podrán participar en el “XI Concurso de Fotografía La Caballada-Santiago Bernal”. 

La fiesta

En el año 1162, Atienza estaba sitiada por el ejército leonés, ansioso de apoderarse del infante Alfonso VIII, heredero del trono de Castilla, que entonces tenía sólo siete años. Los atenzinos idearon una estratagema para salvarlo: disfrazándolo de arriero, partieron con él a caballo, y pasaron ante las mismas narices de las fuerzas leonesas, simulando una romería. Hoy, nueve siglos después, los vecinos vuelven a salir de Atienza, cada año, en su Caballada, ataviados con capa y sombrero español, seguidos por las gentes de a pie. En la misma romería improvisada en el siglo XII, que hoy hace Real la Cofradía de la Santísima Trinidad, llamada antes de arrieros, cabalgando desde la ciudad hasta la ermita de la Estrella.

El día grande de La Caballada es el Domingo de Pentecostés. Desde muyu temprano, los hermanos acuden en caballerías vistosamente enjaezadas a casa del "prioste", y desde allí a la del abad, y todos juntos se encaminan en romería a la ermita de la Estrella. Una vez allí, bajan de sus caballerías y comienza la procesión, siendo muy curiosa la subasta de los banzos o brazos de las andas, cotizada en celemines de trigo.

El entorno

Además, de disfutar de la fiesta propiamente dicha, los turisras podrán disfrutar de otros actractivos que ofrece la zona de Atienza, como la propia villa, declarada Conjunto Histórico Artístico de la provincia de Guadalajara, donde se pueden retomar los pasos del Cid, seguir las huelllas del Románico, respirar naturaleza, descubrir la arquitectura tradicional y disfrutar de una excelente gasatronomía en la que destaca el cordero asado con pasas y cogollos.

Asimismo, se puede visitar el Museo de La Trinidad, que expone obras de arte sacro junto a una importante muestra de la Fiesta de La Caballada; el Museo de Arte Sacro de San Gil, engalanado con un magnífico artesonado y que atesora pinturas, esculturas, orfebrería, arqueología, minerales, fósiles y heráldica; el Museo de Arte Religioso y Paleontológico de San Bartolomé, que ofrece una exposición con un gran repertorio de obras de arte religioso y una de las mejores y más importantes colecciones paleontológicas de Europa, con un extenso muestrario de fósiles, materiales paleontológicos y arqueológicos.

Y cómo no, el Castillo de Atienza, que fue una de las fortalezas que intimidaron al Cid Campeador en el camino de su destierro, mencionado en El Cantar del Mío Cid como la "peña muy fuerte".  De esta fortaleza se conserva, principalmente, su gran torre del homenaje, y la puerta de acceso, con arco de medio punto, ubicada junto a un torreón de planta cuadrada. En el patio se encuentran dos aljibes tallados en la roca, uno de ellos con parte de la bóveda de ladrillo que lo cubría.

La fortaleza se rindió por breve tiempo al rey de Asturias Alfonso III,  en el siglo IX. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, no quiso pasar frente a ella a la luz del día, por considerarla “peña mui fuert”. Alfonso VI la conquistaría para territorio cristiano, apoyando con ella la defensa del Señorío de Molina.

Pero el momento cumbre en la historia de Atienza lo protagonizaría el rey Alfonso VIII. La familia Lara lo depositó en la villa, confiando en la fortaleza de su castillo. Pero los vecinos, al ver llegar el gran ejército del rey Fernando III de León, que pretendía secuestrarle para reinar en Castilla, lo disfrazaron de arriero, saliendo de la ciudad, y salvándolo. Alfonso VIII premió a la villa con diversos privilegios, y rehizo su castillo y murallas. De aquí, la fiesta de La Caballada.

El acceso al Castillo es libre.