Una alcarreña, en el grupo investigador de la UAH que abre brecha contra el cáncer con nanomateriales

Publicado por: Marta Perruca
01/01/2021 08:36 PM
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Sandra García forma parte del Grupo de Dendrímeros para Aplicaciones Biomédicas, un campo ‘en boga’ con un gran potencial

 

La provincia de Guadalajara ha dado una gran cantidad de investigadores e investigadoras que desarrollan sus trabajos desde diferentes disciplinas científicas o técnicas con el fin de generar avances que, en definitiva, mejoren nuestra calidad de vida o consigan alumbrar parcelas del conocimiento de las que hasta ahora no se sabía nada. En algunos casos desarrollan sus investigaciones muy cerca y, sin embargo, su labor es igual de importante que desconocida. De la misma manera, los avances resultantes de esas investigaciones tienen que superar una auténtica carrera de obstáculos para implantarse en la sociedad.

La doctora Sandra García Gallego nació en Guadalajara, desarrolló sus estudios desde Primaria a Bachillerato en esta capital arriacense y estudió Química en la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), donde actualmente es investigadora “Beatriz Galindo” del Ministerio de Educación en el Grupo de Dendrímeros para Aplicaciones Biomédicas, tras pasar cinco años en Suecia de estancia postdoctoral. Esta joven científica alcarreña ha trascendido a nivel mundial, consiguiendo ser nominada en la revista Forbes como una de las jóvenes promesas en salud y medicina. También ha obtenido el reconocimiento de la revista “Scientific American” como una de las “30 under 30” y, además, ha sido seleccionada para la Reunión Lindau con Premios Nobel de Química.

Desde el Grupo de Dendrímeros para Aplicaciones Biomédicas de la UAH desarrolla varias líneas de investigación en la especialidad de los nanomateriales y nanopartículas que tienen un gran potencial en aplicaciones biomédicas y cosméticas: “Algunas de las vacunas que se están utilizando ahora mismo para el Covid-19 utilizan nanopartículas, principalmente basadas en lípidos. Es una estrategia novedosa que, afortunadamente, está dando muy buenos resultados y creo que poco a poco esta área va a llegar lejos”, comenta.

Se trata, según aclara Sandra, de “un tipo de materiales que tienen un tamaño muy pequeño, es decir, trabajamos en la nano-escala y con eso conseguimos unas propiedades que no aparecen en los materiales macroscópicos, que son más grandes y, por tanto, los podemos ver”. El objetivo de estas investigaciones, explica la científica, es “aprovechar esas propiedades para intentar proponer soluciones que sean completamente novedosas a problemas de salud que ahora mismo tienen un gran impacto a nivel global, pero los tratamientos o terapias que se están utilizando no están funcionando como deberían”. Entre otras enfermedades, este grupo está trabajando en la búsqueda de soluciones frente a la resistencia a los antibióticos y en el diseño de terapias personalizadas y selectivas contra el cáncer, enfermedad para la que es muy difícil encontrar un tratamiento global.

“El cáncer es una enfermedad que tiene tantas diferencias entre un tipo de cáncer y otro, que es muy difícil establecer una solución global a todos ellos. Lo importante es desarrollar terapias nuevas lo más efectivas posible, que necesiten el menor número de dosis, en el menor tiempo de quimioterapia, para que los pacientes no sufran efectos secundarios”, aclara la investigadora para quien “hacer tratamientos que sean mucho más selectivos y que solo lleguen al tumor, hace que sean más efectivos y puedan reducir esa toxicidad y efectos secundarios, lo que es un avance muy prometedor”.

Gracias a esta línea de investigación y en colaboración con el Departamento de Biología de Sistemas de la UAH, han conseguido encontrar un posible tratamiento para el cáncer de próstata resistente para el que actualmente no existía ninguna terapia, salvo tratamientos paliativos. En esta línea, siguen investigando para trasladar sus resultados a la clínica lo antes posible.

El Grupo de Dendrímeros para Aplicaciones Biomédicas está formado por dos catedráticos, y tres profesores además de Sandra, siendo ella la única guadalajareña. “En la actualidad, también tenemos varias estudiantes de doctorado e investigadoras postdoctorales, todas ellas chicas, lo cual es muy interesante, además de  varios estudiantes  de máster y de grado”, comenta García Gallego.

Una carrera de obstáculos

La trayectoria de este equipo ha estado siempre muy vinculada a Guadalajara y al Parque Científico y Tecnológico, donde en 2010 implantaron una empresa que llamaron “Ambiox Biotech” con el fin de impulsar el desarrollo de “un gel microbicida contra al VIH basado en las nanopartículas que preparamos en el laboratorio”.

Los investigadores españoles no sólo se enfrentan al reto de obtener resultados que marquen una diferencia y resulten beneficiosos para la sociedad, sino también a la búsqueda de canales efectivos para que esos hallazgos tengan una implantación real.

De esta manera, Ambiox estuvo funcionando durante varios años, pero finalmente, relata la investigadora, tuvo que cerrar ante la imposibilidad de encontrar financiación para hacer frente a todos los gastos y al mismo tiempo seguir avanzando en ensayos clínicos que permitieran su lanzamiento al mercado: “Siempre quedan las patentes y toda la información y se está intentando continuar con el trabajo, aunque evidentemente mucho más despacio de lo que se esperaba”.

Actualmente trabajan desde dos perspectivas diferentes. Por un lado, están intentado contactar con empresas que puedan tener interés en explotar los materiales que están desarrollando y al mismo tiempo, ver qué tipo de intereses y necesidades tienen determinadas empresas para estudiar posibles vías de colaboración.

En este sentido, la investigadora no puede evitar hacer comparaciones con su experiencia personal en Suecia donde desarrolló un interesante proyecto para el desarrollo de adhesivos que pudieran utilizarse en las fracturas de huesos, sustituyendo a las placas y tornillos que se utilizan en la actualidad: “Desarrollamos las patentes de los materiales; hicimos unos ensayos preliminares y generamos una empresa “Biomedical Bonding” con el objetivo de impulsar todo este tipo de productos e ir cumpliendo la normativa para poder entrar en el mercado y veo que van avanzando de una manera más o menos rápida”.

Sandra considera que a diferencia que España, “Suecia es un país que está apoyando muchísimo a la investigación”.  En este sentido asegura que en Suecia es “mucho más fácil montar una empresa” mientras que en España “se ponen muchas trabas”. Por ejemplo, “allí si no tienes ingresos no tienes que pagar nada por el mantenimiento de la empresa”, lo que permite a los investigadores “llegar mucho más lejos y mucho más rápido”. “España tiene mucho potencial humano pero la inversión en ciencia debe mejorar. Este apoyo es imprescindible para poder generar un verdadero impacto en la salud de la población”.

 
 

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