David contra Goliat

Publicado por: El Decano
17/11/2023 12:19 PM
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Tras tres intensos días de paro y de lucha en la calle, los trabajadores de la Logística de Guadalajara han conseguido doblegar a las patronales del sector en la provincia. Al filo de la medianoche de ayer jueves, los sindicatos UGT y CCOO y las patronales UNO y CEOE-Cepyme llegaban a un acuerdo que ha llevado a la desconvocatoria de una huelga que amenazaba con convertirse en indefinida.


Tres días en los que 40.000 familias de Guadalajara han plantado cara a las grandes multinacionales para decirles: ¡Basta! Basta de explotación laboral, basta de condiciones laborales de esclavitud, basta de precariedad salarial, basta de abusos y basta de tratar a sus empleados como a la mercancía que sale de sus almacenes, como simples objetos que empaquetar, como simples números en un cuadrante, en lugar de considerales personas que se dejan la piel día a día para engrosar los pingües beneficios de estas todopoderosas empresas.


La clase obrera de Guadalajara se ha unido como nunca y ha dado un toque de atención: aquí no vale todo por un salario indigno. No vale poner en riesgo su salud cada día que acuden a su centro de trabajo. Y menos en una provincia que tiene los índices de siniestralidad más altos de toda la región, especialmente en el sector Servicios y con especial incidencia en las naves logísticas, donde los esfuerzos físicos y la nula política de prevención de riesgos está creando un ejército de lisiados entre sus asalariados.

 

En las negociaciones para la firma del convenio todas las partes han cedido. En eso consiste precisamente una negociación. Pero los sindicatos se han encontrado con la cerrazón de la gran patronal de la Logística, UNO, empeñada en no negociar ni un punto relativo a la salud laboral y la conciliación. Una sinrazón absoluta porque estas reivindicaciones no les cuestan ni un mísero euro. Los sindicatos denuncian que empresas como GXO, DHL e ID Logistic, precisamente las que más trabajadores aglutinan en los polígonos industriales de Guadalajara, han mantenido una actitud “vergonzosa” en todas las mesas negociadoras. Pero finalmente se han visto obligadas a claudicar porque los trabajadores han paralizado el sector durante tres días, generando no pocas pérdidas en las cuentas de beneficios de ‘los señores de la Logística’. David ha vencido a Goliat. En la calle, en las puertas de las fábricas y en las mesas de negociación. 


La patronal UNO se ha mantenido muy activa esta semana remitiendo notas de prensa en las que, según los sindicatos, ha mentido. Cifraba la participación en los paros en un 10%. Nada más lejos de la realidad porque la huelga ha sido secundada de forma masiva. En algún comunicado calificaba las peticiones sindicales de “abusivas” añadiendo que “ningún convenio sectorial puede soportar esta petición en un sector con unos márgenes empresariales tan estrechos como el de la Logística”. ¿Márgenes estrechos? Según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la cifra anual de negocio del sector alcanza los 101.000 millones de euros. A más de uno debería caérsele la cara de vergüenza. 

 

Por poner un pero a las movilizaciones de los trabajadores, no es de recibo que en algunos de los piquetes que se han formado a la entrada de las empresas, se haya increpado e insultado a los trabajadores que no quisieron secundar la huelga y que, en al menos un caso, tuvieron que ser protegidos por la Guardia Civil para entrar a las naves. Los piquetes han de ser informativos y no coercitivos. Tanto derecho tienen unos a la huelga como otros a trabajar. Al margen de determinados comportamientos que no deberían permitirse, en general, las protestas han sido reivindicativas y pacíficas a pesar de que UNO denunciaba que los polígonos de Quer, Cabanillas y Marchamalo se habían convertido en “territorios sin ley”. Territorios sin ley han sido algunas empresas, que durante la huelga han tratado de contratar personal eventual para sacar adelante su producción. De eso, no habla UNO en sus notas.  


En los últimos meses, y tras demasiados años de silencio, la lucha obrera ha regresado a las calles de Guadalajara. Ahora ha sido la Logística. Le han precedido las trabajadoras de las escuelas privadas de Educación Infantil, las del sector de la Limpieza, las de los comedores escolares de Mediterránea, los funcionarios de Justicia, los bomberos del Geacam, los transportistas, los trabajadores de la grúa municipal de Guadalajara, los de Bormioli y ADEA en Azuqueca y los de Jazzplat en la capital. 


El elevado coste de la cesta de la compra, los abusivos precios de la vivienda en propiedad y alquiler, los bajos salarios, la inestabilidad laboral y un largo etcétera de problemas están haciendo mella en los ánimos y en los bolsillos de los ciudadanos y, por tanto en sus condiciones de vida, que en demasiados casos roza los límites de la pobreza, incluso entre los asalariados. Lo nunca visto. 


Los ciudadanos están más que hartos y se empieza a notar. Tomen nota empresarios y administraciones porque la clase obrera de Guadalajara, por fin, está empezando a hablar. Del silencio conformista al conflicto en las calles sólo hay un paso. 


Y el vaso está a punto de rebosar.  

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