FACHOSFERA

En un clima político, muy a menudo cargado de tensión, el lenguaje y las expresiones que utilizamos no solo deberían reflejar nuestras posturas, sino también nuestra disposición a la convivencia democrática.

Esta semana hemos escuchado al Presidente del Gobierno utilizar el término "fachosfera" para describir a la "oposición frentista de derechas", un juego de palabras que ha generado controversia. Sin embargo, es crucial entender este término no como un insulto a los votantes de derechas, sino como una crítica a ciertos sectores de la esfera política que a menudo recurren a la descalificación y la polarización.

Quien quiera entender que lo entienda y quien quiera darse por aludido que lo haga, pero que no tergiverse el verdadero significado de la palabra. FACHOSFERA se refiere a todos esos representantes políticos, económicos, tribunas mediáticas y baluartes judiciales de la derecha y la ultraderecha española que buscan polarizar, insultar y generar una desconfianza con el único fin de derrocar a un Gobierno legítimo de dos partidos de izquierdas, exponiendo a la sociedad a un ruido descomunal para desmovilizar al electorado.

En este contexto, es importante recordar otros episodios que han marcado el discurso político. Por ejemplo, la frase "me gusta la fruta", empleada por el Partido Popular, fue una alusión despectiva hacia el propio presidente durante una sesión en el Congreso, donde se le insultó llamándole "hijo de puta", palabras inaceptables en cualquier debate civilizado. Este tipo de retórica no contribuye a la construcción de un diálogo productivo y solo sirve para ahondar las divisiones. Pero suena mejor "hijo de puta" que la palabra "fachosfera", claro.

Del mismo modo, las manifestaciones en la sede de Ferraz, donde se colgó y apaleó un muñeco que representaba al presidente, cruzan la línea de la protesta legítima y entran en el terreno de la violencia simbólica, algo que debe ser rechazado por todos los actores políticos y la sociedad en su conjunto. Estos actos no solo son un ataque a una figura política, sino a la democracia misma y a los principios de respeto y tolerancia que deben prevalecer en ella. Pero queda más guay apalear a un muñeco que representa al presidente que la palabra "fachosfera", claro.

O mismamente este pasado domingo, después del acto que organizó el PP contra la "amnistía", otra nueva concentración en las inmediaciones de Ferraz, manteando unos muñecos de Puigdemont y del presidente al grito de "1, 2 y 3 colgarle por los pies" queda muchísimo mejor que la palabra "fachosfera", claro.

Y dicho lo anterior, que quede claro: no me gusta la palabra FACHOSFERA.

Pero centrémonos en lo importante. Todos los avances en la política social demuestran un compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad y reflejan una visión de progreso y solidaridad. Y ahí es donde intenta estar el Gobierno de progreso que lidera el PSOE. Si el resto de los partidos se centraran en ello, en lugar de volcarse en el lenguaje divisorio y las acciones provocativas, nos haría encontrarnos con esas políticas que deben generar un impacto positivo en la vida de las personas.

Hay hechos que merecen ser destacados por su impacto positivo en la vida de los ciudadanos. Las políticas gubernamentales que buscan mejorar el bienestar de los pensionistas son un ejemplo de ello. El gobierno ha implementado medidas para garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas, revalorizar las pensiones conforme al IPC y aumentarlas significativamente en 2024, así como incrementar la pensión media de jubilación. Pero de eso no hablamos, mejor que nos indignemos con la palabra "fachosfera", claro.

En definitiva, la democracia se fortalece con el debate, pero siempre dentro de los límites del respeto y la dignidad. Es hora de que la derecha española se enfoque en el diálogo constructivo y las acciones que promueven la igualdad y el avance social, porque a lo que es herir y dividir ya se están entregando.

Rafael Esteban. Secretario de Organización provincial del PSOE.