Transparencia cero

“Necesitamos un gobierno municipal transparente”, así reza el punto décimo del decálogo incluido en el pacto suscrito entre el PP y Vox en el Ayuntamiento de Guadalajara, que rubricaron ambas formaciones hace casi un mes. Poco ha durado este compromiso, ya que la cacareada transparencia, de momento, está brillando por su ausencia.

En el acto de la firma del acuerdo entre Ana Guarinos y Javier Toquero, se presentó ante los medios de comunicación un texto lleno de generalidades y buenas intenciones en el que no se incluía ninguna medida concreta para la ciudad, aunque nos indicaron que el documento ‘real’, que no se facilitó, consta de más de 50 páginas en las que se incluyen “numerosos ejes estratégicos y medidas concretas de Gobierno municipal”. 

El Decano de Guadalajara lleva desde el minuto cero reclamando el contenido completo de este texto con el objetivo de que los ciudadanos conozcan exactamente qué programa piensan aplicar los firmantes del pacto en Guadalajara. Porque de sus intenciones y proyectos nada sabemos. Ni en materia de servicios sociales, ni de infraestructuras, ni de igualdad, ni de fiscalidad, ni de seguridad, ni de barrios, ni de inversiones, ni de gasto,... Y así, un largo etcétera. 

A pesar de nuestra insistencia machacona, a un mes de la toma de posesión del nuevo equipo de Gobierno PP-Vox, el proyecto de ciudad que se ha negociado continúa siendo una incógnita. Lo que nos hace pensar que el pacto, guardado bajo las siete llaves cual Arca Perdida, o bien contiene demasiados secretos que no se quieren revelar, o bien realmente no existe y no hay un proyecto para la ciudad, dejando la gestión a la improvisación. Algo que no se puede permitir un Gobierno que, salvando dos o tres nombres, está integrado por personas que en su vida han gestionado lo público y desconocen totalmente el funcionamiento de la Administración municipal. Ya lo advertimos hace un mes: ¡Que nos pille confesados!. 

En lo que sí han sido transparentes, especialmente los señores de Vox, ha sido en la contratación de dos ‘hermanísimos’ como personal de confianza. Javier Toquero ha hecho más suyo que nunca el lema de ‘Cuida lo tuyo’ y ha contratado a su hermano como coordinador de la Primera Tenencia de Alcaldía, precisamente de la que él es titular. Partiendo de la base de que se trata de una contratación totalmente legal, llama la atención que una de las primeras medidas de Vox al frente del Ayuntamiento haya sido precisamente buscar cargos -y sueldos- a sus familiares. 

El otro ‘hermanísimo’ al servicio de la ultraderecha, en este caso como asesor, es Juan Antonio Pérez Borda, quien ya ocupó ese mismo cargo en la anterior legislatura junto a su hermano, el anterior teniente de alcalde, Rafael Pérez, de Ciudadanos. Resulta curiosa, cuanto menos, la querencia de Juan Antonio por las dependencias municipales, porque lleva años por los pasillos del Consistorio asesorando a diestro y siniestro sin importarle colores, ya que ha pasado del azul del PP, al naranja de Ciudadanos y, ahora, al verde de Vox. Gran capacidad camaleónica, sí señor. 

Y mientras unos entran, otros salen. Además de la dimisión de la concejala socialista Sara Simón, recién nombrada consejera de Igualdad en el Gobierno de Emiliano García-Page, otras dos ediles han abandonado el barco. A dos semanas de su toma de posesión, la primera en renunciar a su cargo, “por motivos personales”, fue la concejala del PP, María Montero, que había asumido las competencias de Recursos Humanos, Promoción Económica y Empleo. La baja más reciente, esta misma semana, ha sido la de Sagrario Muñoz, de Vox, alegando también "circunstancias de carácter personal”. 

Fuentes consultadas por El Decano de Guadalajara han confirmado que su dimisión viene realmente motivada por las discrepancias surgidas en el seno de Vox Guadalajara entre el sector 'oficialista', fiel a las decisiones de Santiago Abascal, y los 'díscolos', discrepantes con las imposiciones que llegan desde Madrid, entre ellas la elección de los dos diputados de la formación en la Diputación Provincial y la del ‘Paracaidista’  Ángel López Maraver, mano derecha de Abascal y aficionado como él a la escopeta, como número 1 al Congreso por la provincia, una tierra que apenas ha pisado en los cuatro años en los que ha sido su representante parlamentario. 

Ante el espectáculo que está dando Vox en Guadalajara, desde el partido se afanan en callar y esconder la revuelta que se está produciendo en el seno de la formación en la provincia, donde se avecina una cascada de dimisiones. A ver si es capaz el gran jefe Abascal, que mañana estará de campaña en la capital, de poner orden en sus filas. Que lo podrá, menudo es él. Eso, si es que entre los asistentes a su mitin hay alguien de Guadalajara, ya que en el que ofreció en la plaza de Santo Domingo en las elecciones municipales, se trajo a la mayoría de la clá en autobuses desde Madrid. Por aquello de asegurarse el lleno.

Y mientras unos y otros van colocando a amigos y familiares, designado a personal de confianza, fijándose sueldos y decorando sus nuevos despachos, los guadalajareños estamos a verlas venir. Sin información. Sin saber. Sin conocer apenas las caras de quienes van a regir nuestra ciudad porque poco se está viendo a los nuevos concejales y concejalas del equipo de Gobierno en las calles, en esa tan cacareada política de cercanía que anunciaron en las elecciones.

Empezamos bien.